El análisis de Óscar Poy

La insoportable levedad del socialismo

Óscar Poy
Óscar Poy 24H

La nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, se estrenó en el congreso de los diputados defendiendo que la “Ley de sólo si es si” es una buena ley, que viene avalada por distintas opiniones y que protege a las mujeres como nunca antes.

La idea de que la ley de garantía integral de la libertad sexual es positiva, parte de la base de que se coloca el consentimiento como piedra angular de los delitos de índole sexual, algo que, según afirman los que defienden esta ley, “ocurre por vez primera en España”.

Lo cierto es que, por mucho que chillase lo contrario Irene Montero a la menor oportunidad, el consentimiento ha sido clave en la persecución y el castigo de los delitos de índole sexual desde la reforma penal de 1989, como afirma la catedrática de derecho penal de la Universidad de Cádiz, María Acale, y que dicha posición clave se ve reforzada con la reforma de 1995. Como señala la profesora de Derecho Penal de la Universidad del País Vasco, Miren Ortubay, al respecto de la “Ley del sólo si es si”, definir el consentimiento sexual en el Código Penal es “simbólico”.

Pero no tiene nada de simbólico, antes bien, es sumamente real, la rebaja de penas a delincuentes sexuales que ha venido teniendo lugar como consecuencia de la aplicación de esta ley, un efecto deleznable de la misma del que se avisó previamente desde todos los ámbitos (político, social y jurídico) y que, al contrario de lo que predicaban Irene Montero y su coro, no tiene relación con la existencia de una supuesta trama de “jueces franquistas, fascistas, machistas” sino con la propia ley, su redacción y su aplicación.

Y, tal vez por ello, la nueva ministra de Igualdad, al tiempo que defendía la idoneidad de la ley, añadió unas disculpas “a las víctimas y sus familias” por el daño causado con la entrada en vigor de dicha ley.

En un año de nombre tan literario como, incluso, actualmente evocador, 1984, ve la luz “La insoportable levedad del ser”, del escritor checo Milan Kundera. En esta obra se contraponen la levedad (lo efímero, lo transitorio) y el peso (la responsabilidad, lo importante).

La señora Redondo parecía demostrar cierta intención de que el Ministerio de Igualdad ganase peso (afrontase responsabilidades) asumiendo que la legislación modificada en la anterior legislatura de Pedro Sánchez causaba daño a las víctimas de agresión sexual y a sus familias, pero, al mismo tiempo, decidió optar por la levedad, por lo irresponsable, y definir como “buena ley” una ley que ella misma reconoce que causó daño a las víctimas y a sus familias.

Lo que nos presenta al PSOE como un Tomás “kunderiano”, inclinado a lo leve antes de a lo responsable, y nos enseña un ejemplo práctico de aplicación de los Principios de la Neolengua, que forman el apéndice de la distopia orwelliana: “Buenaley”, como sinónimo de “ley que provoca sufrimiento a las víctimas”.

Frente a la falta de coherencia en el discurso de la ministra de Igualdad actual y frente al discurso incendiario y ultra de la anterior, habría que ir pensando en darle una vuelta a determinadas políticas que se llevan implementando desde el gobierno en materia de Igualdad, así como al enfoque de las mismas, porque parece evidente que dichas políticas y dichos enfoques no producen los efectos que dicen perseguir.

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24h Economía

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