Cifras planteadas por Naciones Unidas en su informe “Migración y Migrantes: panorama mundial” del 2022 señala que en el año 2029 había alrededor de 169 millones de trabajadores migrantes en el mundo, es decir el 62 % del total de migrantes (272 millones). Entre ellos el 68,8% (245.6 millones) están en edad de trabajar, es decir, tienen más de 15 años.
El mismo informe desglosa las cifras de migrantes trabajadores en género y para el año 2019 encontramos que los migrantes trabajadores hombres superan numéricamente las mujeres. Los hombres alcanzan a ser 98,9 millones (el 58,5%) frente a 70,1 millones de mujeres (el 41,5 %).
Estos migrantes tienden a distribuirse en países o regiones determinadas, en el 2019 los migrantes residentes en países de altos ingresos representaban el 67% de los trabajadores migrantes (aproximadamente 113,9 millones), el 29% (49 millones) residían en países de ingresos medios y el 3,6% (6,1 millones) en países de ingresos bajos.
Si desglosamos aún más las cifras anteriores, encontramos que 102,4 millones (casi 61 %) de la población de trabajadores migrantes residen en tres subregiones: América del Norte, Estados Árabes y Europa Septentrional, Meridional y Occidental.
Lo que llama poderosamente la atención es cuando se analizan los datos de género y distribución por regiones, evidenciamos una gran desigualdad entre hombres y mujeres migrantes trabajadoras en dos regiones: Asia Meridional con 7,5 millones de hombres frente a 1,4 millones de mujeres, y los Estados Árabes con 19,9 millones de hombres frente a 4,2 millones de trabajadores en esta región. Esta desigualdad radica en temas religiosos y culturales del trato desigual entre mujeres y hombres, y en las políticas de coartar el desarrollo profesional de las mujeres.
Cuando hablamos de trabajadores migrantes pensamos inmediatamente en “remesas”, que representa grandes beneficios económicos. Los países de origen pueden beneficiarse de las remesas enviadas por las familias de migrantes ya que las remesas son fuentes importantes de ingresos porque ayudan a reducir la pobreza, crean nuevos puestos de trabajo y hacen crecer la economía. Pero sobre el tema de remesas y cómo se distribuyen en el mundo dedicaremos un artículo completo más adelante, lo importante es quedarse con la imagen de que migrante puede ser igual a grandes beneficios económicos para países emisores y receptores.
Hacía dónde van las nuevas oleadas migratorias
El número mundial de migrantes internacional pasó de 84 millones en 1970 a 281 millones en el 2020, la proporción que representan a nivel mundial sólo aumentó del 2,3 al 3,6 % en relación con la población mundial.
Según informes de la OIM en los últimos 30 años se observa una tendencia muy clara de movilidad humana de América Latina y del Caribe para migrar a América del Norte y la duplicación de la migración en regiones de Europa.
Para los expertos, la disponibilidad de opciones de migración depende de parte de la “lotería del nacimiento” o sobre todo del pasaporte nacional del posible emigrante, es decir, las personas de algunas nacionalidades tienen una probabilidad mucho menor de tener un visado y de quedar exentos del mismo.
Para que una persona tome la decisión de migrar por alguna vía segura depende de varios factores, por una parte, si cuenta con los recursos económicos para cubrir costos de viaje, visados y abogados de migración, por una parte, y por la otra contar con un pasaporte de alto rango en el índice de los pasaportes, que es una clasificación mundial de los países en función de la libertad de entrada de los ciudadanos a otros países.
La posibilidad de entrar a un país con relativa facilidad depende en mucho de los aspectos en la nacionalidad de la persona, también se debe valorar si existen algunas diferencias importantes entre países que ocupan un lugar alto en los índices de desarrollo humano (IDH) y los demás qué son los países clasificados en un nivel de desarrollo intermedio (que son países multidireccionales: países de origen, tránsito o destino simultáneamente)
Quienes no cuenten con el beneficio de tener recursos suficientes para migrar, no cuenten con pasaportes de países de muy alto/ alto IDH, casi siempre son objeto de restricciones impuestas a la entrada de otro país, para esas personas las vías irregulares serán probablemente las opciones más realistas o la única si necesitas migrar.
Lo hemos visto en las noticias, casos como la frontera sur de Estados Unidos o las costas del Mediterráneo son un vivo ejemplo de las diferencias brutales entre viajar con un visado y hacerlo sin él. En primer lugar, los visados representen la autorización a entrar a un país y por lo tanto ofrecen una forma de legitimación al llegar a ese país o atravesarlo, un visado válido aumenta la probabilidad de protección contra la explotación, aumenta el riesgo de ser detenido y expulsado por las autoridades, explotado y maltratado por quienes ofrecen servicios de migración ilícitos como los traficantes, caer en redes de tratas de personas, y de tener que moverse básicamente fuera de los sistemas reglamentarios por lo que las ayudas ofrecidas por gobiernos y organizaciones internacionales no les va a llegar.
Lo que a continuación trato de hacer es dar vida a las cifras que reflejan los informes internacionales y que nos demos cuenta de que la visión que tenemos de lo que es migrar incorpora otros elementos distintos a los que vemos por los medios de comunicación y las redes sociales.
Nuestro primer cambio de visión nos lo dan las cifras que señalan que la mayoría de los migrantes internacionales un 79,6%, lo que equivale a 190 millones de personas, residen en países con un IDH muy alto, lo que se traduce en que los 20 principales países de origen son países con un IDH muy alto o alto. Pero estos países no solo reciben migrantes, sino que sus ciudadanos también emigran a otros países de IDH alto o muy alto, convirtiendo a la migración en un tema de élites, y cambiando todo el esquema que por años hemos creído: la migración va de los países muy pobres a los países desarrollados.
En la actualidad la gran mayoría de la migración se hace entre países de alto o muy alto IDH, o lo que es lo mismo, los migrantes van de países ricos a países más ricos. Los países con un IDH muy alto han producido conjuntamente una elevada proporción de emigrantes con respecto a la suma de sus poblaciones total, un 4,6%, lo que es un porcentaje superior al de las categorías de un IDH alto, medio y bajo. Los países con IDH muy alto fueron el lugar de origen de 76 millones de migrantes, superados únicamente por los países por IDH alto con 86 millones.
En el 2020 vivían en un país distinto de su país natal casi 281 millones de personas, es decir, 128 millones más que hace 30 años cuando en 1990 el número era de 153 millones y más de 3 veces la cifra estimada de 1970 cuando eran 84 millones (recordemos que para este año ya habían ocurridos las dos guerras mundiales).
Los continentes se han distribuido la migración de la siguiente forma, siendo Europa en la actualidad el principal destino:
Continente | Cantidad de personas
| % de la población migrante |
Europa | 87 millones | 30% |
Asia | 86 millones | 30,5% |
América del Norte | 59 millones | 20,9% |
África | 25 millones | 9% |
América Latina y el Caribe | 15 millones | 5,3% |
Oceanía | 9 millones | 3,3% |
Dentro de cada continente hay países con más migrantes que otros, ya sea porque su política migratoria es más flexible, porque busquen migrantes calificados o mano de obra o simplemente por ser países que históricamente atraen la migración.
Entre los países del mundo que más migración reciben encontramos entre los cinco primeros en el ranking:
Posición | País receptor | Cantidad de migrantes recibidos |
1er puesto | Estados Unidos | 51 millones |
2do puesto | Alemania | 16 millones |
3er puesto | Arabia Saudita | 13 millones |
4to puesto | Federación de Rusia | 12 millones |
5to puesto | Reino Unido | 9 millones |
Si comparamos los cuadros anteriores vemos que a pesar de que Europa como continente recibe a la mayor cantidad de migrantes, según cifras del 2022, su distribución por los países que la integran es más equitativa, mientras que la del continente americano se concentró en su mayoría en Estados Unidos.
Cabría analizar a la política exterior de ambos para entender que Europa ha pasado de ser un continente emisor de migrantes a ser receptor, que muchos de quienes emigraron años atrás y sus descendientes regresan, además al están integrada por naciones de un Alto y muy Alto IDH esté dentro de la tendencia migratoria actual. Por su parte América del Norte (Canadá, EE. UU. y México) han sido históricamente países receptores de migración, aunado al “marketing” del sueño americano que idealiza a Estados Unidos como el país de las oportunidades para migrantes.
Veamos ahora la otra cara de la moneda, los países emisores de migrantes y su clasificación:
Posición | País emisor | Cantidad de migrantes recibidos
|
1er puesto | India | 18 millones |
2do puesto | México | 11 millones |
3er puesto | Federación de Rusia | 10.8 millones |
4to puesto | China | 10 millones |
5to puesto | República Árabe Siria | 8 millones |
Como fue descrito anteriormente, hay países que pueden ser simultáneamente receptores, emisores y tránsito de migrantes, un ejemplo lo vemos en los dos últimos cuadros con la Federación de Rusia, la cual se encuentra dentro del ranking de los cinco primeros países de recepción y emisión de migrantes. Si seguimos bajando en la clasificación encontraremos otros países que también están en la misma situación por lo que nos preguntamos el porqué de esto, y la respuesta es clara, el flujo de migrantes se está condensando entre países con un medio, alto y muy alto IDH, el perfil del migrante cambió, ahora tienen buen nivel económico, con grandes empresas o con profesiones muy exitosas que buscan seguir incrementando su riqueza y buscando países que les permitan desarrollar su proyecto personal y laboral.
A la migración internacional debemos sumarles las personas que se encuentran como refugiados y solicitantes de asilo. A finales del 2020 había en el mundo un total de 26,4 millones de personas en esta situación, de los cuales en situación de refugio estaban 20,7 millones bajo el mandato del ACNUR (de los cuales el 38%, lo que equivale a 8 millones eran menores de 18 años) y 5,7 millones estaban registrados por la Organización de Obras en el Cercano Oriente (UNRBA).
Las últimas cifras conocidas son las del año 2022 donde podemos ver los países que más han solicitado asilo y los que más han recibido dichas solicitudes:
País origen del solicitante | Nro. de solicitudes | País que recibe las solicitudes | Nro. de solicitudes
|
Venezuela | 212.225 | Estados Unido | 431.322 |
Afganistán | 208.296 | Alemania | 217.673 |
Cuba | 151.908 | Costa Rica | 130.233 |
Ucrania | 148.208 | España | 118.747 |
Siria | 147.428 | México | 118.344 |
El año 2022 las cifras se han visto afectadas por situaciones políticas dentro de los países de origen, los cinco primero se encuentra entre regímenes autoritarios y conflictos armados, ciudadanos que salen de sus países sin estar preparados, sin tener los recursos ni la intención de hacerlo, lo que los motiva es garantizar su derecho a la vida. Por eso hemos querido incorporarlos en este artículo de forma separada de los migrantes internacionales y evidenciando que la tendencia es a buscar refugio en los países cercanos o con vínculos cercanos/familiares, muy distintos al de los migrantes que tienden a buscar mejoras económicas/profesionales.
Importancia de la aplicación de los instrumentos internacionales
Con los números que hemos visto, toma mayor relevancia la aplicación del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular que contiene el compromiso de los Estados en mejorar la cooperación internacional con respecto a las migraciones y de recopilar datos sobre este fenómeno, además de realizar investigaciones en análisis para entender mejor las tendencias y las evoluciones de los patrones y procesos.
Si los Estados aplican este pacto conjuntamente con otros que desarrollan otros tipos de derechos humanos, pero que se vinculan necesariamente, y documentan todos los casos de migraciones o de movilidad humana, podremos entender mejor los patrones migratorios que permitan crear los procesos y elaboración de las políticas públicas nacionales e internacionales.
La correcta elaboración de las políticas públicas permite ayudar a los países emisores y receptores de la movilidad humana pues da respuesta efectiva, eficiente y ajustada a la necesidad real en tiempo real, además ayuda a evitar migraciones irregulares y migraciones que ponen en peligro a las personas.