INVERSIÓN EXTRANJERA EN ESPAÑA

¿Qué pasa con la inversión exterior en España?

Luis Suñer es licenciado en informática y economista, mentor e inversión en pequeños proyectos que ambicionen ser grandes. Además, es miembro del Think Tank Acción Liberal.

¿Qué pasa con la inversión exterior en España?

Al hablar de inversión exterior (o extranjera) vamos a referirnos a los dos sentidos de la misma, la que realizan los agentes económicos españoles en el extranjero y la que realizan los agentes económicos extranjeros en España.

Dos caras de una misma moneda: la capacidad de nuestro país para generar riqueza, que en el caso de los agentes económicos españoles permite canalizarla en inversiones en el extranjero, y cuyos beneficios suman a la riqueza nacional cuando son repatriados. En el caso de los agentes económicos extranjeros, sus inversiones en nuestro país son generadoras de empleo y transmisoras de un conocimiento que permite, a su vez, aumentar la competitividad de nuestro capital humano y, por tanto, de nuestras empresas.

Cuando observamos el comportamiento de los flujos de inversión extranjera en los últimos años, nos encontramos con una característica común: el descenso de estos flujos en ambos sentidos. No resulta sorprendente si observamos la evolución política en España y la de la región que en el pasado recibió los mayores flujos de inversión española, Latinoamérica.

Por otro lado, vemos una persistente reducción de la inversión española en el extranjero en los cinco últimos años, con un considerable aumento de las desinversiones debido a un cambio significativo de estrategia geográfica y sectorial de las empresas españolas.  En particular, la región más afectada es Latinoamérica, debido a los mayores riesgos políticos y contra la propiedad. No parece, pues, que nuestras empresas compartan con algunos miembros de nuestro gobierno su consideración de que los ejemplos a seguir son los de Argentina o Venezuela.

Y si nos asomamos a la inversión extranjera en España, nos encontramos con una tendencia ascendente hasta 2018 (descontado el efecto de la compra del negocio de autopistas de Abertis) y un descenso significativo en 2019 por la incertidumbre política. Si bien los años 2020 y 2021 estuvieron afectados por la pandemia, la recuperación de los flujos económicos mundiales no ha tenido un reflejo en nuestro país, muy dependiente de los fondos europeos.

Habitualmente consideramos que la inestabilidad política y social alejan el capital extranjero. Resulta imposible para las empresas tomar decisiones basadas prácticamente en la especulación sobre qué hará un gobierno en el futuro.  A ello debemos añadir la política tributaria y la regulación. En un país cuyo gobierno depende de fuerzas que buscan la erosión institucional, la permanente elevación de los impuestos a todos los agentes económicos o la intervención de precios, no podemos esperar cambios en las tendencias actuales. Y, por último, no olvidemos que los tipos de interés, la tasa de inflación, o la prima de riesgo, son elementos que conforman la tasa de descuento con la que decidir si un proyecto de inversión es atractivo o no.

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