Javier Milei aprobó un ‘decretazo’ de 600 leyes para reimpulsar a la economía de Argentina. Un gran proyecto que nace de la mente de su ‘genio económico’: Federico Sturzenegger.
Se trata de un profesor plenario en la Universidad de San Andrés en Buenos Aires. Si bien a día de hoy no tiene ningún cargo público, ya es una de las personas más importantes en toda Argentina: él es el autor intelectual detrás del ‘decretazo’ que el presidente, Javier Milei, va a promulgar para reformar de arriba abajo todo el sistema económico argentino.
El hombre que se ha convertido en el ‘cerebro’ económico detrás del nuevo Gobierno lleva varios años preparando este texto, tras dos décadas involucrado en la política del país y una enorme espina clavada por una traición que sufrió a manos del expresidente Mauricio Macri y a la que culpa de gran parte de los problemas económicos del país.
Martín Sturzenegger estudió en la Universidad de La Plata y obtuvo su doctorado en economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Aunque inicialmente se centró en su carrera académica, su primer trabajo destacado fuera de la universidad fue liderar la transición de YPF de empresa pública estatal a filial de Repsol. Durante los años previos a la culminación de la venta a la multinacional española (1995-1998), desempeñó el cargo de economista jefe en la petrolera.
Después de otro período en la docencia, Sturzenegger incursionó en la política, enfrentando una experiencia inicial traumática como director económico del presidente Fernando de la Rúa durante los ocho meses anteriores al corralito. Durante ese tiempo, participó en el diseño del llamado ‘megacanje’, un intento de abordar los graves problemas de deuda del país. Esta operación involucró el canje de bonos por 28.000 millones de dólares, con vencimiento a corto plazo, por otros con cinco años adicionales de plazo, con un costo total de 53.600 millones de dólares en intereses, más del doble de la cantidad aplazada. Este proceso fue uno de los desencadenantes de la crisis que estalló a finales de 2001, conocida como el corralito, y marcó el final de su etapa en la administración.
Sturzenegger regresó a la política en 2008, de la mano de su aliado Mauricio Macri. El entonces alcalde de Buenos Aires lo designó presidente del Banco de la Ciudad, una entidad nacida como caja de ahorros y monte de piedad, gestionada por el Gobierno local de la capital argentina. Permaneció en ese cargo hasta ser elegido diputado por el partido Pro, liderado por Macri, en las elecciones legislativas de octubre de 2013.
El 28-D y la ‘traición’ de Macri
La etapa más relevante de Martín Sturzenegger en la política argentina aún estaba por llegar cuando Mauricio Macri se convirtió en presidente. Dos años después, Macri eligió a Sturzenegger para liderar una parte clave de su plan de reforma económica: el Banco Central (BCRA). Durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, el BCRA había actuado como una ‘máquina de imprimir billetes’, financiando los déficits gubernamentales con dinero recién creado.
La estrategia de Sturzenegger para frenar la inflación consistía en una fuerte subida de tasas de interés, la liberalización del tipo de cambio (permitiendo que flotara en lugar de ser fijado por el Gobierno) y el establecimiento de un objetivo de inflación, siguiendo el modelo de los grandes bancos centrales. Los datos mostraban que la inflación subyacente estaba disminuyendo, pasando de alrededor del 40% a fines de 2016 a una tasa anualizada del 18% un año después.
Sin embargo, todo cambió en el llamado ’28-D’. El día de los Inocentes de 2017, después de su victoria en las elecciones legislativas intermedias, Macri ordenó aumentar el objetivo de inflación del 10% al 15%, reconociendo que no lo lograrían (la inflación cerró el año en el 25%). Esto resultó en la pérdida de credibilidad del BCRA, y los mercados dejaron claro que aunque no cumplir con el objetivo de inflación es una cosa (como ha ocurrido en Estados Unidos o Europa en los últimos dos años), afirmar que se tomarán todas las medidas necesarias para alcanzarlo es crucial. El resultado fue el cierre súbito de los mercados internacionales y un cambio brusco en la situación: los precios volvieron a aumentar y no han dejado de hacerlo, a un ritmo cada vez más rápido, desde entonces.
Sturzenegger renunció poco después, molesto por la intervención de Macri y criticando el cambio impuesto en la política del BCRA. Argumentó que cambiar el objetivo de inflación sobre la marcha equivale a no tenerlo. En un artículo publicado en 2019, reveló que el presidente le había amenazado con destituirlo si no aceptaba ese cambio. Se lamentó de lo absurdo de la situación, señalando que era la primera vez que un presidente pedía más inflación, no menos. La relación entre ambos se deterioró, al menos hasta hace poco.
El ‘plan motosierra’
Después de su regreso a la enseñanza, Martín Sturzenegger recibió una llamada en 2022, pero esta vez no fue de Macri directamente, sino de Patricia Bullrich, la persona designada por el expresidente para liderar el Pro en su lugar. Bullrich le ofreció la oportunidad de corregir su error de 2016 en caso de que ganara y de iniciar, esta vez de manera radical, cambios en la economía antes de abordar la estabilización de la inflación. Sturzenegger aceptó, y durante un año su equipo compiló una lista de leyes que consideraban «obstáculos económicos» y que contribuían a la inestabilidad del país. En total, identificaron alrededor de 600 normas, de las cuales la mitad debían ser derogadas y la otra mitad reformadas. Presentaron estas propuestas en dos enormes montañas de papel que compartieron en Twitter.
Aunque el «megadecreto» de reforma parecía destinado a quedar en un cajón después de la derrota de Bullrich, que quedó en tercer lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el destino le brindó una nueva oportunidad. José Luis Espert, que había quedado en segundo lugar, necesitaba el respaldo de los votantes de Bullrich para ganar la segunda vuelta. Macri le ofreció a Espert un acuerdo: si Bullrich le brindaba su apoyo, Espert respaldaría a gran parte del equipo económico que Macri y Bullrich habían estado formando. Este acuerdo condujo al nombramiento de Luis Caputo, exministro de Hacienda con Macri, como ministro de Economía. El siguiente paso sería adoptar las propuestas del «decretazo» de Sturzenegger. Así, la figura clave de la historia reciente de Argentina tendría una nueva oportunidad de cambiar el rumbo del país.