El ministro José Luis Escrivá ha planteado una reforma del sistema de pensiones sin contar con la oposición ni con interlocutor alguno. Según los analistas más destacados, no pasa de ser un simple parche, que en absoluto garantiza la sostenibilidad a largo plazo. Se trata de un tema complejo y para la mayoría de la gente, es difícil comprender el alcance de la propuesta y sus consecuencias. Para intentar entender en qué consiste y como afecta al futuro del trabajo y las pensiones, contamos con la experta ayuda de D. Lorenzo Bernaldo de Quirós, conocido economista y presidente de Freemarket.
En primer lugar, nos gustaría contar con su opinión general sobre la nueva normativa elaborada por el Gobierno.
La contrarreforma del sistema público de pensiones realizada por el Gobierno no garantiza su sostenibilidad financiera, al contrario, acelera su insostenibilidad. La subida de cotizaciones sociales incide de manera directa y negativa sobre la competitividad empresarial y la creación de empleo. En concreto, la supresión del Factor de Sostenibilidad y la indexación de las pensiones a la evolución del IPC incrementarán el gasto público entre 3 y 4,7 puntos del PIB en 2050. Si a eso se añade el aumento de las pensiones mínimas y asistenciales planteada por el Gobierno, las medidas adoptadas para aumentar los ingresos del sistema no son suficientes para lograr el equilibrio financiero. El modelo de cobertura del retiro se enfrentará pues a un déficit muy abultado en 2050, entre 4,5 y 5 puntos del PIB.
Finalmente señalar que se configura un modelo destinado a causar una guerra intergeneracional al trasladar a los jóvenes en un país envejecido y, por tanto, con una población activa declinante, la financiación de un modelo que les obligará a sacrificar su nivel de vida para pagar las pensiones de sus mayores.
En lo que se refiere a las novedades concretas de la reforma, vamos a analizar algunos puntos importantes.
D. Lorenzo, entre las novedades introducidas, nos encontramos con el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) ¿Cuál es su función y qué repercusiones tiene en los actuales cotizantes?
El Mecanismo de Equidad Intergeneracional es el sistema que sustituye el Factor de Sostenibilidad que introdujo el PP en 2012, para que el gasto en pensiones fuera sostenible. Se trata de otra subida de las cotizaciones sociales que se aplicará a todas las rentas salariales por debajo de la base máxima. Estas subirán desde 0,6 a 1,2 puntos hasta 2050. El resultado es un incremento de las cuotas sociales, con el efecto negativo sobre el empleo ya indicado.
En los medios de comunicación, hemos oído hablar de otro mecanismo cuya aplicación no se ha explicado con demasiada claridad, quizá para esconderse tras la confusión generada. ¿Qué es y qué supone el destope de la base máxima de cotización?
El destope de la base máxima de cotización entre 2024 y 2050 supone aumentar en un 38 por 100 las cuotas sociales pagadas por un colectivo que es alrededor del 10 por 100 de los trabajadores españoles. En consecuencia, el potencial recaudatorio del alza es muy reducido. Lo único que consigue es encarecer la contratación de los individuos con mayor capital humano, lo que en muchos casos provocará su emigración hacia lugares con un tratamiento fiscal menos oneroso, afectando de manera negativa a la productividad de la economía española.
Esta subida de las bases máximas de cotización no se ve acompañada de un aumento de la pensión futura que recibirán los trabajadores, es decir, pagarán más y su prestación por jubilación permanecerá cuasi-congelada, lo que rompe con el carácter contributivo del sistema y quiebra cualquier principio elemental de justicia.
Otro concepto utilizado por la reforma, que por el nombre recibido parece un impuesto inventado por Podemos es el Recargo de Solidaridad ¿En qué consiste?
La denominada cuota de solidaridad, es otro impuesto adicional sobre los trabajadores cuyos ingresos excedan la base máxima de cotización. Estos no sólo soportarán un incremento de sus cuotas sociales, como he indicado antes, sino también un nuevo tributo, no se puede denominar de otra manera, que subirá de manera progresiva hasta alcanzar el 6 por 100. De nuevo, el impacto de esta medida sobre los ingresos del sistema es irrelevante y su potencial redistributivo inexistente. Es una iniciativa demagógica cuyo objetivo es castigar a los trabajadores con mayor renta.
Hemos conocido también que se modifica el período de cómputo de las pensiones. ¿Empeoramos?
Se modifica el procedimiento de cálculo de la base reguladora de las pensiones. Los trabajadores podrán optar cuando se jubilen, entre el modelo vigente hasta ahora, en el que la pensión se determina teniendo en cuenta la media de los salarios, corregida por la inflación, de los últimos 25 años o por los 29 años trabajados descartando los 24 meses con menor base cotizada. Esto se traducirá de manera inevitable en un aumento del gasto, porque sólo acudirán a la segunda opción aquellos a quienes eso les produzca un incremento de su pensión.
Puesto que la propuesta planteada por Escrivá no parece solucionar los problemas reales de sostenibilidad del sistema de pensiones ¿Qué habría que hacer para lograrlo de verdad?
Con una ratio de dependencia (población mayor de 65 años/población entre 16 y 64 años) que será del 58-61 por 100 en 2050, una de las tasas de sustitución (prestación sobre salario) más altas de la UE-OCDE y con una tasa de ocupación del 60 por 100 versus el 80 en la UE, la contrarreforma del Gobierno no adopta ninguna medida que haga posible ni resolver ni tan siquiera paliar, la imparable dinámica gasto-déficit del sistema español de pensiones.
Para solucionar este problema no hay recetas mágicas. La hipótesis según la cual bastaría elevar la tasa de ocupación hasta la media UE para cerrar el agujero de las pensiones no es correcta. Con eso se lograría compensar sólo en parte el aumento del gasto en pensiones. Tampoco sería suficiente que la productividad creciese. Es preciso introducir mecanismos automáticos de reducción del gasto, crear el marco adecuado para incentivar el ahorro privado y avanzar hacia un modelo mixto de capitalización-reparto.