Del sueño de la ciencia ficción a la nueva carrera aérea

Cómo los autos voladores se convirtieron en una apuesta multimillonaria

Los eVTOL, conocidos popularmente como “autos voladores”, se han convertido en una industria multimillonaria que podría transformar el transporte urbano… si logra superar los retos técnicos, regulatorios y económicos que aún la frenan

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Coches 24h

De la fantasía cinematográfica al laboratorio

Desde Blade Runner hasta Volver al Futuro, el concepto del auto volador ha sido una de las imágenes más persistentes de la ciencia ficción.
Durante décadas, ingenieros y soñadores intentaron hacerla realidad, desde el Curtiss Autoplane de 1917 —una especie de Ford T con alas— hasta los drones actuales.
Pero el salto tecnológico real llegó con una nueva categoría aérea: los eVTOL, siglas de electric Vertical Take-Off and Landing (aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical).

Más que “autos voladores”, los eVTOL son una nueva clase de aeronaves eléctricas, capaces de despegar como helicópteros, volar como aviones y operar sin combustibles fósiles.
El concepto puede parecer futurista, pero hoy ya mueve miles de millones de dólares en inversión y reúne a gigantes como Toyota, United Airlines, Stellantis, Airbus, Boeing y BlackRock.

El nacimiento de una industria: los pioneros del aire eléctrico

Uno de los rostros más conocidos del sector es Tomasz Patan, fundador de Jetson, empresa sueca que fabrica el Jetson ONE, un eVTOL personal con apariencia de deportivo aéreo.
El modelo cuesta unos 128.000 dólares y está agotado hasta 2026.
Aunque por ahora solo se puede usar de forma recreativa, representa el espíritu del sector: innovación, velocidad y autonomía personal.

Pero el verdadero mercado no está en los “autos voladores” individuales, sino en el transporte aéreo urbano, los llamados “air taxis”.
Empresas como Joby Aviation, Archer Aviation, EHang, Wisk (de Boeing) o Vertical Aerospace compiten por ser las primeras en ofrecer servicios comerciales de movilidad aérea en grandes ciudades congestionadas.

La banca de inversión lo tiene claro: Morgan Stanley estima que el mercado global de eVTOL podría alcanzar 1 billón de dólares en 2040.

Qué es y cómo funciona un eVTOL

Los eVTOL combinan los principios de la aeronáutica tradicional con la tecnología eléctrica moderna.
Su vuelo depende de las cuatro fuerzas fundamentales de la aerodinámica:
sustentación, empuje, resistencia y peso.

A diferencia de los helicópteros, que dependen de un solo rotor principal, los eVTOL utilizan múltiples motores eléctricos distribuidos a lo largo del fuselaje, que alimentan hélices o rotores más pequeños.

Ventajas principales:

  • Son más silenciosos que los helicópteros.
  • Emiten menos CO₂.
  • Pueden diseñarse para vuelo autónomo.
  • Requieren menos mantenimiento y piezas móviles.

En teoría, ofrecen un transporte rápido, limpio y flexible entre zonas urbanas.
En la práctica, su mayor obstáculo sigue siendo la batería.

El talón de Aquiles: la energía

El desafío central para los eVTOL es la densidad energética de las baterías.
Para tener una idea:
1 kg de combustible para avión contiene 50 veces más energía que 1 kg de batería de ion-litio.

Esto significa que los eVTOL, aunque eléctricos, no pueden volar lejos ni cargar mucho peso.
Actualmente, la mayoría de los modelos solo alcanzan 150 millas náuticas (unos 280 km) con una carga completa.

Los ingenieros exploran alternativas como baterías híbridas o celdas de hidrógeno, pero por ahora, las baterías siguen siendo el límite físico que define la autonomía, la velocidad y la carga útil.

Como resume el investigador Matthew Clark,

“Las baterías gobiernan todo: el alcance, la potencia, el número de pasajeros y el costo operativo.”

Aun así, los avances son constantes.
Cada año, las baterías mejoran en capacidad y peso, impulsando lentamente la viabilidad de estos vehículos.

La carrera por el taxi aéreo

El epicentro de la competencia está en Estados Unidos, con empresas como Archer y Joby Aviation.
Ambas desarrollan aeronaves de 4 a 6 plazas destinadas a traslados urbanos rápidos, como ir del centro de Nueva York al aeropuerto en menos de 15 minutos.

Joby Aviation, fundada en 2009 y valorada en más de 4.000 millones de dólares, ha recibido casi 900 millones en inversión de Toyota y contratos con el ejército estadounidense.
Por su parte, Archer Aviation colabora con United Airlines y construye su primera fábrica en Georgia.

El objetivo: convertirse en la primera aerolínea eléctrica urbana certificada.

Mientras tanto, en China, la empresa EHang ya opera vuelos de prueba totalmente autónomos (sin piloto) en 19 países, adelantándose a sus competidores occidentales.

Regulación: el obstáculo que aún no despega

Más allá de los retos tecnológicos, los eVTOL enfrentan un laberinto regulatorio.
Hasta 2024, ni siquiera existía una categoría oficial para este tipo de aeronaves.
La FAA estadounidense introdujo entonces la categoría powered-lift, la primera nueva clase aérea civil desde los helicópteros de los años 40.

Sin embargo, obtener la certificación de vuelo comercial es un proceso largo y costoso.
Cada aeronave debe cumplir los mismos estándares de seguridad que un avión comercial, lo que exige años de pruebas y documentación.

Además, quedan preguntas clave sin resolver:

  • ¿Qué licencias deberán tener los pilotos de eVTOL?
  • ¿Cuánta energía de reserva debe mantenerse para emergencias?
  • ¿Cómo se organizará el control del tráfico aéreo urbano con cientos de aeronaves pequeñas simultáneas?

Europa (EASA) y China (CAAC) están desarrollando sus propios marcos normativos, pero la fragmentación regulatoria mundial retrasa la expansión comercial.

El futuro del vuelo urbano: promesa o burbuja

Los defensores del eVTOL aseguran que esta tecnología revolucionará la movilidad urbana, reduciendo el tráfico y conectando zonas rurales con los centros económicos.
Pero los críticos temen que se convierta en un lujo para unos pocos, más cercano al turismo de élite que al transporte masivo.

Por ahora, las demostraciones son más espectáculo que servicio real: vuelos cortos, promocionales, con pasajeros de prueba y rutas muy controladas.
Sin embargo, los expertos coinciden en que la transición podría llegar más rápido de lo esperado.

“El futuro ya está aquí —solo que aún no está distribuido equitativamente.”

La frase resume bien el momento actual: los eVTOL existen, pero aún no son para todos.
Como ocurrió con los teléfonos inteligentes, podrían pasar décadas antes de que esta tecnología se integre plenamente en nuestra vida cotidiana.

Conclusión: entre el cielo y la inversión

Los autos voladores ya no son solo una fantasía: son una apuesta económica real, respaldada por más de 25.000 millones de dólares en inversión global.
Pero el éxito dependerá de si logran equilibrar tres ejes:
tecnología (baterías y seguridad), regulación (certificación y tráfico aéreo) y aceptación pública (confianza y costo).

Si lo consiguen, podrían redefinir los mapas urbanos del planeta, reduciendo horas de tráfico a minutos de vuelo.
Si no, corren el riesgo de convertirse en una burbuja tecnológica más, dejando tras de sí prototipos impresionantes y capital quemado.

Por ahora, el cielo sigue siendo el límite… pero uno que empieza a parecer más alcanzable que nunca.