Este lunes, 21 de abril de 2025, el mundo católico vive un momento de expectación. La posibilidad de que la Santa Sede deba elegir pronto a un nuevo Pontífice ha puesto en primer plano el debate sobre quién podría suceder a Francisco y cómo será el procedimiento que marcará el futuro inmediato del Vaticano. Las quinielas se llenan de nombres y los corrillos vaticanos hierven con especulaciones sobre la orientación que tomará la Iglesia en la próxima década. Las palabras clave como cónclave, sucesión papal y papabili resuenan en cada conversación.
La figura del Papa trasciende lo religioso; es un actor global, líder espiritual para más de mil millones de personas y voz influyente en cuestiones sociales, políticas y éticas. Por eso, el proceso para elegirlo —y los favoritos en las apuestas— interesa tanto dentro como fuera del catolicismo.
Procedimiento para elegir al nuevo Papa
El proceso para seleccionar al nuevo Pontífice está reglado por siglos de tradición. Solo los cardenales menores de 80 años pueden participar en la elección del Papa, un procedimiento conocido como cónclave. Para ser elegido, el candidato necesita el respaldo de dos tercios del Colegio Cardenalicio. Este cuerpo, hoy más universal que nunca, refleja la diversidad geográfica y doctrinal de la Iglesia.
- Los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina bajo estrictas medidas de aislamiento.
- En cada ronda de votaciones, si ningún candidato obtiene los dos tercios requeridos, se repite la votación hasta lograr consenso.
- Solo pueden ser elegidos aquellos cardenales presentes, aunque técnicamente cualquier varón bautizado sería elegible, en la práctica desde hace siglos siempre ha sido un cardenal.
- El elegido puede aceptar o rechazar; si acepta, elige su nombre pontificio y aparece en el balcón central del Vaticano.
Este protocolo garantiza confidencialidad absoluta y busca evitar presiones externas o interferencias políticas.
Favoritos en las apuestas: ¿quiénes son los papabili?
Las listas de candidatos favoritos reflejan las tensiones entre las corrientes progresistas, moderadas y conservadoras dentro del Vaticano. Entre los nombres que más suenan destacan:
- Matteo Zuppi: Arzobispo de Bolonia, 69 años. Considerado el gran favorito del sector progresista. Es cercano a Francisco y a la Comunidad Sant’Egidio —conocida por su trabajo con los pobres— y destaca por su enfoque pastoral y social.
- Luis Antonio Tagle: Filipino, 67 años. Otro peso pesado del ala progresista. Ex arzobispo de Manila y actual prefecto para la Evangelización de los Pueblos. Su carisma y visión inclusiva lo convierten en uno de los candidatos más populares en Asia.
- Pietro Parolin: Secretario de Estado Vaticano, 70 años. Figura clave entre los moderados; es uno de los diplomáticos más experimentados del Vaticano. Se le reconoce por sus capacidades negociadoras y su habilidad para tender puentes incluso con gobiernos conservadores europeos.
Otros nombres importantes son:
- Peter Turkson, ghanés, quien representaría una apuesta por fortalecer la presencia africana en la Iglesia global.
- Marc Ouellet, canadiense, visto como representante del sector más conservador.
- Jean-Claude Hollerich, luxemburgués, con perfil reformista.
En total, las listas suelen oscilar entre diez y doce nombres recurrentes.
¿Qué buscan los cardenales? Factores clave para ser elegido
El perfil ideal del próximo Papa depende no solo de cualidades personales sino también del momento histórico:
- Edad: Se valora una combinación entre juventud relativa (por encima de 60 años) y experiencia pastoral.
- Idiomas: El manejo fluido del italiano sigue siendo casi imprescindible; también se valora inglés y español.
- Capacidad diplomática: En un mundo polarizado y con desafíos internos (casos de abusos, pérdida de fieles), se buscan perfiles capaces de dialogar.
- Apertura a reformas: La Iglesia está dividida entre quienes quieren mantener tradiciones rígidas y quienes abogan por mayor inclusión social —papado femenino, bendición a parejas homosexuales o flexibilización del celibato—.
La decisión final suele reflejar un equilibrio entre continuidad y renovación. El próximo Pontífice tendrá que gestionar tanto temas internos como cuestiones globales: migraciones, guerras, cambio climático o tensiones ecuménicas.
Escenarios posibles tras la elección
La orientación que tome el nuevo Papa definirá asuntos clave:
- Si sale elegido un progresista como Zuppi o Tagle, podría haber avances en temas sociales e incluso cierta apertura doctrinal.
- Un perfil moderado como Parolin supondría continuidad con Francisco pero con mayor énfasis diplomático.
- Un conservador implicaría freno a reformas polémicas e insistencia en valores tradicionales.
El cónclave no solo es una ceremonia religiosa: es una partida estratégica donde pesan alianzas previas, equilibrios regionales y hasta cuestiones personales.
Mientras Roma aguarda señales desde el Vaticano —el humo blanco que anunciará al nuevo líder— católicos e instituciones miran hacia adelante. El resultado influirá no solo en la fe sino también en la política internacional. La figura del Papa sigue siendo referencia ética para muchos creyentes… pero también para Estados e instituciones que buscan su mediación o sus palabras ante las crisis globales.
La sucesión papal es mucho más que una elección interna: es un termómetro sobre qué Iglesia quiere liderar el siglo XXI.