El Banco de España presenta la evaluación mediante ensayos aleatorizados (método riguroso comparable a los ensayos clínicos) de cinco proyectos piloto que abordaron distintos frentes de la exclusión social, desde la pobreza infantil hasta la brecha de cobertura de una prestación ya existente. La foto resultante de estas pruebas es evidente, pero requiere de matices interpretativos y ofrece pistas prácticas para aplicar estas políticas en España.
Los cinco proyectos fueron diseñados en el marco del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y evaluados con controles aleatorios para aislar el impacto causal de cada intervención. Los proyectos cubren ámbitos distintos, por lo que no se busca una solución única, sino entender qué componentes funcionan mejor en cada objetivo. Las mediciones combinan indicadores económicos y sociales estandarizados, como el índice AROPE (riesgo de pobreza o exclusión), y métricas de inclusión comunitaria y competencias digitales.
FAIN: Atención integral para reducir la pobreza infantil
FAIN ofreció a familias con menores una ventanilla única con hasta 22 tipos de apoyo, entre ayudas económicas, formación, mejora de vivienda y acciones comunitarias. La intervención se aplicó durante nueve meses en siete ciudades de Galicia, y cada familia tratada recibió de media 5,4 intervenciones, por un importe medio de 1.138 euros. El resultado más sólido fue una mejora en la privación material infantil (mejora de 0,13 a 0,17 desviaciones estándar), lo que indica mayor capacidad de las familias para cubrir necesidades básicas de los menores. Además, se observaron mejoras significativas en la inclusión social y en la integración comunitaria, en la responsabilidad parental y en el éxito educativo de los menores. No obstante, no se detectaron efectos significativos sobre los ingresos laborales de los adultos ni sobre las medidas simplificadas de pobreza monetaria.
ACCEDE: Espacio común, formación y acompañamiento
El proyecto ACCEDE, impulsado por Cáritas, creó en parroquias locales un espacio físico con ordenadores donde se combinó acompañamiento intensivo y formación en trámites (acceso a prestaciones, búsqueda activa de empleo y competencias digitales). El diseño mostró efectos positivos en los ingresos del hogar y en la empleabilidad, además de una mejora en el acceso a derechos y servicios, en las habilidades digitales y en la participación en grupos comunitarios. La puesta en común de recursos y la metodología participativa parecen factores clave para estos resultados.
EMPLEA Lab: Itinerarios intensivos de inserción laboral
EMPLEA Lab evaluó itinerarios de hasta tres meses con contenido formativo y acompañamiento individualizado, así como versiones con sesiones digitales adicionales. Los participantes mostraron mejoras en medidas relacionadas con la búsqueda de empleo y cierta reducción de dificultades para llegar a fin de mes. Se observó un mayor acceso al empleo en algunos indicadores y mejoras en competencias transversales y digitales orientadas a la búsqueda de trabajo. Las evidencias sugieren que los itinerarios intensivos generan activación, aunque resultados robustos en ingresos laborales requieren posiblemente mayor duración o seguimiento administrativo a largo plazo.
Pilotem: Servicios sociales y digitalización con profesional de referencia
Pilotem introdujo la figura de un profesional de referencia en los servicios sociales y pruebas de digitalización. El principal efecto observado fue un aumento de la satisfacción con la atención de los servicios sociales y la percepción de su influencia. Sin embargo, no se detectarán impactos significativos en salud mental, inclusión laboral o reducción de la brecha digital. Estos resultados invitan a mejorar el diseño de las intervenciones y a concretar más el contenido formativo antes de escalar.
EAPN España: Acceso Vital y la brecha de cobertura del IMV
El proyecto Acceso Vital, realizado por EAPN España, abordó la brecha de cobertura (non take-up) del acceso del Ingreso Mínimo Vital (IMV). El experimento comparó campañas presenciales, campañas en redes sociales y grupos de control. La campaña presencial tuvo un efecto positivo y significativo en el número de solicitudes durante su vigencia, mientras que la campaña digital no produjo efectos detectables. Esto destaca la relevancia del contacto personal para movilizar a colectivos con barreras de información, digitales o de confianza.
Conclusiones del Banco de España
Las evidencias recogidas muestran que los programas integrales y colectivos con duración adecuada tienden a producir los efectos sociales más robustos. Cuando la intervención combina apoyos económicos, formación y actividades grupales, se observan mejoras simultáneas en la situación material, las competencias digitales y la red comunitaria. Esto es importante para la economía, porque la inclusión social no solo reduce la pobreza, también puede aumentar la empleabilidad y la productividad a medio plazo, al mejorar la capacidad de las personas para acceder a mercados y servicios. Sin embargo, las mejoras en ingresos laborales no aparecen de forma uniforme, lo que sugiere que la mera formación o la ayuda puntual no bastan para cambiar trayectorias laborales en el corto plazo. Asimismo, la intensidad temporal de la intervención importa, ya que programas de nueve o diez meses ofrecieron impactos más amplios que itinerarios muy breves. Estas conclusiones invitan a diseñar políticas que integren apoyo material, formación práctica y espacios comunitarios, y a medir sus efectos con datos administrativos a largo plazo para valorar retornos económicos sostenidos.
¿Qué se recomienda al Estado?
A partir de la evidencia del Banco de España, las autoridades y las entidades del Tercer Sector deberían priorizar programas que combinen las siguientes características:
- Itinerarios personalizados que ofrezcan una cartera de servicios adaptada a necesidades concretas, especialmente para familias con menores, porque esto reduce la privación infantil.
- Espacios comunitarios con recursos digitales que funcionen como puntos de encuentro para formación y gestión administrativa, porque facilitan el acceso a prestaciones y a empleos.
- Acompañamiento prolongado durante varios meses para consolidar cambios en hábitos, competencias y redes.
- Campañas presenciales para reducir la brecha de cobertura de prestaciones como el IMV, porque la evidencia muestra eficacia superior frente a campañas exclusivamente online.
En general, se aconseja perfilar mejor la formación digital y medir impactos con datos administrativos (teniendo en cuenta la duración) antes de ampliar modelos como Pilotem. Es decir, invertir en intervenciones integradas y prolongadas, y medir sus efectos con rigor para optimizar recursos y reducir la exclusión con criterios de eficacia y eficiencia.
Referencias:
¿Qué políticas son efectivas para reducir la exclusión social? Evaluación de cinco proyectos piloto de inclusión social a través de ensayos aleatorizados. (2025b, octubre 22). Banco de España. https://www.bde.es/wbe/es/publicaciones/analisis-economico-investigacion/documentos-ocasionales/que-politicas-son-efectivas-para-reducir-la-exclusion-social-evaluacion-de-cinco-proyectos-piloto-de-inclusion-social-a-traves-de-ensayos-aleatorizados.html
