El Gobierno de Pedro Sánchez está protagonizando una verdadera ‘fiesta del despilfarro’.
El líder del PSOE, lejos de recortar el tamaño del Ejecutivo, mantiene los polémicos 22 ministerios, vuelve a las cuatro Vicepresidencias sin atribuciones de coordinación, incrementa el número de secretarios de Estado y subsecretarios de 101 a 103, con cerca de 1.400 altos cargos y asesores a dedo. Una estructura que lastra la eficacia y la gestión del Plan de Recuperación.
Así lo advierte Rafael Jiménez Asensio, en su trabajo El «nuevo» Gobierno: un (primer) análisis de estructuras. Jiménez Asensio es profesor de Derecho Constitucional, vocal de la Comisión de Expertos del Ministerio de Administraciones Públicas para el Estudio y Preparación del Estatuto Básico del Empleado Público 2004-2005, consultor, y autor del blog La mirada Institucional.
El análisis destaca que pocos se centran en la estructura del Gobierno y muchos se enfocan en las personas, perfiles políticos, género y aspectos territoriales de los miembros del Ejecutivo. Además, señala el elevado número de cargos de confianza en el Gobierno.
En relación con la Presidencia del Gobierno, sugiere que no parece actuar como directora de la «macro orquesta», sino más bien como una instancia por encima de ella. Señala que las cuatro Vicepresidencias y el macrodepartamento tienen más poder de facto, ya que presiden la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios, donde se elabora lo que pasa por el Consejo de Ministros. La Comisión ahora cuenta con 103 miembros.
Respecto a las Vicepresidencias, el análisis indica que siguen teniendo funciones similares a las anteriores y que sus atribuciones de coordinación de departamentos son prácticamente inexistentes.

Pedro Sánchez
Advierte que queda sin resolver quién coordinará este extenso Gobierno para dotarlo de coherencia política y asegurar buenos resultados de gestión. Destaca que, una vez más, este aspecto parece no recibir la importancia debida en el país.
El análisis también señala que este es un Gobierno de coalición, pero no de dos partidos, sino de una coalición compleja con una fuerza política con un acomodo complicado. Esta dinámica ha llevado a la proliferación de Ministerios, Vicepresidencias y Secretarías de Estado para acomodar a todas las fuerzas políticas que respaldan al Gobierno.
En resumen, el análisis destaca que los gobiernos de coalición a menudo conducen a estructuras gubernamentales con «elefantiasis departamental» y sugiere que la actual estructura podría enfrentar desafíos en la implementación efectiva de políticas que trasciendan los límites de cada departamento.