Alberto Núñez Feijóo desvela que su ministro de Economía no será del PP.
En una entrevista con OkDiario, el líder del PP aseguró que busca un perfil profesional que “no va a venir a insultar a los otros grupos”.
“Será externo al partido. Al menos, la persona en la que estoy depositando mis expectativas es externa al partido. Yo no quiero un ministro que venga aquí a insultar a los otros grupos. Yo quiero un ministro que venga a acordar. Un ministro al que se le reconozca autoridad”, explicó a Eduardo Inda.
Aunque el ‘popular’ prefirió no desvelar el nombre de la persona elegida, sí admitió que están sobre la mesa los de Pablo Isla y Pablo Hernández de Cos
“Reconocer autoridad es muy difícil. Y yo estoy buscando a esa persona. Yo creo que la he encontrado y la tengo. Todas las personas que usted dice son buenas”, indicó.
Y además, aprovechó para reconocer que “con Pablo Isla he tenido mucho contacto en sus tiempos de presidente de Inditex y de director general de Patrimonio del Estado, cuando yo estaba de presidente de Correos y después de Galicia”.
Mientras que sobre Pablo Hernández de Cos destacó su papel dentro del Banco de España.
“Con el gobernador del Banco de España desde que he llegado de Galicia he tenido contacto con él. Desde que he llegado de vez en cuando le pido opinión y me leo los informes del Banco de España. La economía española es mucho más solvente cuando lees los informes del Banco de España que cuando escuchas a los ministros del Gobierno. Y es importante tener una fuente de solvencia y no una fuente de propaganda”, matizó.
Alberto Núñez Feijóo y Pablo Hernández de Cos
El ‘archienemigo’ de Sánchez
En el sector económico apuntan a que el líder del PP estaría ‘coqueteando’ con el actual gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Una figura que, además de contar con la confianza de la cúpula del PP, destaca por su gran experiencia y hasta por haberse convertido en uno de los ‘archienemigos’ de Pedro Sánchez.
Hernández de Cos llegó a ser el máximo responsable del Banco de España después de su nombramiento por el Ejecutivo de Mariano Rajoy días antes de la moción de censura en 2018. Aunque su mandato terminaría en junio de 2024, fuentes cercanas al PP creen que una contundente victoria de los ‘populares’ en las elecciones generales podría adelantar su salida para tomar las riendas de la cartera económica.
Desde el diario ‘Economía Digital’ aseguran que “hubo ya acercamientos entre Feijóo y Hernández de Cos, en algunas reuniones, en las que se podría haber barajado la opción de incorporarse en un Gobierno del PP”.
Aunque Pedro Sánchez buscó controlar por todos los métodos las instituciones públicas [al punto de poner a sus servicios al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y hasta al Instituto Nacional de Estadísticas (INE)], el líder del PSOE no logró meter las manos en el Banco de España.
De ahí que sea de las pocas instituciones públicas que ponga en evidencia las chapuzas económicas impulsadas desde Moncloa y sus devastadores efectos para la economía del país.
Por ejemplo, en mayo de 2023, fue el Banco de España quien desinfló la euforia de Sánchez con la Ley de Vivienda y los créditos ICO para acceder a las hipotecas.
«El problema de acceso a la vivienda en propiedad y en alquiler es serio y estructural y tiene que abordarse en múltiples dimensiones, no sólo en el mercado de la vivienda. Puede tener que ver con el crecimiento económico, la productividad y los salarios, por lo que no podemos tratar de resolver este problema estructural con una única política», dijo el director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán.
No se trata de un caso aislado, el Banco de España también fue la institución que alertó que el Gobierno PSOE-Podemos endeudó al país en 90.000 millones en un año o que la desigualdad de riqueza va en aumento con Sánchez.
También demostró la pésima gestión de Sánchez cuando desveló que el Gobierno se pudo haber ahorrado entre un 50 y un 75% de lo gastado contra la inflación. En concreto, precisó que elevar de 200 a 860 euros el cheque de apoyo para hogares vulnerables hubiera garantizado la misma protección y hubiera ahorrado cerca de 5.000 millones de recursos presupuestarios.
Mientras que medidas como las rebajas del IVA a electricidad, gas y alimentos o la bonificación de 20 céntimos al carburante dispararon innecesariamente la factura de la crisis, ya que solo perseguían fines electorales.