La vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, ha afirmado en rueda de prensa que para eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) debería situarse en 2.054 euros al mes. Según la última Encuesta de Estructura Salarial con datos de 2020, la ganancia media para los hombres ese año fue de 27.642,52 euros, mientras que para las mujeres fue de 22.467,48 euros, una diferencia de 5.175,04 euros que supone una brecha salarial del 18,7%, la más baja desde 2008.
Antoñanzas ha explicado que el descenso del 0,78% respecto al año anterior está relacionado con la subida del SMI de 735,9 euros en 2018 a 950 euros en 2020, lo que afecta a los salarios más bajos, cuyas perceptoras mayoritarias son las mujeres. No obstante, ha señalado que «si la relación fuera totalmente directa, el SMI debería situarse en 2.054 euros para que desapareciera la brecha salarial».
Además, Antoñanzas ha manifestado que si el descenso de la brecha salarial producido en 2020 fuera constante, se tardarían 25 años en alcanzar la igualdad salarial, lo que significa que las personas que finalizaran en 2020 una carrera universitaria conocerían la igualdad retributiva al final de su vida laboral y las nacidas en 2022, en el año 2.047.
El informe presentado por UGT, elaborado en el marco del Día por la Igualdad Salarial, también destaca que la discriminación hacia las mujeres que mayor incidencia salarial tiene es la contratación a tiempo parcial. «Ellas representan el 76% de en esta modalidad de jornada y de los casi dos millones de mujeres con contrato a tiempo parcial, un millón querrían trabajar a tiempo completo pero no pueden, por lo que la subida del SMI por sí sola no resolvería la discriminación económica ya que las contratadas a tiempo parcial recibirían solamente una parte del salario mínimo», ha lamentado Antoñanzas.
En cuanto a los sectores de actividad, el informe destaca que las actividades administrativas y de servicios auxiliares son las que soportan el índice más elevado de brecha salarial (31,07%), seguido por las actividades sanitarias y servicios sociales (28,39%) y otros servicios, con una brecha del 28,55%, todos ellos sectores altamente feminizados.