La Monarquía católica o española: el absolutismo frustrado

La monarquía española estaba inmersa en un equilibrio inestable pues la Monarquía tenía el afán de engrandecer su poder, su poder personal.

La Monarquía católica o española: el absolutismo frustrado

La monarquía española estaba inmersa en un equilibrio inestable pues la Monarquía tenía el afán de engrandecer su poder, su poder personal.

Los reyes tenían un inmenso afán de controlar el reino “como si fuese su finca personal”. Así, se originó un enfrentamiento entre el rey y el reino (entre la cabeza del reino y el propio reino). La idea de “Nación Española” se refería a un término fundamentalmente geográfico y no nacionalista. Se habla de NEOGOTICISMO (pues tras la invasión musulmana, en el 711, se intentó recuperar y unir los territorios cristianos -que habían quedado recluídos en el norte- por deseo expreso de los reyes cristianos.

Así mismo, se trataba de una MONARQUÍA COMPUESTA, es decir, una organización política que es fruto de la ambición de los reyes y que consiste en aunar diversos territorios distantes e, incluso, diversos. La ambición y el azar dinástico jugó un papel importante en la constitución de la Monarquía Católica. El monarca que establece por primera vez una corte permanente en Madrid y la identificación de Rey de España fue Felipe II se constituyó rey de un conjunto de territorios dispersos, distintos y distantes, unidos por el mismo rey y la misma religión.

Hay efectivamente una inexistencia del ABSOLUTISMO (como poder despótico) bajo el reinado de los Austrias, siendo el absolutismo, un mito creado por el liberalismo. Pues, durante el reinado de los Austrias, existían una gran cantidad de impedimentos teóricos que imposibilitaba que el rey pudiese ejercer un poder absoluto. Así, las ideas imperiales universalistas de Carlos legadas a sus sucesores y la concepción patrimonialista impidieron construir una organización política centralizada homogénea.

La Monarquía Católica nunca fue, por tanto, un ESTADO ESPAÑOL, es decir, nunca fue la cabeza del Imperio Hispano.

Los publicistas de la II Escolástica y, en especial, los jesuitas, teorizaron contra los abusos del poder del monarca. Hay todo una serie de impedimentos prácticos para que la Monarquía Española fuese un Estado Español, las Cortes y las demás Asambleas Representativas de la monarquía supondrán un límite a las aspiraciones del monarca. El rey NO puede a voluntad propia establecer nuevos impuestos o cualquier otro tipo de carga fiscal sin contar con el beneplácito de la Corte y de sus súbditos. El rey, ante todo, debía salvaguardar la propiedad privada de cada súbdito, no usurpársela.

Las CIUDADES eran consideradas como “una pequeña república” nos encontraremos que el monarca tendrá que contar con estas ciudades (que van a tener jurisdicción propia) para obtener recursos como los económicos o tropas.

La ARISTOCRACIA, en el mundo de los estados, tenía el control inmediato sobre los súbditos y tenían importantes recursos, pues los nobles tenían mucho poder y el rey los tenían que tener en cuenta (a los aristócratas) y colaborar con ellos esto correspondía un límite para el monarca. Así, España fue una república (cosa-pública) de GRANDES hacia el 1700. Esa idea del Monarca Absoluto (que en ocasiones identificamos con la figura de Luis XIV) solo se pudo verificar en España en momentos puntuales de nuestra historia.

Así mismo, el rey español tuvo claras dificultades para poder controlar el reino. Así, los monarcas españoles poseían una gran multitud de CONSEJEROS que, antes de aprobar una medida nueva, éstos se reunían, la estudiaban y la analizaban y, tras llegar a una opinión, se la daban por escrito al monarca (su veredicto sobre la nueva medida o ley a aprobar) y el monarca tenía en cuenta lo que los expertos le daban por escrito a la hora de aprobar cualquier ley nueva. Estos consejeros también hacían presente a los “SÚBDITOS MÁS LEJANOS” pues había una serie de consejeros territoriales: de Italia, de India…. Así mismo, también existían una gran cantidad de consejeros de aspectos muy variados: Consejeros de Materias (en donde trataban todo lo relacionado con la fiscalidad), consejero de Estado, de Inquisición…

Hay que comentar que el rey era la misma persona físicamente pero no jurídicamente: pues en Milán no era Rey de España sino Duque de Milán (no se dirigía en Milán como Rey de España); en Cataluña, como Conde de Barcelona… el rey se dirigía en las distintas lenguas y poseía una gran cantidad de títulos. Esta Monaquía Compuesta se verificaba, como acabamos de comprobar, en la realidad. Sin embargo, hay que considerar que era un SISTEMA MUY LENTO.

La GUERRA era la gran prueba del sistema. La guerra sirvió para que la monarquía terminase cayendo. El rey gana poder, pero pronto perdería jurisdicción. A partir de 1640, la lucha generalizada contra los enemigos de la Monarquía la pusieron -a la Monarquía- al borde del colapso: pérdida de Estados y pérdida de poder a causa de la política dinástica de conservación y reputación.

 

Autor

24h Economía

Te acercamos a la Economía. Toda la actualidad económica y política en 24heconomia.com y en sus redes sociales.