El informe “Perspectivas económicas: Las Américas”, publicado por el Fondo Monetario Internacional en octubre de 2025, presenta un diagnóstico sobre cómo los recientes cambios en las políticas mundiales y la persistente incertidumbre afectan a América Latina y el Caribe, y extrae implicaciones de política pública y reformistas para apuntalar la recuperación y la estabilidad macroeconómica.
Contexto mundial y canales de transmisión
El FMI subraya que la economía global ha cambiado por decisiones de política comercial y migratoria en economías clave, por conflictos geopolíticos y por una desaceleración esperada en los principales socios comerciales de la región. El documento destaca en concreto medidas arancelarias anunciadas en Estados Unidos y ajustes en las políticas migratorias, junto con un entorno de mayor incertidumbre que se refleja en índices de atención mediática sobre políticas económicas. Esa combinación genera canales que operan a través del comercio, las remesas, los precios de las materias primas y las condiciones financieras internacionales, y condiciona la demanda externa de bienes latinoamericanos.
Para España, esta descripción tiene relevancia indirecta, porque el informe asigna un papel central a la evolución de la zona del euro en las proyecciones mundiales, y porque las alteraciones en el comercio mundial y en los precios de las materias primas repercuten en la cadena de suministros y en la demanda global. El FMI proyecta un repunte moderado de la zona del euro en 2025, lo que consolida la idea de que las fluctuaciones globales son un factor que condiciona tanto a América Latina como a las economías europeas.
¿Qué ocurre en América Latina y el Caribe?
La región muestra resiliencia en el primer semestre de 2025, con contribuciones positivas de las exportaciones (lo cual puede potenciarse por el posible acuerdo con la UE) por el buen comportamiento de productos como cobre y manufacturas, y por un repunte de remesas en centros como América Central, Panamá y República Dominicana. Aun así, la trayectoria es desigual; la inflación converge lentamente hacia las metas en muchos países, la deuda pública continúa aumentando en términos relativos y las brechas productivas y de productividad limitan el crecimiento potencial. Se advierte que la desaceleración proyectada para 2026 se debe tanto a factores externos como a restricciones internas, y que la región crecerá a un ritmo medio cercano al 2,5 por ciento anual en el horizonte de mediano plazo.
En materia de inflación, el personal técnico del FMI observa que el proceso de desinflación continúa, pero con ritmos distintos según países. Algunas monedas se han apreciado recientemente, lo que contribuye a moderar presiones importadas, mientras que otros países aún registran subidas de la inflación subyacente por brechas positivas de producto y costos laborales. Es decir, el patrón regional es mixto y exige vigilancia macroeconómica.
Riesgos fiscales y gobernanza de los bancos centrales
El informe advierte que los esfuerzos fiscales observados en 2025 no han sido suficientes para frenar la escalada de la deuda pública en varios países, y que los coeficientes de deuda se acercan o han superado niveles máximos de la pandemia. En ese contexto, la pérdida de margen fiscal incrementa la vulnerabilidad ante shocks externos y limita la capacidad de respuesta. El documento insiste en que la consolidación fiscal creíble y marcos fiscales más sólidos son necesarios para preservar la eficacia de la política monetaria.
Del mismo modo, el informe documenta avances importantes en la independencia de los bancos centrales en la región, y muestra que una mayor autonomía se asocia con un mejor anclaje de la inflación y con mayor resiliencia macroeconómica. El FMI recomienda, a la luz de esos resultados, mantener y profundizar las reformas de gobernanza y dotar a los bancos centrales de mayor autonomía presupuestaria y capitalización adecuada.
Productividad, empresas y reformas estructurales
Un tema central del informe es el doble desafío de la productividad, que combina niveles bajos de productividad total de los factores y pérdidas por asignación ineficiente de recursos. El FMI documenta que esa asignación ineficiente explica parte importante del pobre desempeño de la productividad regional, y propone una agenda de reformas dirigida a mejorar el entorno empresarial, reducir fricciones e impulsar la inversión. Entre las medidas sugeridas están la ampliación de la base tributaria, la mayor eficiencia del gasto público y reformas que promuevan la competencia y la innovación.
En los gráficos del informe, España se presenta como un ejemplo entre las economías avanzadas en las comparaciones de productividad. Esto ayuda a mostrar la diferencia estructural que sigue existiendo entre esta región y otros países avanzados. Esa comparación contextualiza la magnitud del reto de productividad que afrontan las economías latinoamericanas.
Gráfico 1: Pérdidas de PTF debidas a una asignación ineficiente de los recursos

Fuentes: FMI, base de datos de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO); base de datos Penn World Table 10.01; Orbis; Encuestas Empresariales del Banco Mundial, y cálculos del personal técnico del FMI.
Recomendaciones del FMI
El FMI plantea que la región necesita consolidación fiscal creíble, fortalecimiento de la independencia de los bancos centrales y reformas que aumenten la productividad y mejoren el entorno empresarial. Para actores externos como España, la conclusión del informe es que apoyar la estabilidad en la región, a través de un comercio predecible y cooperación técnica para reformas, puede disminuir riesgos mutuos y generar oportunidades de integración comercial que sean beneficiosas para ambas partes.
