El paro oculto rompe la barrera de las 700.000 personas y evidencia la delicada situación del mercado laboral en España.
A pesar de la propaganda de Yolanda Díaz y Moncloa sobre la mejora del empleo en España, los solicitantes de empleo con vínculo laboral, una categoría que abarca a los empleados fijos discontinuos que actualmente no están trabajando, han superado la marca de las 700.000 personas por primera vez, excluyendo el año de la pandemia. Estos individuos quedan fuera de las estadísticas oficiales de desempleo proporcionadas mensualmente por el Ministerio de Trabajo, lo que ha llevado a algunos analistas del mercado laboral a proponer nuevos indicadores que reflejen con mayor precisión la realidad del desempleo en España.
La cifra de empleados fijos discontinuos inactivos cada mes, es decir, aquellos que mantienen un contrato con una empresa pero no tienen trabajo ni salario, e incluso pueden estar cobrando el subsidio por desempleo, no es de conocimiento público. El Gobierno se comprometió hace casi un año a desglosar la categoría de solicitantes de empleo con relación laboral, en la que históricamente se han contabilizado junto con aquellos afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y los solicitantes en situación de adscripción por colaboración social.
La situación comenzó a cambiar en octubre de 2022, con la entrada en vigor unos meses antes de la reforma laboral impulsada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En ese momento, los empleados fijos discontinuos «desempleados» comenzaron a aumentar en la categoría de solicitantes de empleo con relación laboral, al tiempo que el desempleo registrado disminuía. Esto se debió a que muchos contratos temporales que anteriormente existían «migraron» hacia esta otra fórmula contractual, indefinida pero también vinculada a la intermitencia.
Este fenómeno se ha mantenido constante desde entonces, llevando a que, exceptuando el año 2020, cuando los solicitantes de empleo con relación laboral también aumentaron significativamente debido a la aprobación masiva de ERTEs durante la pandemia, y una vez recuperada la actividad habitual, los desempleados en esta categoría alcancen cifras récord. En octubre de este año, ya triplicaban los niveles pre-covid, y en noviembre superaron la marca de los 700.000.
El aumento de 73.300 personas en el último mes se refleja en la disminución de los afiliados con este tipo de contrato al cierre de noviembre, con una reducción de 70.800, y en la estadística de demandantes ocupados, que creció en 77.842 personas en noviembre. Aproximadamente una semana después se informa sobre los solicitantes con relación laboral, un dato que ahora concuerda con los primeros y, al incluir solo tres categorías de solicitantes de empleo, permite hacer una estimación del número de empleados fijos discontinuos inactivos.
«Si bien aún no conocemos el número exacto de personas en cada una de las tres situaciones, es probable que la evolución de los solicitantes con relación laboral esté relacionada con la de los empleados fijos discontinuos», señalaron Fedea y BBVA Research en su último informe trimestral sobre el mercado laboral. Llegan a esta conclusión al observar la evolución de los contratos y los afiliados, así como porque en estos solicitantes con relación laboral se percibe el patrón estacional que tenía el desempleo registrado antes de la reforma laboral de 2022.
3,4 millones de parados efectivos
Dada esta situación, Fedea y BBVA Research introdujeron a finales del año pasado el concepto de «paro efectivo». Los servicios de investigación combinan a los demandantes con relación laboral con el desempleo registrado que el Ministerio de Trabajo informa mensualmente, considerando que este último se ve distorsionado por los cambios introducidos en la última reforma laboral. Los solicitantes de empleo con relación laboral siempre han quedado excluidos del desempleo registrado, pero el notable aumento de afiliados con contratos fijos discontinuos pone de manifiesto la necesidad de, al menos, informar sobre este impacto.
En noviembre, el Gobierno informó de un desempleo registrado de 2,73 millones de personas, 24,573 menos que en octubre. Sin embargo, si se contabilizaran los 700.501 solicitantes de empleo con relación laboral, el desempleo no habría disminuido, sino que habría aumentado en 48.725 personas. La suma de estos desempleados da como resultado la cifra de paro efectivo, que en noviembre se habría situado en 3,44 millones de personas.
Como consecuencia, los empleados fijos discontinuos mejoran las cifras del desempleo registrado en períodos de menor actividad, como noviembre, y moderan su descenso en momentos de mayor trabajo, como probablemente sucederá en diciembre cuando los empleadores vuelvan a activar a numerosos fijos discontinuos, especialmente en la hostelería. Esto implica, según destacan expertos consultados, que los datos actuales de desempleo ya no son comparables con los de años anteriores.
Otra conclusión que se desprende del último gráfico es que si el Gobierno incluyera a estos empleados fijos discontinuos inactivos en el desempleo registrado, este último estaría en realidad en niveles muy similares a los que tenía antes de la pandemia. Es decir, el paro efectivo no ha disminuido con respecto a 2019 (en noviembre de 2019 fue de 3,49 millones de personas). También es importante aclarar que esta cifra es siempre un mínimo, ya que habrá trabajadores que pierdan su empleo y decidan no inscribirse en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), quedando fuera del alcance de las estadísticas.