Malas previsiones para el mercado laboral español.
Juan de la Cruz, director del Centro Europeo de Regulación Económica y Competencia y director del Máster de Derecho de los Sectores Económicos Regulados de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que, de aquí al final de la década, se va a producir un cambio radical en el mercado laboral, y «la pérdida de empleo va a ser absolutamente brutal», de modo que «todo lo que puedan hacer las máquinas, lo van a hacer las máquinas».
De la Cruz hizo hincapié, precisamente, en las consecuencias de la globalización, y en cómo ésta entra en conflicto -algo que ya está pasando en la Unión Europea- cuando tiene que optar por la soberanía de un país, como explica el diario ‘The Objective’.
Con esta base, el también letrado y especialista en Derecho Constitucional y Administrativo, Derecho de la Unión Europea, Regulación Económica y Derecho de la Competencia, respalda la perspectiva del economista Dani Rodrik en su obra «La paradoja de la globalización«. En esta obra, Rodrik, profesor de Economía Política en la Universidad de Harvard, anticipa que la búsqueda de equilibrio entre la hiperglobalización económica, las políticas democráticas y la soberanía nacional inevitablemente resulta en el debilitamiento de una de estas tres fuerzas.
Según Rodrik, se nos presentan tres opciones: optar por ser una nación económicamente globalizada con una democracia a nivel global, a expensas de parte de nuestra soberanía nacional; preservar completamente nuestra soberanía nacional y democracia interna, pero sin integrarnos plenamente en la globalización; o bien, adherirnos a la globalización, mantener nuestra autonomía nacional, pero sacrificando la democracia interna.
Francia e Italia
Mientras se resuelve la incógnita planteada por el trilema de Rodrik, los expertos que participaron en el coloquio celebrado el martes en el Consejo General de Economistas, Jordi Alberich, coordinador del Instituto de Estudios Estratégicos de Foment del Treball, y Juan de la Cruz, coincidieron en señalar que la regulación actual sobre el control de las inversiones extranjeras en empresas estratégicas es «anacrónica, parcial e insuficiente». Por lo tanto, proponen complementarla mediante el fortalecimiento de nuestras capacidades industriales, sugiriendo la implementación de una nueva ley de industria.
A pesar de considerar adecuados los criterios para determinar los sectores sujetos a autorización para la entrada en España, sugieren la necesidad de identificar en qué industrias poseemos ventajas comparativas claras, tomando como ejemplo la estrategia francesa en la industria nuclear o la italiana en la automovilística. También abogan por la aplicación de reglas de reciprocidad al permitir la entrada de capital extranjero, evaluando si la inversión puede favorecer el crecimiento económico y si su rechazo podría frenar futuras inversiones.
En relación con la adquisición de acciones de Telefónica por parte del grupo saudí STC, los expertos sostienen que se deben tener en cuenta «las credenciales de Arabia Saudí» al autorizar o denegar dicha compra, situando la operación en el contexto de la política exterior y realizando un análisis de costos y beneficios. Finalmente, destacan la importancia de apostar por la seguridad jurídica mediante la establecimiento de reglas claras para atraer inversiones extranjeras.