El Gobierno de Pedro Sánchez tropieza en su plan de desembarcar en Telefónica.
El diario ‘The Objective’ explica que los movimientos para incorporar empresarios españoles que acompañen a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) en su intento de hacerse con una participación minoritaria -pero relevante- de la operadora de telecomunicaciones, han resultado infructuosos hasta el momento.
El Gobierno ha estado en contacto con prominentes empresarios españoles en las últimas semanas con el objetivo de financiar parte de la entrada necesaria. La meta es preservar los intereses de España, lo que implica obtener un asiento en el consejo de Telefónica. Esto solo sería posible adquiriendo el 5% de las acciones de la compañía, lo que requiere una inversión de al menos 1.000 millones de euros a los precios actuales del mercado.
Esta inversión representa una suma considerable para la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que actualmente carece de liquidez. Para llevar a cabo esta operación, la SEPI tendría que endeudarse o solicitar más fondos al Ministerio de Hacienda. Es por esta razón que la incorporación de socios privados se considera una solución óptima para compartir los costos y hacer posible la entrada en el consejo de Telefónica mientras se cumplen los objetivos de preservar los intereses nacionales de España.
Nadie da el primer paso
Hasta el momento, los intentos del Gobierno por establecer contactos con empresarios para financiar la entrada en Telefónica no han tenido éxito, según fuentes consultadas por este diario. Los empresarios que han recibido la invitación han declinado cortésmente la oferta o han dado respuestas evasivas. Hasta ahora, nadie se ha comprometido con el proyecto del Gobierno.
Según informó ‘El Confidencial’, los empresarios en condiciones de asumir una inversión de esta envergadura son limitados, entre ellos Florentino Pérez de ACS, Amancio Ortega de Inditex, Juan Roig de Mercadona y José Manuel Entrecanales de Acciona. Sin embargo, hasta el momento, ninguno de ellos ha tomado medidas concretas, lo que ha llevado al Gobierno a buscar incluso el apoyo de socios habituales como Joseph Oughourlian de Amber Capital, socio de la SEPI en Indra, aunque tampoco ha habido éxito en esta búsqueda.
El principal obstáculo para que algún socio, tanto español como extranjero, se involucre en Telefónica es la baja rentabilidad de las acciones y el alto coste político de participar en una operación liderada por el Gobierno. La empresa ha experimentado una disminución del 60% en su cotización en bolsa desde la llegada de José María Álvarez-Pallete a la presidencia, y desde septiembre del año pasado, el precio de las acciones no ha superado los cuatro euros. Esto demuestra que es difícil obtener ganancias a medio plazo con el valor de las acciones de Telefónica.