La combinación de signos de resiliencia con riesgos crecientes de fragilidad plantea una situación complicada para la economía global. El crecimiento global se mantiene pese a las tensiones comerciales y geopolíticas que podrían alterar ese escenario en los próximos años.
Crecimiento global que resiste, pero con menos impulso
El informe del Real Instituto Elcano destaca que la economía mundial sigue creciendo, impulsada por el sudeste asiático y por la inversión en inteligencia artificial y centros de datos, mientras que el precio del petróleo y la moderación de la inflación ayudan a sostener la demanda. Aun así, las proyecciones muestran una desaceleración en 2026, y el crecimiento será desigual entre regiones. Se subraya que el impulso actual se apoya en elementos que pueden ser temporales, como la anticipación de importaciones por parte de empresas para evitar aranceles, y en factores estructurales cuya traducción en productividad aún no está garantizada.
La encrucijada fiscal y tecnológica: Estados Unidos
Estados Unidos puede mantener un crecimiento relativamente sólido a corto plazo, alimentado por la ola de inversión en IA, pero que convive con una trayectoria fiscal problemática. El aumento de la deuda pública y los recortes fiscales hacen que la relación deuda/PIB sea insostenible a largo plazo si no se corrigen las políticas. Además, el informe alerta sobre una posible burbuja en los mercados bursátiles ligada a expectativas excesivas sobre la productividad de la IA. Si las ganancias esperadas no se materializan, una corrección podría afectar la inversión y el crecimiento global, aunque el impacto sería más localizado al sector tecnológico que a un colapso sistémico como el de 2008.
Asia y Europa: motores distintos
Asia hoy, y en particular la India y el sudeste asiático, volverán a ser el motor principal del crecimiento global. China crecerá a ritmos más moderados, limitada por los problemas del sector inmobiliario. Europa crecerá menos, pero con diferencias internas notables, ya que la periferia europea muestra una recuperación relativa frente al centro.
Para España, el mensaje es positivo, ya que lidera el crecimiento entre las economías avanzadas por varios factores, entre ellos la fortaleza de la demanda interna, el bajo coste energético relativo, la llegada de inmigración, la resiliencia del mercado laboral, la recuperación del turismo y los fondos NextGenerationEU. Estas fuerzas explican un crecimiento anticipado cercano al 2,9% para 2025 y una aceleración de la inversión privada que podría sostener la recuperación. No obstante, persisten retos estructurales como la baja productividad, la sostenibilidad del sistema de pensiones, la elevada deuda pública y la necesidad de reorientar la inversión hacia la innovación y la transición energética.
Riesgos financieros y la geopolítica del dinero
Existen varias vulnerabilidades crecientes fuera del perímetro bancario tradicional, en particular por la expansión de los intermediarios financieros no bancarios, cuya interconexión con los bancos puede transmitir rápidamente tensiones al sistema financiero. El FMI sugiere reforzar estándares regulatorios y mejorar marcos de resolución para proteger el núcleo financiero.
Asimismo, el informe aborda la revolución en los sistemas de pago y en la geopolítica monetaria que plantean las stablecoins y las monedas digitales de bancos centrales. El desarrollo diferenciado de marcos regulatorios entre Estados Unidos y la Unión Europea puede provocar tensiones y alterar la demanda de activos de reserva, con efectos sobre el coste de financiación y el papel del dólar como moneda internacional. Estas transformaciones configuran un nuevo paisaje monetario con consecuencias inciertas.
A retener:
Se puede afirmar que España se encuentra en una posición favorable dentro de un contexto internacional caracterizado por resiliencia y fragilidad simultáneas. La ventaja comparativa actual se apoya en factores cíclicos y estructurales, pero su consolidación exige pasos decididos en política pública. Mejorar la productividad y reactivar la inversión en innovación son condiciones necesarias para convertir el impulso presente en crecimiento sostenido. Si no se actúa en esa dirección, la fragilidad mundial derivada de tensiones financieras o correcciones de mercado puede pasar factura a una economía aún con cierta vulnerabilidad por su deuda.
Es importante matizar que muchas de las oportunidades descritas dependen de cómo se materialice la inversión en IA y de si sus ganancias se traducen en productividad amplia y duradera. Si la oleada tecnológica se traduce en una mayor concentración de renta en capital, podría ampliarse la desigualdad y alimentarse el descontento social, un riesgo político que el informe identifica como relevante para la estabilidad. Además, la reconfiguración de la geopolítica del dinero añade incertidumbre sobre costes de financiación y sobre la demanda internacional de activos en euros, una variable que interesa a España en su estrategia de deuda y de atracción de inversión extranjera.
La principal aportación de esta información es una guía para entender por qué el crecimiento puede continuar y, al mismo tiempo, por qué las probabilidades de sorpresas a la baja han aumentado. Para España, ese doble mensaje implica aprovechar el momento para corregir vulnerabilidades internas, y estar preparada para administrar shocks externos sin perder el impulso reformista.
Referencias:
Resiliencia y fragilidad: las dos caras de la economía mundial. (2025, 30 octubre). Real Instituto Elcano. https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/resiliencia-y-fragilidad-las-dos-caras-de-la-economia-mundial
Fondo Monetario Internacional: World Economic Outlook: Global Economy in Flux, Prospects Remain Dim
