El sector financiero repercute en la economía real

Cuando una norma bancaria encoge el comercio internacional

A comienzos de 2012, el Gobierno español obligó a los bancos a elevar las provisiones por riesgo en créditos a la construcción y el sector inmobiliario, en dos fases.

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La norma se implemento con la primera fase que sería una provisión del 7% sobre préstamos en vigor, seguida de reglas más estrictas según el tipo de activo, incluyendo provisiones adicionales muy elevadas para suelos y proyectos en curso. La cuantía total de provisiones adicionales fue en torno al 8.5% del PIB, lo que supuso un fuerte choque para la rentabilidad y los balances bancarios.

Efectos sobre la oferta de crédito y sobre las empresas que comercian

La medida redujo la capacidad o la disposición de bancos más expuestos a seguir prestando, y esto se observó con claridad en los registros de crédito. Usando el registro crediticio español, se observa que cuando un banco tiene mayor exposición previa al inmobiliario, su crédito a empresas importadoras cae de forma significativa, aproximadamente 3% por una desviación estándar de exposición, en comparación con otros bancos. Además, las empresas no lograron compensar completamente esa caída pidiendo más a bancos menos afectados, porque el endeudamiento bancario total de los importadores se redujo alrededor de 2.8%, y su financiación total (incluyendo deuda no bancaria y capital) también descendió. Estos efectos se reflejaron en menor inversión y empleo en las empresas más afectadas.

De la caída del crédito a la caída del comercio

La contracción del crédito tuvo un impacto directo en las importaciones de las empresas afectadas. Con datos transaccionales de la balanza de pagos, las firmas que dependían más de bancos muy expuestos redujeron sus compras en el extranjero, y el efecto en el margen intensivo fue de aproximadamente 3.6% para las importaciones. En consecuencia, la demanda española de bienes importados se debilitó y eso se tradujo en menores exportaciones para los socios comerciales de España.

Factores que atenúan o amplifican el impacto

Los autores identifican dos motivos principales por los que algunos exportadores pudieron amortiguar la caída de la demanda española, mientras que otros no lo hicieron.

Primero, el grado de desarrollo financiero del país de origen. Exportadores establecidos en países con sistemas financieros profundos pudieron ofrecer mayor crédito comercial (crédito del proveedor, pago aplazado por el vendedor) y así sostener ventas a importadores españoles con menos acceso al crédito bancario, dejando sus exportaciones a España relativamente indemnes. En países con sistemas financieros menos desarrollados, las exportaciones a España cayeron de forma significativa, alrededor de 3.3% en mercados expuestos.

Segundo, los costes de comercio y la naturaleza del producto. Los exportadores que enfrentan mayores costes bilaterales con España, por distancia geográfica o barreras lingüísticas, tienen menos margen para ofrecer financiación comercial o para redirigir ventas. Además, los productos muy diferenciados o heterogéneos son más complejos de reubicar hacia otros mercados, por lo que esos flujos sufrieron caídas más fuertes. Para productos heterogéneos se documentó una caída notable en las exportaciones totales, mientras que los productos homogéneos pudieron redirigirse con mayor facilidad.

¿Qué nos dicen estas conclusiones?

Según las conclusiones del propio documento, la lección central es que una regulación bancaria doméstica, aun cuando busca corregir vulnerabilidades internas, puede generar externalidades internacionales a través del comercio. El mecanismo no pasa necesariamente por bancos internacionales ni por movimientos de capital, sino por la relación cliente-banco en el mercado interior que determina la capacidad de importación de empresas. Esto significa que las políticas prudenciales tienen efectos más amplios en la realidad, que dependen de cómo se financian las empresas y de las características de sus proveedores, así como del mercado al que van dirigidas. En términos prácticos, cuando diseñan exigencias contables o de provisiones, los reguladores deberían considerar que la carga de ajuste recae en bancos que, al retraer crédito, afectan cadenas de suministro, especialmente las vinculadas a productos poco sustituibles. Estas conclusiones sugieren la conveniencia de coordinación internacional o de medidas complementarias que alivien transitoriamente la falta de liquidez de las empresas que prestan servicios a la economía real.

A retener

Lo que se puede asegurar es que el aumento de provisiones exigido en España en 2012 redujo la oferta de crédito de bancos muy expuestos, que esa reducción se tradujo en menor actividad importadora por parte de empresas afectadas, y que la caída en la demanda española tuvo efectos medibles sobre las exportaciones de otros países, con heterogeneidad según el desarrollo financiero, los costes de comercio y la naturaleza del producto. En síntesis, la regulación bancaria doméstica puede propagarse a través del comercio internacional, con consecuencias reales para socios comerciales, lo que plantea retos de política y coordinación.