La medida antiinflacionaria pone contra las cuerdas a las familias con hipotecas

El BCE y la FED advierten que los tipos de interés permanecerán por las nubes tres años más

Los inversores dudan de que el techo de los tipos se quede en máximos de hace 22 años a ambos lados del Atlántico

BCE y FED
BCE y FED 24H

El dinero ‘barato’ tardará al menos tres años en volver.

La política monetaria se ha endurecido en ambos lados del Atlántico, lo que ha llevado a los tipos de interés a alcanzar su punto más alto en 22 años. Sin embargo, la crisis de precios persiste y ya no está claro si se ha alcanzado el límite de los tipos de interés, especialmente después de que tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal hayan revisado a la baja sus previsiones de inflación tras el parón económico durante el verano.

De hecho, ambos bancos centrales advierten que el objetivo de inflación sagrado del 2%, que algunos expertos sugieren elevar debido al bajo crecimiento económico, no se alcanzará en los próximos tres años. Esto indica que la lucha contra la inflación continuará y que los tipos de interés altos serán necesarios durante un tiempo indefinido, como ha repetido el BCE en los últimos meses.

En el caso del BCE, los expertos han revisado considerablemente a la baja sus previsiones tanto para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) como para el crecimiento económico. La décima subida de los tipos en 15 meses, llevándolos al 4,5%, se acompañó de un aumento de dos décimas en las previsiones de inflación para la zona euro, tanto para este año como para 2024.

Ahora, se espera que el IPC cierre en un 5,6% en 2023 y en un 3,2% el año siguiente, lo que representa un empeoramiento con respecto a las estimaciones de junio que eran del 5,4% y el 3%, respectivamente. Para 2025, se anticipa un aumento en los tipos de interés que hará que los precios suban un 2,1%, cercano pero psicológicamente por encima de la meta de inflación.

El BCE justificó su decisión de mantener el ritmo frenético de aumento de los tipos de interés en septiembre argumentando que la revisión al alza para 2023 y 2024 se debe principalmente a los precios más altos de la energía. A pesar de que la mayoría de los indicadores de presiones inflacionarias han comenzado a moderarse, las presiones subyacentes siguen siendo intensas.

Sin embargo, se avecina el espectro de la estanflación, que combina un aumento sostenido de los precios con un modesto crecimiento económico. Los expertos del BCE han reducido significativamente sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) debido al impacto de las subidas de tipos. Ahora se espera que la economía de la zona euro crezca un 0,7% este año (en comparación con el 0,9% pronosticado en junio), un 1% en 2024 (en lugar del 1,5% anterior) y un 1,5% en 2025, una décima menos que las previsiones anteriores al verano.

Los efectos del endurecimiento de la política monetaria tendrán un costo significativo para España, reduciendo el PIB en un punto porcentual este año y en 1,2 puntos en 2024, según cálculos recientes del Banco de España.

BCE

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Los problemas de EEUU

El panorama económico tampoco es optimista en el otro lado del Atlántico. La Reserva Federal ha decidido mantener los tipos de interés en un rango del 5,25% al 5% la semana pasada, niveles no vistos desde 2001. Sin embargo, no descarta realizar nuevas subidas antes de que termine el año debido a la falta de control en los precios.

De hecho, los miembros del comité de política monetaria de la Fed son más pesimistas que hace tres meses y ahora esperan una inflación del 3,3% para este año, una décima más. Para 2024, pronostican que el aumento de precios se desacelerará al 2,5%, aunque en 2025 el objetivo del 2% se aleja una décima, pasando del 2,1% previsto en junio al 2,2% actual.

La resistencia persistente de los precios está comenzando a hacer que los inversores consideren que los tipos de interés se mantendrán elevados durante más tiempo de lo previsto. Incluso sin descartar nuevas subidas, lo que llevaría los tipos de interés en Europa a niveles históricamente altos (el 4,75% es el máximo), el empeoramiento de las previsiones de inflación ya está generando tensiones en los mercados de deuda pública, con los intereses de los bonos españoles a diez años en niveles de 2014 y los de Estados Unidos en récords de 2007.

El desafío para los bancos centrales se agrandará en los próximos meses, cuando tengan que decidir si endurecer aún más su política para combatir la inflación o aliviar la presión para evitar una recesión temida.

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24h Economía

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