El Banco Central Europeo (BCE) advierte del alto riesgo de una masiva crisis bancaria en Europa.
La institución financiera ha emitido una advertencia sobre los peligros a los que se enfrenta la banca europea convencional debido al crecimiento de las Instituciones Financieras No Bancarias (NBFI, por sus siglas en inglés), también conocida como ‘banca en la sombra’.
Según este informe, las NBFI, que incluyen fondos de inversión, aseguradoras y otros vehículos/entidades especializadas en nichos del mercado financiero, están planteando una amenaza cada vez mayor para la estabilidad financiera en Europa.
Los crecientes vínculos entre la ‘banca en la sombra’ y las entidades convencionales puede provocar una suerte de ‘efecto dominó’ en el sector financiero si la primera ficha (la ‘banca en la sombra’) cae.
Las NBFI existen desde hace décadas. No obstante, su expansión por Europa es un fenómeno más reciente. Pero ya se podría decir que han alcanzado el tamaño suficiente para convertirse en un riesgo real para el sector financiero en su conjunto. A medida que los tipos de interés suben, el riesgo de que se rompa algo en el sector financiero aumenta, con la ‘banca en la sombra’ en el punto de mira. Este sector está muy expuesto al riesgo de liquidez y no tiene acceso directo a las líneas de crédito del BCE.
Fue el economista Paul McCulley, exdirector de Pacific Investment Management, más conocido como Pimco, el que apodó a estas instituciones como «bancos en la sombra». Desde entonces, este apelativo se ha utilizado de forma habitual por la prensa. Sin embargo, la propia industria considera que este apodo incluye cierta connotación negativa (opacidad y misterio) que no es buena. En la actualidad se está extendiendo el uso de las siglas NBFI para dar nombre a estas instituciones.
Su expansión en los últimos años ha sido intensa a nivel global y también en Europa. El informe del BCE destaca que las NBFI han experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, impulsadas por la búsqueda de los inversores de mayores rendimientos y la demanda de nuevas fuentes de financiación. Sin embargo, esta expansión ha generado preocupaciones sobre la capacidad de supervisión y regulación de estas instituciones, lo que plantea riesgos para la estabilidad del sistema financiero europeo.
Una de las principales preocupaciones identificadas por el BCE es la falta de transparencia en las actividades de las NBFI. A diferencia de los bancos tradicionales, los NBFI están sujetas a un marco regulatorio menos estricto, lo que dificulta el control de sus operaciones y la evaluación de sus riesgos. Esta opacidad podría conducir a la acumulación de riesgos sistémicos y la posibilidad de una propagación más rápida de crisis financieras.