Estados Unidos vuelve a desafiar las leyes económicas. Mientras Europa lucha por evitar la recesión, el PIB estadounidense crece a un ritmo del 2,4 % anual y el desempleo se mantiene por debajo del 4 % (U.S. Bureau of Economic Analysis, 2025). Wall Street marca máximos históricos y el dólar sigue siendo el refugio global.
Pero tras la superficie brillante, el modelo americano muestra grietas profundas. La deuda pública supera ya los 34 billones de dólares, el gasto se expande sin control y el crecimiento depende de un consumo que se financia cada vez más con crédito.
En palabras del economista Nouriel Roubini (2024), “Estados Unidos vive una bonanza autoinfligida: crece gracias a la deuda, se enriquece con burbujas y se convence de que nada puede romperlo.”
El pleno empleo que no convence
La tasa de paro del 3,8 % es, en teoría, una muestra de fortaleza. Pero en realidad, muchos empleos creados son de baja productividad o de múltiples empleos parciales. Según el U.S. Labor Department (2025), más del 8 % de los trabajadores estadounidenses tiene dos o más trabajos simultáneamente.
El salario real medio apenas ha aumentado un 1 % anual desde 2019, mientras la inflación acumulada supera el 18 % en el mismo periodo (Federal Reserve, 2025). El resultado es un pleno empleo precario, sostenido por la necesidad, no por la prosperidad.
La economista Claudia Sahm (2025) advierte que “el pleno empleo en EE.UU. no significa bienestar; significa que todos trabajan para pagar deudas.”
El consumo como religión económica
La fuerza del consumo estadounidense sigue siendo su motor central. El gasto de los hogares representa más del 67 % del PIB, pero el crédito al consumo crece a su vez un 9 % anual, el ritmo más alto en 15 años (Federal Reserve, 2025).
Las tarjetas de crédito acumulan una deuda récord de 1,4 billones de dólares, con tasas de impago en aumento. La deuda estudiantil ya supera los 1,7 billones, y el endeudamiento hipotecario vuelve a los niveles previos a 2008 (Bloomberg, 2025).
Aun así, el estadounidense promedio sigue comprando, viajando y consumiendo con confianza. La paradoja es evidente: una economía fuerte sostenida por la fragilidad de su consumidor.
El analista Peter Schiff (2025) lo sintetiza con ironía: “El gasto americano es el nuevo opio del mundo. Financia el crecimiento global, pero en cualquier momento puede dejar de inhalar.”
La deuda: el talón de Aquiles imperial
El Congreso estadounidense sigue postergando cualquier intento serio de ajuste fiscal. El déficit federal cerrará 2025 en torno al 6,2 % del PIB, el doble del nivel considerado sostenible por el FMI (U.S. Treasury, 2025).
Cada año, EE. UU. gasta más de un billón de dólares solo en intereses de deuda, una cifra equivalente a todo el PIB de España.
El Banco Mundial (2025) advierte que la deuda americana “ya no es un problema de largo plazo, sino un factor de riesgo sistémico global.”
Sin embargo, el dólar sigue siendo el pilar que sostiene el sistema. Su estatus como moneda de reserva mundial permite financiar déficits colosales sin crisis de confianza inmediata. Pero, como recordó George Soros (2024), “el privilegio del dólar es también su trampa: cuanto más se abusa de él, más inevitable se vuelve su ajuste.”
Wall Street: la euforia antes de la resaca
Los principales índices bursátiles estadounidenses —el S&P 500, el Nasdaq y el Dow Jones— se encuentran en máximos históricos, impulsados por la fiebre tecnológica y la inteligencia artificial.
Las acciones de Nvidia, Apple y Microsoft han duplicado su valor en menos de dos años. La capitalización total del mercado bursátil estadounidense supera los 54 billones de dólares, más del doble del PIB nacional (CNBC, 2025).
Sin embargo, el ratio precio-beneficio (P/E) promedio del Nasdaq supera las 35 veces, un nivel comparable al de la burbuja puntocom de los años 2000.
El economista Robert Shiller (2025), creador del famoso índice CAPE, advirtió recientemente que “los precios actuales reflejan más fe que fundamentos. El mercado está actuando como si la historia ya no se repitiera.”
La inteligencia artificial y el espejismo tecnológico
La revolución de la inteligencia artificial (IA) es la nueva narrativa que sostiene la euforia económica. Se espera que esta industria genere más de 15 billones de dólares de valor global para 2030 (McKinsey, 2025).
Pero los analistas advierten que el entusiasmo puede estar inflando una burbuja de expectativas. La mayoría de las empresas vinculadas a la IA aún no generan beneficios significativos, mientras los inversores compiten por participar en cualquier compañía que mencione “machine learning” en sus comunicados.
El economista Paul Krugman (2024) ironizó: “La inteligencia artificial no reemplazará a la estupidez financiera.”
El retorno de la inflación estructural
Aunque la inflación ha retrocedido desde el pico del 9 % de 2022, se mantiene estable en torno al 3,2 %, por encima del objetivo de la Reserva Federal. El mercado laboral ajustado, la energía cara y el gasto público sostienen presiones inflacionarias persistentes (Fed, 2025).
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha reiterado que “la lucha contra la inflación no ha terminado.” Pero el dilema es claro: subir los tipos para controlar los precios podría provocar una recesión inducida por el crédito.
El analista Kenneth Rogoff (2025) lo describe como “la trampa de la prosperidad”: una economía demasiado caliente para enfriarla, pero demasiado endeudada para soportar el enfriamiento.
La fractura social: riqueza récord, desigualdad récord
La otra cara del milagro americano es su desigualdad. El 1 % más rico posee ya el 32 % de toda la riqueza del país, mientras el 50 % inferior apenas controla el 2,5 % (Federal Reserve, 2025).
Las grandes ciudades experimentan burbujas inmobiliarias que expulsan a las clases medias, mientras el acceso a la vivienda, la sanidad y la educación se vuelve prohibitivo.
La socióloga Anne Case (2024) señala que “la economía estadounidense produce tanto riqueza como frustración. La clase media ya no mide su progreso en ascenso, sino en resistencia.”
Europa ante la burbuja americana
Para Europa, la fortaleza de Estados Unidos es un arma de doble filo. Por un lado, el dólar fuerte abarata importaciones y estabiliza los mercados financieros; por otro, las altas tasas de interés de la Fed atraen capital global y encarecen el crédito en la eurozona.
El Banco Central Europeo (2025) advierte que la divergencia monetaria entre Washington y Fráncfort podría prolongar la debilidad del euro y frenar el crecimiento europeo.
España, que ha aprovechado el turismo y la demanda estadounidense, podría sufrir si el dólar se debilita o si Wall Street corrige.
El economista Nicolas Baverez (2023) sintetiza la paradoja: “Mientras Europa se disciplina, América se endeuda. Pero la historia demuestra que los imperios mueren cuando confunden deuda con destino.”
Conclusión: el sueño americano, versión financiera
Estados Unidos sigue siendo el centro de gravedad del mundo financiero. Su dinamismo, innovación y poder militar garantizan un grado de estabilidad que nadie puede igualar.
Pero esa fortaleza puede ser también su punto débil. Una economía que depende del crédito perpetuo y de la fe en su moneda camina sobre terreno resbaladizo.
El imperio americano no se derrumbará de golpe, pero podría comenzar a desmoronarse desde dentro, lentamente, como todas las civilizaciones que creyeron que su éxito era eterno.
Europa haría bien en observar, no imitar. Porque el verdadero desafío no es crecer más rápido, sino saber cuándo el crecimiento deja de ser señal de salud y se convierte en síntoma de exceso.
Referencias
Banco Central Europeo (BCE). (2025). Monetary Policy Report: Transatlantic Divergence. Fráncfort: BCE.
Bloomberg. (2025). “U.S. credit card debt hits $1.4 trillion as delinquencies rise.” Bloomberg Markets.
Case, A. (2024). Deaths of Despair and the Future of Capitalism. Princeton University Press.
CNBC. (2025). “Tech stocks soar as AI frenzy fuels record valuations.” CNBC Business News.
Federal Reserve. (2025). Household Debt and Credit Report. Washington, DC: Fed.
Fondo Monetario Internacional (FMI). (2025). World Economic Outlook: Western Hemisphere Update. Washington, DC: IMF.
Krugman, P. (2024). The Age of Fragile Economies. W.W. Norton & Company.
McKinsey & Company. (2025). The Economic Potential of Artificial Intelligence. Nueva York: McKinsey Global Institute.
Rogoff, K. (2025). Inflation and Debt in the Post-Pandemic World. Harvard University Press.
Roubini, N. (2024). MegaThreats: The Ten Trends That Imperil Our Future. Penguin Press.
Sahm, C. (2025). “The myth of full employment.” Brookings Papers on Economic Activity.
Schiff, P. (2025). The Real Crash 2.0. Wiley & Sons.
Shiller, R. (2025). Irrational Exuberance: Updated Edition. Princeton University Press.
U.S. Bureau of Economic Analysis. (2025). Quarterly GDP Report, Q2 2025. Washington, DC: BEA.
U.S. Department of Labor. (2025). Employment Situation Summary, September 2025. Washington, DC: DOL.
U.S. Department of Treasury. (2025). Fiscal Outlook 2025. Washington, DC: Treasury Department.
World Bank. (2025). Global Debt Monitor 2025. Washington, DC: World Bank.
