Durante décadas, Japón fue sinónimo de estancamiento. La economía que en los años ochenta parecía destinada a dominar el mundo quedó atrapada en una larga era de deflación, deuda y envejecimiento demográfico. Pero en 2025, el país del sol naciente parece estar redefiniendo su narrativa económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI, 2025) ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento para Japón, situándolas en 1,6 % anual, impulsadas por un yen históricamente débil, la expansión fiscal y una política monetaria que comienza a abandonar décadas de ultraestimulación. Por primera vez en mucho tiempo, el pesimismo japonés empieza a ceder ante la posibilidad de un renacimiento económico.
El cambio político también acompaña. La nueva primera ministra, Sanae Takaichi, ha prometido una estrategia de “reindustrialización tecnológica” que combina gasto público, innovación y una gradual normalización monetaria. Su mensaje es claro: “Japón no puede vivir de su pasado, pero puede rediseñar su futuro.”
El yen débil: bendición y maldición
El yen ha perdido más del 20 % de su valor frente al dólar desde 2023, alcanzando niveles no vistos en más de treinta años (Bloomberg, 2025). Esta depreciación ha convertido a Japón en una potencia exportadora aún más competitiva, favoreciendo a gigantes como Toyota, Sony y Mitsubishi.
Sin embargo, el efecto no es unánimemente positivo. Un yen débil encarece las importaciones energéticas y alimentarias, afectando el poder adquisitivo de los hogares. La inflación, históricamente ausente en la economía japonesa, se ha situado en torno al 3 % anual, un nivel que el Banco de Japón (BoJ) considera “aceptable pero vigilante” (BoJ, 2025).
El economista Richard Katz (2025) explica la paradoja: “Japón ha pasado de temer la deflación a temer la inflación”. Es un cambio histórico, pero también un síntoma de que su equilibrio económico sigue siendo precario.”
Una deuda que desafía la lógica
Japón mantiene la deuda pública más alta del mundo desarrollado, superior al 260 % de su PIB (OCDE, 2025). Durante años, esa cifra fue el símbolo del fracaso fiscal del país. Pero el contexto global ha cambiado: los bajos tipos de interés y la credibilidad internacional de Japón han hecho que la deuda sea sorprendentemente sostenible.
El Banco de Japón posee más del 45 % de los bonos soberanos, lo que convierte al país en una economía casi autofinanciada. Según el economista Takatoshi Ito (2024), “Japón es el único país que puede endeudarse consigo mismo sin colapsar.”
Aun así, los riesgos persisten. Si el BoJ continúa elevando los tipos para contener la inflación, el coste de la deuda podría dispararse. Y dado que más de un tercio del presupuesto nacional se destina al pago de intereses y pensiones, cualquier movimiento brusco podría comprometer la estabilidad fiscal.
Takaichi y la nueva “Abenomics 2.0”
La llegada de Sanae Takaichi a la oficina del Primer Ministro ha marcado un giro pragmático en la política japonesa. Discípula ideológica de Shinzo Abe, la líder conservadora ha relanzado los tres pilares de la estrategia original de Abenomics —política monetaria flexible, estímulo fiscal y reformas estructurales— pero adaptados a un entorno más incierto.
La nueva versión, bautizada informalmente como “Abenomics 2.0”, incorpora un énfasis en la tecnología avanzada, inteligencia artificial y seguridad energética. El plan incluye un fondo público de 200.000 millones de dólares para impulsar industrias estratégicas como semiconductores, robótica y defensa (Nikkei Asia, 2025).
La lógica detrás del programa es clara: convertir la debilidad demográfica en una oportunidad de automatización y modernización.
“Japón será la primera nación que transforme el envejecimiento en ventaja tecnológica”, declaró Takaichi en su discurso ante la Dieta en septiembre de 2025 (NHK, 2025).
Una demografía que ya no perdona
Ninguna economía desarrollada enfrenta un desafío demográfico tan severo como Japón. Más del 30 % de la población tiene más de 65 años, y la fuerza laboral se reduce en aproximadamente 500.000 personas por año (Ministerio de Asuntos Internos, 2025).
La robotización y la inmigración selectiva se presentan como las únicas salidas viables. Japón, tradicionalmente reacio a la inmigración masiva, ha comenzado a abrir sus fronteras a trabajadores cualificados, especialmente en sectores como salud, ingeniería y tecnología.
Pero el cambio cultural es lento. “El problema de Japón no es solo económico, es existencial”, afirma el sociólogo Fumio Takahashi (2025). “Una sociedad que envejece tan rápido tiende a elegir estabilidad sobre innovación, y ese conservadurismo puede limitar cualquier renacimiento económico.”
Europa ante el renacimiento japonés
El resurgimiento japonés tiene implicaciones directas para Europa. Con un yen barato y un impulso exportador renovado, las empresas japonesas vuelven a competir agresivamente en los mercados internacionales, especialmente en automoción, tecnología y maquinaria.
España, por ejemplo, ha visto una reducción del 12 % en sus exportaciones de componentes de automoción a Japón, debido a la reindustrialización local impulsada por el gobierno nipón (ICEX, 2025).
Por otro lado, los inversores europeos comienzan a mirar nuevamente hacia Tokio. El índice Nikkei 225 ha subido un 18 % en lo que va de año, impulsado por la entrada de capital extranjero atraído por valoraciones bajas y una política corporativa más transparente.
“El nuevo Japón no busca ser el taller del mundo, sino su laboratorio”, señala la analista María Ángeles León (2025). “Eso lo hace más atractivo para el capital europeo, pero también más competitivo para nuestras empresas.”
El papel del Banco de Japón: equilibrio inestable
Después de décadas de tasas negativas, el Banco de Japón ha iniciado un lento proceso de normalización monetaria. En julio de 2025, elevó su tipo de referencia al 0,5 %, el nivel más alto desde 2008 (BoJ, 2025).
La medida marca el fin simbólico de la era del dinero gratuito, pero también abre un dilema: ¿cómo retirar estímulos sin estrangular la recuperación?
El gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, ha asegurado que la política seguirá siendo “gradual y predecible”. Sin embargo, el mercado teme que una subida prematura de tipos pueda frenar el crédito empresarial y reavivar la deflación.
El economista Paul Krugman (2024) advierte: “Japón no puede permitirse un error de política”. Si enfría demasiado rápido, volverá al estancamiento; si no lo hace, la inflación se descontrolará. Está caminando sobre el filo de una katana.”
La competencia tecnológica: el regreso del hardware
Mientras Occidente apuesta por el software, Japón vuelve a su fortaleza histórica: el hardware industrial y electrónico. Empresas como Renesas, Toshiba y Sony están liderando la nueva generación de chips y sensores aplicados a inteligencia artificial y vehículos autónomos.
La alianza estratégica con Europa, especialmente con Alemania y Francia, busca reducir la dependencia de China en cadenas de suministro críticas. Sin embargo, la competencia también se intensifica.
El investigador Jean-Michel Quatrepoint (2024) advierte que “el resurgir japonés desafía el liderazgo tecnológico europeo”. Japón no compite en precio, compite en perfección.
Para España, el reto es doble: mantener sus relaciones comerciales con Japón y aprovechar oportunidades de inversión tecnológica, evitando quedar como mero consumidor en esta nueva división global del trabajo.
Conclusión: la resurrección disciplinada
Japón no ha renacido por milagro, sino por disciplina. Su resurgimiento es una lección para Occidente: la constancia, incluso en el estancamiento, puede ser una forma de preparación.
El país ha aprendido a sobrevivir sin crecimiento y ahora busca crecer sin perder su estabilidad. Europa, atrapada en sus propias contradicciones fiscales y morales, haría bien en observar el ejemplo japonés.
Porque mientras Bruselas debate sobre marcos regulatorios y sostenibilidad, Tokio reindustrializa, automatiza y exporta.
Japón no está regresando al mundo. Está recordándole al mundo cómo se compite con paciencia y precisión.
Referencias
Banco de Japón (BoJ). (2025). Monetary Policy Statement, Q3 2025. Tokio: Bank of Japan.
Bloomberg. (2025). “Yen hits 30-year low as Takaichi unveils stimulus plan.” Bloomberg Asia Markets.
Fondo Monetario Internacional (FMI). (2025). World Economic Outlook: Asia-Pacific Update. Washington, DC: IMF.
ICEX España Exportación e Inversiones. (2025). Informe sobre comercio bilateral España-Japón 2025. Madrid: ICEX.
Ito, T. (2024). Fiscal Policy and Debt Sustainability in Japan. University of Tokyo Press.
Katz, R. (2025). Japan’s Economic Paradox: From Deflation to Inflation. Brookings Institution.
Krugman, P. (2024). The Age of Fragile Economies. W.W. Norton & Company.
León, M. Á. (2025). Inversión y tecnología en el nuevo Japón. ESADEgeo Working Papers.
Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones de Japón. (2025). Population and Labor Report 2025. Tokio: MIC.
NHK. (2025). Discurso de política general de la primera ministra Sanae Takaichi. Tokio: NHK World Japan.
Nikkei Asia. (2025). “Takaichi’s 200 billion dollar stimulus to reindustrialize Japan.” Nikkei Asia Business News.
OCDE. (2025). Economic Outlook: Japan 2025. París: OECD Publishing.
Quatrepoint, J.-M. (2024). L’Asie technologique et la nouvelle guerre industriale. París: Gallimard.
Takahashi, F. (2025). Aging and Modernity in Japan. Kyoto University Press.
Vives, X. (2024). Competencia y soberanía industrial en Europa. IESE Insight, Barcelona.
