Las ventas de bienes españoles a Estados Unidos registraron una caída aproximada del 30% en agosto respecto al mismo mes del año anterior, hasta situarse en 969 millones de euros, bajo el impacto del reciente acuerdo comercial entre la Comisión Europea y EE.UU., que estableció un arancel general del 15 % a los productos europeos.
Esta situación ha provocado que las exportaciones españolas al mercado norteamericano (equivalentes al 4 % del total de las exportaciones de agosto) experimenten una fuerte contracción, al tiempo que las importaciones estadounidenses en España descendieron un 15%, hasta los 2.239 millones de euros.
¿Qué hay detrás de esta caída?
El origen del desplome se encuentra en el mecanismo del acuerdo. La UE aceptó un arancel común del 15% para sus exportaciones hacia EE.UU., negociado en un contexto de presión ejercida por la administración de Donald Trump, que llegó a amenazar con gravámenes del 50%. Así, una parte de la caída se explica porque importadores estadounidenses habían adelantado compras antes de febrero, lo que generó un efecto rebote a la baja en agosto.
Adicionalmente, la ralentización de la economía de EE.UU. y la pérdida de competitividad de los productos europeos (al incrementarse los costes de exportación) contribuyen al descenso sostenido. En los primeros ocho meses del año, las exportaciones españolas al país norteamericano retrocedieron un 8,7% y se situaron en 11.270 millones de euros, mientras que las importaciones desde EE.UU. subieron un 8% hasta 20.775 millones.
Impacto en la balanza comercial e implicaciones
La caída del 30% en agosto ha contribuido a que las exportaciones españolas totales bajaran un 5,3% en dicho mes, hasta 24.351 millones de euros, mientras las importaciones crecen ligeramente. Esto significa un empeoramiento de la balanza comercial con EE.UU. y una presión adicional sobre empresas exportadoras españolas en un momento de alta incertidumbre internacional.
Los sectores más afectados son aquellos orientados al mercado estadounidense que cuentan con estructuras de costes sensibles a gravámenes o dependen de cadenas logísticas largas. A medio plazo, la empresa española puede verse obligada a reconfigurar sus rutas de exportación, encontrar nuevos mercados o absorber una menor rentabilidad por unidad exportada.
Conclusión
El acuerdo comercial entre la UE y EE.UU., con su arancel del 15%, ha tenido un efecto rápido y adverso para España, cuyos envíos al mercado norteamericano sufrieron un descenso del 30% en agosto. Esta situación revela lo vulnerable que puede ser el tejido exportador ante cambios regulatorios y obliga a replantear estrategias de diversificación, ajuste de costes y acceso a mercados alternativos. Si no se actúa con rapidez, la pérdida de cuota en un cliente tan relevante como EE.UU. podría tener efectos permanentes sobre la competitividad exterior española.