Nueva crisis de Gobierno en Francia

Macron exige a su primer ministro interino un plan de acción consensuado con la oposición

El presidente francés da a Sébastien Lecornu apenas 48 horas para presentar una hoja de ruta que garantice la gobernabilidad y calme la creciente inestabilidad política en el país.

Lecornu y Macron
Lecornu y Macron 24h

Introducción

Francia vuelve a encontrarse al borde de una crisis institucional. Tras una reunión de urgencia en el Palacio del Elíseo, el presidente Emmanuel Macron ha ordenado a su primer ministro interino, Sébastien Lecornu, que presente en un plazo máximo de 48 horas un plan de acción negociado con la oposición para desbloquear la situación política y evitar un vacío de poder.

La instrucción llega en un contexto de creciente inestabilidad, marcado por la dimisión de Michel Barnier y las tensiones dentro del propio bloque macronista, donde las divisiones se han vuelto evidentes.

Un encargo contrarreloj

El presidente ha sido claro: Lecornu deberá presentar el borrador del plan antes del miércoles por la noche, lo que apenas le deja dos días para alcanzar acuerdos con socialistas, conservadores y ecologistas. Macron pretende mantener la gobernabilidad sin recurrir a elecciones anticipadas, pero la tarea se prevé compleja.

El propio Lecornu, que ocupa el cargo de forma provisional desde hace menos de un mes, se enfrenta a una oposición fortalecida por el desgaste del Ejecutivo. Su mandato interino ya ha superado el breve récord de François Bayrou, pero sigue siendo el más efímero de los últimos años, reflejo de la inestabilidad política que atraviesa el país.

Reacomodos en el Gobierno

En paralelo, Bruno Le Maire, ministro de Economía y hasta ahora responsable de la cartera de Defensa, ha anunciado que se aparta temporalmente de su puesto para facilitar el diálogo entre fuerzas políticas. Su gesto busca reducir la tensión en torno al Ejecutivo, que ha sufrido críticas tanto por la gestión presupuestaria como por su falta de comunicación con los partidos de oposición.

“Observo que el clima actual genera reacciones incomprensibles, a veces desproporcionadas”, escribió Le Maire en redes sociales, al justificar su decisión.

Las Cuentas Públicas, el punto más delicado

Fuentes del Elíseo reconocen que el mayor desafío para el nuevo plan serán las Cuentas Públicas. Francia se enfrenta a una presión creciente del Tribunal de Cuentas, que exige ajustes inmediatos ante un déficit superior al 5% del PIB. Los analistas advierten que, sin un pacto político sólido, las finanzas del país corren el riesgo de deteriorarse aún más, afectando la confianza de los mercados.

“Las cuentas serán las peor paradas”, reconocen fuentes gubernamentales. La posible reducción del gasto y el retraso de algunas reformas sociales podrían reavivar el malestar en la calle, donde los sindicatos mantienen su capacidad de movilización.

El reto de Macron: mantener el control

Desde las elecciones legislativas de 2024, Macron gobierna sin mayoría absoluta, dependiendo de alianzas frágiles que se resquebrajan con cada crisis. La salida de Barnier y el papel limitado de Lecornu exponen una fractura profunda dentro del macronismo, mientras la oposición gana visibilidad.

La urgencia con la que Macron exige resultados refleja su voluntad de mantener el control político, pero también el desgaste de un liderazgo que atraviesa su momento más frágil desde 2017. Si el primer ministro interino no logra tender puentes, el presidente podría verse obligado a nombrar un tecnócrata o convocar nuevas elecciones, opciones que inquietan tanto a París como a Bruselas.

Conclusión

Francia vuelve a navegar en aguas turbulentas. La figura de Lecornu simboliza una presidencia que busca ganar tiempo mientras negocia su supervivencia política. En un país acostumbrado a los sobresaltos institucionales, Macron se enfrenta a la encrucijada más delicada de su segundo mandato: recomponer una mayoría inexistente o asumir el riesgo de un nuevo ciclo electoral.