La trampa del crédito invisible

La trampa de los préstamos “gratis”: cómo el modelo Buy Now, Pay Later convierte compras pequeñas en miles de millones

El sistema que seduce a millones con cuotas sin intereses mueve miles de millones a costa de los comercios y con crecientes riesgos de impago: un modelo que ya preocupa a reguladores y expertos en crédito.

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Introducción

Comprar hoy y pagar después se ha convertido en una de las tendencias financieras más explosivas de los últimos años. El modelo Buy Now, Pay Later (BNPL), que permite pagar en cuatro cuotas sin intereses, se ha popularizado en tiendas físicas y plataformas online, atrayendo a millones de consumidores con la promesa de compras accesibles y sin comisiones.

Sin embargo, detrás de esta aparente gratuidad se esconde un negocio multimillonario. Empresas como Afterpay, Klarna y Affirm han construido un imperio cobrando a los comercios, ampliando plazos de pago con intereses y ofreciendo tarjetas físicas para aumentar su alcance. Pero el rápido crecimiento plantea riesgos crecientes para consumidores, comerciantes y el propio sistema financiero.

Cómo funciona el modelo BNPL

El sistema parece sencillo: el cliente selecciona BNPL en el momento de la compra, recibe la aprobación inmediata y paga en cuatro cuotas iguales sin intereses. El proveedor:

  • Paga al comercio al día siguiente, asegurando liquidez al vendedor.
  • Asume el riesgo de impago, aunque lo gestiona con algoritmos de crédito estrictos.
  • Cobra al comercio una comisión que puede llegar al 5% del valor de la transacción, muy superior a la comisión típica de una tarjeta de crédito.

El 90% de los ingresos de Afterpay proviene de los comercios, no de los consumidores. A ello se suman otros modelos: préstamos mensuales con intereses, productos de ticket alto y, más recientemente, tarjetas físicas BNPL para compras en tiendas, lo que duplica el mercado potencial.

Un crecimiento exponencial

La expansión del BNPL en EE. UU. es vertiginosa:

  • El volumen de transacciones se multiplicó por 20 desde 2019.
  • Al principio se usaba para compras online de 100 a 200 dólares, pero ahora alcanza incluso a bienes de consumo diario como la comida.
  • Una encuesta de LendingTree mostró que el 25% de los usuarios usaron BNPL para comprar comestibles en 2024, frente al 14% del año anterior.

Este crecimiento ha impulsado alianzas estratégicas: Klarna cerró un acuerdo exclusivo con Walmart para integrar BNPL en su plataforma de pagos, y Affirm trabaja con gigantes del e-commerce para ampliar su alcance.

Los riesgos para consumidores y empresas

Aunque las compañías defienden que sus clientes son solventes, los datos pintan un escenario más complejo:

  • La Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) señaló en 2024 que más de dos tercios de los préstamos BNPL fueron a consumidores con bajos puntajes de crédito.
  • El 41% de los usuarios pagó tarde en 2024, un aumento respecto al 34% de 2023.
  • Klarna reportó un 17% más de pérdidas por impagos en 2025.

El riesgo es doble: los consumidores pueden acumular deudas invisibles al fragmentar múltiples compras, y las compañías enfrentan una base de clientes cada vez más riesgosa, lo que amenaza la sostenibilidad del modelo.

Regulación y futuro del BNPL

La rápida expansión del BNPL ha llamado la atención de reguladores y agencias de crédito:

  • La CFPB intentó equiparar el BNPL a las tarjetas de crédito, aunque la aplicación de estas reglas está en debate.
  • FICO anunció que incorporará el historial BNPL en los informes de crédito, lo que podría mejorar el puntaje de los usuarios cumplidores, pero también penalizar a quienes se retrasan.
  • Las propias compañías reclaman un marco regulatorio específico, distinto al de las tarjetas, que reconozca la naturaleza de microcréditos de corto plazo.

Algunos analistas creen que BNPL no reemplazará completamente a las tarjetas de crédito, pero sí se consolidará como una alternativa dominante para compras puntuales y para segmentos jóvenes que desconfían de la deuda rotativa tradicional.

Conclusión

Lo que comenzó como un método atractivo para comprar joyas en una tienda australiana se ha transformado en un fenómeno financiero global. El BNPL democratiza el acceso al consumo, dinamiza el comercio electrónico y ofrece a los usuarios una ilusión de control.

Pero su éxito trae consigo riesgos: sobreendeudamiento de los consumidores, impagos crecientes y una burbuja en el modelo de negocio. El desafío ahora es encontrar un equilibrio entre innovación y regulación que permita que el BNPL sea una herramienta útil y no una trampa de deuda disfrazada de “préstamo gratis”.