La infraestructura: columna vertebral del desarrollo
Las infraestructuras son fundamentales para potenciar el crecimiento económico y para asegurar el bienestar social. Sin ellas, muchos servicios esenciales, como el transporte, la energía y la conectividad, quedarían comprometidos, frenando tanto los negocios como la calidad de vida.
En este escenario, la financiación pública actúa como catalizador. PwC, una de las firmas de servicios profesionales más grandes del mundo, especializada en auditoría, consultoría y asesoramiento fiscal y legal, analiza cómo España ha desplegado un conjunto de instrumentos para equilibrar la balanza y garantizar que los proyectos estratégicos se materialicen.
Los fallos del mercado que justifican la intervención pública
Aunque algunos proyectos cumplen con criterios de rentabilidad y estabilidad (la llamada “bancabilidad”), a menudo presentan riesgos adicionales: cambios regulatorios, incertidumbre política, tamaño excesivo o un retorno a largo plazo. Para los financiadores privados, estas condiciones reducen el atractivo de invertir en solitario.
Por ello, la financiación pública no sustituye al capital privado, sino que lo complementa, aportando garantías o cobertura de riesgos que permiten que las inversiones avancen.
Tipos de instrumentos públicos en España
España cuenta con varias entidades e instrumentos que juegan un papel decisivo:
- Instrumentos de cobertura, como los que ofrece CESCE, que protege al prestamista ante riesgos de impago mediante seguros de crédito y avales, cubriendo entre el 50 y el 99 % del riesgo.
- Financiación directa, proporcionada por entidades como COFIDES o ICO. COFIDES puede aportar mediante deuda senior, subordinada, mezzanine, incluso capital; ICO ofrece deuda y avales técnicos o financieros.
- FIEM (Fondo para la Internacionalización de la Empresa), gestionado por la Secretaría de Comercio, que otorga préstamos a largo plazo con interés fijo para proyectos internacionales que alinean con interés nacional.
Además, todas estas operaciones están condicionadas al concepto de «interés nacional», que puede interpretarse de forma flexible, desde tener empresas españolas como accionistas principales hasta que haya componentes significativos de bienes o servicios españoles implicados.
Gobernanza, regulación y equilibrio público-privado
No basta con disponer de instrumentos; hace falta que existan reglas claras. PwC hace notar que:
- A nivel internacional y europeo existen normas para asegurar la competencia justa cuando los gobiernos intervienen financieramente, de forma que no se genere un desplazamiento injustificado de la inversión privada.
- España está alineada con estos marcos normativos, incluyendo el Reglamento de Ayudas de Estado de la UE, que delimita cómo deben operar las ayudas públicas para que no distorsionen el mercado.
Conclusión: intervención pública como palanca de transformación
En resumen, la financiación pública no aparece como sustituto de la privada, sino como complemento necesario para hacer posibles aquellos proyectos de infraestructuras que, aunque estratégicos y con potencial de impacto, implican riesgos demasiado elevados para que un inversor privado los asuma solo.
El Estado español, con instrumentos como CESCE, COFIDES, ICO o FIEM, logra además alinear esos proyectos con las grandes prioridades nacionales: transición ecológica, movilidad sostenible, digitalización y expansión internacional. Bien regulada y con criterios claros, la financiación pública puede ser la palanca que impulsa infraestructuras resilientes, eficientes y equilibradas socialmente.
Bibliografía:
PWC. (2025, 3 octubre). Por qué la financiación pública juega un papel en los proyectos de infraestructuras. Ideas PwC. https://ideas.pwc.es/archivos/20251003/por-que-la-financiacion-publica-juega-un-papel-en-los-proyectos-de-infraestructuras/
