La región de Valencia dispone de uno de los principales puertos del mar mediterráneo (el puerto de Valencia) que es clave en muchas industrias como automovilística (grupos como Volkswagen y Ford tienen fábricas ubicadas en la región). Sin embargo, la Dana con sus inundaciones supusieron un tumulto con un férreo efecto, no solo en el plano humano, sino también económico.
A finales de octubre de 2024 una DANA «muy intensa» afectó la provincia de Valencia. Los efectos de esa DANA sobre daños económicos y empleo son complejos, pero se puede crear estimaciones de pérdidas (en % del PIB), elaborar el efecto sobre el empleo provincial y nacional, medir el papel de las indemnizaciones públicas y la incertidumbre asociada a esas proyecciones.
¿Cómo medir las perdidas?
Para estimar dichos daños se creó una función no lineal usando registros globales de inundaciones (EM-DAT) para imputar pérdidas económicas cuando faltan datos observados. Además, estas pérdidas estimadas (daños expresados como % del PIB) se tomaron para introducirlas en un modelo dinámico espacial de panel mensual a nivel provincial para cuantificar efectos sobre el empleo. Es decir, hablando en castellano, se creó una función que estimara los daños de una inundación por mes y limitado a una provincia. Asimismo, se incluyeron las posibles propagaciones por vínculos comerciales interprovinciales y la influencia de las indemnizaciones pagadas por el Consorcio de Seguros.
Los daños resultantes
Las proyecciones iniciales situaron las pérdidas económicas de la DANA entre 0,55% y 1,71% del PIB nacional, según el percentil de severidad considerado (fuerza del desastre natural). Por lo tanto, el “escenario más probable” (la media de las estimaciones) sitúa la perdida en un 1,1% del PIB. Al compararlo con los datos del EM-DAT (valoración oficial posterior) la cifra se quedó en 0,65% del PIB. Esto llevo a un ajuste por lo bajo del modelo para adaptar las simulaciones.
Se indica que el Gobierno movilizó recursos equivalentes a casi 1,1% del PIB para medidas de emergencia, una magnitud que excede el daño directo estimado y muestra la relevancia macroeconómica del evento para la actividad pública. Pese a esto, muchos apuntan a que la ayuda tardo en llegar por bloqueos políticos y discursos dispares entre los dos principales partidos.
Impacto en el empleo
El análisis del impacto laboral distingue entre efectos directos en Valencia y efectos indirectos a través de redes comerciales provinciales.
Si se considera el escenario inicial (1,1% del PIB), se proyectó una caída acumulada del empleo en Valencia de alrededor 2,1 puntos porcentuales y de 0,2 puntos porcentuales a nivel nacional. Aproximadamente la mitad del impacto nacional procedía de la caída directa en Valencia y la otra mitad de efectos indirectos interprovinciales.
Por otro lado, tras incorporar la cifra oficial de EM-DAT (0,65% del PIB), la estimación revisada dejó una pérdida acumulada en Valencia de alrededor 1,4 puntos porcentuales, que encaja con la observación real del mínimo de afiliación (entre 1,5 y 1,6 puntos porcentuales en la caída observada). La discrepancia de 0,2 puntos porcentuales se concentró en el primer mes del shock.
El modelo detecta que los efectos no son lineales ya que eventos moderados no muestran impacto estadísticamente significativo en empleo, pero eventos extremos muestran grandes efectos en el mercado laboral.
El papel de las indemnizaciones
Las indemnizaciones muestran efectos rezagados. La recuperación no se ve reflejada hasta el tercer mes y alcanza su pico en torno al quinto mes tras la liquidación de pagos. Además, las compensaciones en provincias vecinas también generan positivos sobre el empleo local de la región de valencia.
En el caso de la DANA, la trayectoria observada de afiliaciones a la Seguridad Social se recuperó. Se remarca que la respuesta del empleo a las indemnizaciones es aproximadamente 2,5 veces mayor que su respuesta al daño mismo. Es decir, el multiplicador del gasto indemnizatorio sobre empleo es sustancial, lo que sugiere que la política pública y los pagos aseguradores jugaron un papel estabilizador fuerte en el corto plazo.
¿Y si ocurría en Barcelona?
El modelo estima que si un choque idéntico (0,65% del PIB) hubiese ocurrido en Barcelona, la caída acumulada del empleo sería similar (alrededor de 1,4 puntos porcentuales), pero el impacto nacional aumentaría hasta alrededor de 0,3 puntos porcentuales. Casi un 50% más que el efecto real del choque en Valencia lo cual cobra sentido cuando se considera que el papel de Barcelona en la economía nacional es mayor y sus vínculos comerciales son más extensos.
Interpretación del modelo
El modelo establece que no todo evento climático dañino produce el mismo efecto macroeconómico. La relación no es lineal y se ve afectado por varios factores como la geografía ya que no todas las regiones causan en mismo efecto en cadena. Además, se remarca el papel estabilizador de las indemnizaciones públicas.
