Crecimiento del empleo extranjero
España cuenta hoy con 3,1 millones de afiliados extranjeros a la Seguridad Social, frente a los dos millones de 2019. Representan ya más del 14 % del total, un salto notable respecto al 11 % de hace seis años. Este aumento coincide con un crecimiento económico sólido, el PIB español subió un 0,8 % en el segundo trimestre y el Gobierno prevé un 2,6 % anual, muy por encima de países vecinos como Alemania, Francia o Italia.
Procedencias y sectores principales
La mayor parte de los trabajadores procede de Marruecos (343.000) y Rumanía (335.000), seguidos de Colombia, Venezuela, Italia y China. También destacan 78.000 ucranianos en plena guerra.
Por sectores, la presencia extranjera es decisiva:
- Hostelería: 30 % de afiliados.
- Agricultura: 34 %.
- Construcción: 22 %.
- Empleo doméstico: 42 %.
Territorialmente, Baleares lidera con un 24 % de afiliados extranjeros, seguida de Cataluña con un 19 %. En cambio, en Extremadura apenas alcanzan un 5 %.
Impacto económico y social
Lejos de desplazar empleo nacional, los estudios muestran un efecto complementario. La regularización de 2005, que incorporó a 600.000 inmigrantes, aumentó la recaudación sin generar mayores costes sociales ni impacto negativo en el mercado laboral.
Incluso la criminalidad descendió pese al crecimiento poblacional extranjero. Según el Nobel David Card, el debate público suele ignorar estos beneficios y se centra en factores identitarios más que en las evidencias económicas.
Perspectivas y retos
Aunque los datos confirman su papel como motor económico, una nueva regularización masiva parece poco viable en el clima político actual. El PP y otros partidos han endurecido su discurso, y la iniciativa legislativa popular en favor de los inmigrantes quedó frenada en el Congreso.
Aun así, el flujo migratorio continúa alimentado por sectores con falta de mano de obra y por el propio crecimiento económico. Como señala Raymond Torres, Director de Coyuntura Económica de Funcas, se genera un círculo virtuoso: la economía atrae inmigración, y ésta impulsa aún más el crecimiento.
Conclusión
La inmigración laboral se ha convertido en un pilar del dinamismo económico español. Con millones de trabajadores extranjeros sosteniendo sectores clave, España enfrenta el reto de acompañar este fenómeno con políticas inclusivas que refuercen su potencial y gestionen las tensiones sociales y políticas que lo rodean.
