Los planes energéticos para 2030 superan en más del 120 % lo que la ciencia recomienda

Gobiernos planean duplicar extracción de combustibles fósiles: un paso atrás en la lucha climática

Los planes energéticos para 2030 superan en más del 120 % lo que la ciencia recomienda para mantener el calentamiento bajo control, poniendo en duda los compromisos del Acuerdo de París.

Efectos del cambio climático
Efectos del cambio climático 24h

El planeta no va en la dirección correcta. El informe Brecha de Producción, preparado por organizaciones como el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo (SEI), Climate Analytics y el IISD, analiza los planes oficiales de los veinte mayores productores de combustibles fósiles.

Según el estudio, los gobiernos del mundo están proyectando extraer más del doble de combustibles fósiles de lo que sería compatible para frenar el cambio climático. En cifras, se calcula que en 2030 la producción de carbón, petróleo y gas estará un 120 % por encima de lo necesario para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C.

Existe una contradicción ya que mientras los países prometen reducir emisiones para cumplir con el Acuerdo de París, al mismo tiempo mantienen planes de expansión en sectores que son la principal fuente de gases de efecto invernadero.

¿Qué significan los 1,5 °C?

El objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 °C respecto a la era preindustrial se considera el umbral «seguro» por la comunidad científica. Si se supera, los impactos del cambio climático, como olas de calor, sequías, inundaciones, deshielo de glaciares o pérdida de ecosistemas, se intensificarán.

Superar los 2 °C supondría un escenario mucho más peligroso, con daños irreversibles en muchas regiones. Por eso, cada décima de grado cuenta.

El problema es que los planes de producción actuales van justo en la dirección contraria; en vez de frenar el calentamiento, lo aceleran. El mundo planea quemar mucho más carbón, petróleo y gas de lo que la atmósfera puede soportar sin disparar la temperatura.

Quiénes están detrás de esta expansión

El informe analiza a los veinte principales países productores de combustibles fósiles, responsables del 80 % de la extracción mundial. La mayoría planea aumentar su producción en la próxima década:

  • China lidera la expansión del carbón y prevé una reducción muy lenta después de 2030.
  • Estados Unidos, Rusia y Qatar tienen planes de crecimiento en gas natural.
  • Arabia Saudí, Brasil y Nigeria destacan entre los países que quieren ampliar su producción petrolera.

En total, 17 de los 20 mayores productores incrementarán su extracción en algún combustible fósil. Solo seis países muestran planes compatibles con una reducción real. A esto se suma un problema adicional, muchos gobiernos todavía subsidian con dinero público a las industrias fósiles, en lugar de priorizar energías limpias.

Consecuencias de seguir este rumbo

Si se mantiene esta trayectoria, los compromisos climáticos perderán credibilidad. La brecha entre lo que se promete y lo que realmente se produce dejaría al Acuerdo de París sin fuerza real.

Las consecuencias son claras:

  1. Pérdida de credibilidad en los acuerdos climáticos:
    Si los países dicen que van a reducir emisiones pero, al mismo tiempo, producen más carbón, gas y petróleo, estos compromisos se quedan en palabras vacías.
  2. Calentamiento global más difícil de frenar:
    Quemar más combustibles fósiles significa más emisiones, lo que hace casi imposible mantener la temperatura del planeta por debajo de 1,5 °C.
  3. Efectos sociales y ambientales más duros:
    Las personas más vulnerables serán las primeras en sufrir sequías, inundaciones y olas de calor, mientras que muchos ecosistemas no podrán recuperarse del daño.
  4. Dinero mal invertido en infraestructuras fósiles:
    Invertir en proyectos de carbón, gas y petróleo puede acabar siendo un error: muchas instalaciones podrían quedar abandonadas y perder su valor, convirtiéndose en “activos varados”.

En otras palabras, cada año que se retrasa la reducción de producción fósil, por tanto la corrección necesaria será mucho más dura y costosa.

Qué se puede hacer

Los expertos insisten en que aún hay margen para cambiar el rumbo si se toman medidas contundentes:

  • Detener la aprobación de nuevos proyectos fósiles.
  • Redirigir los subsidios hacia energías renovables y eficiencia energética.
  • Asegurar una transición justa para los trabajadores y comunidades que dependen de estas industrias.
  • Establecer compromisos claros y medibles de reducción de extracción.

El mensaje del informe es claro: el mundo no está frenando el calentamiento global, sino alimentándolo. Cada tonelada de carbón, petróleo o gas extraída de más acerca al planeta a un punto de no retorno. La decisión está en manos de los gobiernos, seguir apostando por un modelo energético que acelera la crisis climática, o apostar de una vez por un futuro sostenible.