Desde el Gobierno de Pedro Sánchez siguen maquillando las cifras del paro para buscar transmitir una falsa mejora en el mercado laboral de España.
A diferencia de la afiliación, el paro registrado ya no refleja de manera precisa la realidad del empleo en España. En noviembre, el número de personas registradas como desempleadas disminuyó en 24.573, según destacó el Ministerio de Trabajo como «el segundo mejor dato de la historia exceptuando la crisis pandémica». Sin embargo, esta afirmación es parcial, ya que al cierre del mes, más de 70.000 personas con contratos fijos discontinuos se quedaron sin trabajo, aunque mantienen la vinculación contractual con la empresa, quedando así ocultas en las estadísticas de desempleo, explica el diario ‘Vozpópuli‘.
El contrato fijo discontinuo permite al empleador desactivar al trabajador en periodos de menor actividad laboral, dejándolo sin empleo ni salario hasta la siguiente «llamada» para trabajar. Durante esos periodos, el trabajador queda dado de baja en la Seguridad Social, puede inscribirse en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y, si ha cotizado lo suficiente, puede acceder a una prestación por desempleo. Sin embargo, este tipo de situación nunca se refleja como desempleo, lo cual, según advierten expertos desde hace más de un año, «distorsiona» las estadísticas.
Desde la aprobación de la reforma laboral que ha impulsado este tipo de contratos, el Ministerio de Trabajo se ha cuestionado mes tras mes sobre la cantidad de fijos discontinuos inactivos que quedan fuera de las estadísticas. Obtener esta información sería crucial para tener una imagen completa del desempleo en España, aunque hasta ahora no se ha proporcionado. Sin embargo, otros datos permiten seguir de manera aproximada la pista de estos empleos intermitentes.
Cambio de tendencia
El informe publicado por el Ministerio de Trabajo este lunes reveló un dato significativo: el aumento de los demandantes de empleo ocupados, una categoría que engloba a trabajadores con diversas circunstancias y que quedan fuera del registro de desempleo, incluyendo a los fijos discontinuos inactivos (o parados) inscritos en el SEPE. Esta categoría experimentó un crecimiento de 77,842 personas en noviembre. Aunque el Gobierno proporcionará una desagregación más detallada de este dato en una semana, no especificará si todos son fijos discontinuos inactivos.
Otro indicador que respalda esta tendencia es el de afiliados con contrato fijo discontinuo, proporcionado por la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS). Si se utiliza el dato de afiliación a final de mes para comparar la evolución del paro registrado y la afiliación, se observa que, al cierre de noviembre, había 884.950 afiliados con un contrato fijo discontinuo, lo que representa una disminución de 70.800 en comparación con octubre (955.750). En esencia, la pérdida de empleo en noviembre fue principalmente en la categoría de fijos discontinuos. Esto implica que al menos 70,800 fijos discontinuos podrían estar desempleados, podrían haberse registrado en el SEPE (según lo indican los datos de demandantes ocupados) para recibir prestaciones, formación y buscar un empleo mejor, pero en realidad no se están contabilizando como desempleados.
Es crucial señalar que si estos fijos discontinuos se hubieran clasificado como desempleados registrados, el número de desempleados no habría disminuido en 24.500 personas en noviembre, sino que habría aumentado en 50.000. También es importante destacar que, al igual que con el resto de los desempleados, esta cifra representa un mínimo, ya que algunos trabajadores podrían perder su empleo y optar por no inscribirse en el SEPE, quedando fuera de la estadística.