Pedro Sánchez tropieza en una de sus grandes apuestas electorales.
El presidente del Gobierno quería convertir su impuesto a grandes fortunas en una medida estrella que, además de aumentar la capacidad recaudatoria de Moncloa, le posicionara como una especie de ‘Robin Hood’ socialista que ‘saquea’ a los más ricos para repartir entre los más necesitados.
Nada más lejos de la realidad.
No solo porque ya quedó evidenciado de que la mayor recaudación del Gobierno PSOE-Podemos no se traduce en un incremento de la inversión para mejorar la calidad de vida de los españoles, sino para sus ‘chiringuitos’ personales. Sino también porque la subida de los impuestos a las grandes fortunas viene sumando tropezones.
El diario ‘Expansión’ advierte que un dictamen del Consejo de Estado aborta el intento del Ministerio de Hacienda de modificar ‘in extremis’ la ley original buscando subsanar reglamentariamente sus errores de redacción a fin de reducir el tamaño del escudo fiscal que protege a los contribuyentes.
La incapacidad del Gobierno para aumentar el calado de la medida fiscal ahora evidencia los errores de cálculo cometidos por Moncloa, ya que los patrimonios de Madrid y Andalucía llegarán a pagar solo el 20% de lo que planeaba el Fisco.
No es la única metedura de pata del Gobierno de Sánchez y de la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.
Desde el diario ‘La Vanguardia’ estiman que la configuración final del impuesto de solidaridad a grandes fortunas provocará que Hacienda recaude como mínimo un 20% menos de lo inicialmente estimado, que fue 1.500 millones al año.
En este sentido, se pone énfasis en que la normativa (que ya no se podrá modificar) beneficia a riquezas de Madrid, Andalucía y Galicia.
En concreto, de este diseño pueden aprovecharse especialmente los contribuyentes de Madrid, la región que lleva años con los descuentos totales vigentes. También los altos patrimonios de Andalucía, ya que la comunidad comenzó a bonificar al 100% Patrimonio en 2022. En menor medida, también pueden sacar provecho los ricos de Galicia (con una bonificación del 25% en 2022 que ha pasado al 50% en 2023).
“La legislación tributaria contempla un límite para evitar que un impuesto que grava la riqueza sea confiscatorio. Las cuotas de tributos patrimoniales y del IRPF no pueden superar el 60% de la renta del contribuyente. Pero el impuesto a las grandes fortunas toma como límite la cuota del impuesto sobre el patrimonio sin bonificación. De esta forma, un contribuyente de la Comunidad de Madrid (donde la cuota íntegra de Patrimonio fue de 1.795 millones en 2020), puede incluir esta cuantía en el límite aunque ahora no esté pagando por este tributo”, explican.
ERC y EH Bildu intentaron solucionar esta situación en el Senado a través de una enmienda para que los impuestos a grandes fortunas y sobre el patrimonio que no salió adelante. De ahí que se sumen intentos fallidos por rascar en el bolsillo de las familias más pudientes de España.
El Ministerio de Hacienda ya publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el modelo definitivo del impuesto de solidaridad sobre las grandes fortunas, cuya liquidación se producirá entre el 1 y el 31 de julio de este año sobre la riqueza declarada en 2022. Sin embargo, el modelo –el número 718– mantiene un supuesto error en la redacción inicial que permite que los contribuyentes de las comunidades que aplican descuentos paguen algo menos de lo inicialmente previsto.