El comienzo del 2023 empieza a confirmar lo previsto, medidas electorales, deterioro de la economía y el mercado laboral.
Subida del SMI
Y de nuevo se ha vuelto a hacer, se ha aprobado una subida del Salario Mínimo Interprofesional, sin consenso, sin criterio y con carácter retroactivo.
Se anuncia la subida, de nuevo del SMI, esta vez las asociaciones empresariales no se han prestado al espectáculo de la negociación y la aceptación del escenario menos malos, directamente han decidido no estar.
Pero se repite la jugada, se sube el SMI por “decreto”, de manera obligatoria y como las veces anteriores, CON CARÁCTER RETROACTIVO.
Hace dos meses que termino el partido de fútbol, habíamos ganado, pero ahora, deciden cambiar la regla del fuera de juego, con carácter RETROACTIVO, revisan nuestro partido y…
Lo que había sido un gol legal ya no lo es, ahora… ya NO hemos ganado, las reglas cambian y cambian los resultados, meses después.
Pero además, ya está demostrado que la subida del salario mínimo no favorece al grupo de trabajadores que se supone debería ayudar, a los menos formados y con menos experiencia, en muchos casos los más jóvenes.
Por el contrario, estas subidas hacen que se pierdan empleos, más de 70.000 desde que se empezó con estas medidas, y que se dejen de crear puestos de trabajo para este sector, cerca de 150.000 empleos que no se han llegado a crear.
Entonces, ¿Por qué se toman?, la versión oficial es la ya habitual, un requisito de Europa, conseguir que el SMI llegue al 60% del salario medio, o la necesidad de garantizar un salario digno a todos los trabajadores, pero…
Resulta que somos el país de la unión europea con mayor % sobre el salario mínimo, hasta esta última subida estábamos en el 54%, muy por encima de cualquier otro país de la Unión Europea y ahora, ya por encima del 60%, único país.
En España más del 90% del tejido empresarial está formado por pymes y autónomos, si tomamos el salario medio de esta parte de nuestras empresas, España supera el 70% del salario medio con su SMI.
Y el argumento del salario digno, pues investiguemos cómo funciona el salario mínimo en las administraciones públicas y en los contratos que tienen negociados con empresas privadas ¿Cumplen con esta intención?
Así que, realmente, parece más una medida electoral, subir el sueldo por ley a los trabajadores que menos ganan y además, una medida para recaudar más impuestos, más SMI, más impuestos y cotizaciones.
Datos de empleo
Los datos de la EPA de diciembre empiezan a reflejar la realidad del mercado laboral una vez que, el maquillaje que se viene utilizando, ya no es capaz de tapar la realidad que poco a poco se impone.
Lejos de tener un mercado laboral robusto, recordemos que lideramos el desempleo en Europa muy por encima de la media y que somos los campeones en el sector de los jóvenes.
Y eso, sin contar con lo que hay debajo del maquillaje, fijos discontinuos que no aparecen en las estadísticas de desempleo, parados en formación que tampoco y por supuesto, un crecimiento abismal del empleo público, recordemos más de 300.000 nuevas nóminas que salen de los presupuestos públicos.
¿Cómo solucionaremos un problema que se supone NO TENEMOS?
Temporalidad en el sector público
Recordemos que se ha vendido a bombo y platillo la reforma laboral de este gobierno como la panacea para reducir la temporalidad y sacar a los trabajadores de la precariedad que supone este tipo de empleo.
Y ¿Qué hizo la reforma laboral? Prohibir los contratos temporales, “Muerto el perro se acabó la rabia” o ¿no?
Pero claro, esto supone ignorar la realidad de la economía española, la necesidad en muchas actividades de contar con trabajadores por obra, por campaña, por picos de actividad.
Ahora, la temporalidad sigue existiendo, pero el contrato se llama Fijo- Discontinuo, ya no sale en las estadísticas de temporalidad, pero ¿se ha solucionado la precariedad en el empleo?, yo creo que no.
Pero lo más grave, el sector público, que bate un record histórico de temporalidad, más del 32%, diez puntos por encima del sector privado.
¿Entonces?, ¿no son trabajadores precarios los del sector públicos, los que tienen como empresario y empleador al estado?, parece que estos trabajadores no se merecen contratos fijos.
No se entiende que después de todo la argumentación para reducir la temporalidad, sea ahora el sector público, el que depende directamente del criterio del estado como empleador, el que no adopte las medidas necesarias para sacar de la precariedad a sus trabajadores.