El ‘legado de Pedro Sánchez’ en materia económica es devastador.
A pesar de la campaña electoral del PSOE y las falsas afirmaciones de que la economía española “va como una moto”, la realidad es que entre 2019 y 2022 los precios de los alimentos y bebidas se han disparado, mientras que el PIB se mantuvo por debajo de la media europea.
En concreto, el índice de precios al consumo (IPC) de los alimentos y de las bebidas alcohólicas se ha disparado por encima del 30% desde que Sánchez llegó a Moncloa de la mano de Unidas Podemos.
Así lo corrobora el último informe realizado por Freemarket Corporate Intelligence, al explicar cómo la variación acumulada del IPC entre mayo de 2018 y mayo de 2023 ha ascendido al 15,1 %, mientras que la variación acumulada del IPC de los alimentos y de las bebidas no alcohólicas, también en ese mismo periodo, alcanza al 30,4%.

Inflación
Esto es, según defiende el Balance Económico de 2019 y 2022, pilotado por el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós, «el impuesto inflacionario», pagado por los españoles a lo largo del mandato del actual Gobierno, que se ve distorsionado por las sucesivas modificaciones que se han introducido en la composición del IPC.
En el diario ‘The Objective’ también ponen la lupa en la evolución del PIB, donde recuerdan que “España fue el segundo Estado de la UE-27 en donde la economía creció menos, un 6,6%, 4,6% por debajo del anotado por la Eurozona y sólo superior al 6,3 registrado por Italia”.
Si se tiene en cuenta el crecimiento medio real del PIB en el espacio temporal 2019-2022 [esto es, el incremento porcentual de esa variable una vez descontado el efecto de la inflación], el dato empeora de manera significativa.
Y es que la economía española fue la que menos creció durante ese período, un 0,4%, un 0,7% y 0,9%, respectivamente por debajo del promedio de la Eurozona y de la UE-27.