España puede ser la gran culpable de que los tipos de interés permanezcan altos en toda Europa.
El Banco Central Europeo (BCE) está a punto de llevar a cabo su última reunión de política monetaria de 2023. A pesar de que la inflación está experimentando una desaceleración y la economía se encuentra al borde de la recesión, el BCE sigue observando de cerca la evolución de la inflación. Aunque el vicepresidente Luis de Guindos advirtió que aún no se puede cantar victoria, los ojos del BCE están puestos en España debido a su comportamiento particular en relación con el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Aunque el BCE no comenta sobre economías específicas, los recientes comentarios sobre el «excesivo» crecimiento de los costes laborales unitarios podrían estar relacionados con España. Según los datos de Eurostat, el índice de costes laborales aumentó un 5,7% interanual en España en el segundo trimestre de este año, en comparación con el 2,6% de Italia, el 3,4% de Alemania y el 4,1% de Francia. Los costes laborales unitarios están avanzando a un ritmo del 6,7% en España, con Alemania mostrando una tasa ligeramente superior, con un aumento del 7%. Estos costes laborales, especialmente los salarios, son considerados el principal catalizador de la inflación subyacente, una preocupación tanto para el BCE como para los economistas de Deutsche Bank.
Los analistas de Deutsche Bank han observado una aparente estabilización de la inflación subyacente en España a niveles superiores al objetivo, mientras que otras grandes economías experimentan una disminución en las métricas de inflación subyacente hasta alcanzar el objetivo del 2%. A pesar de que la inflación subyacente ‘modificada y anualizada’ de España ha repuntado en los últimos datos, los analistas de Deutsche Bank advierten que el 3,9% anualizado en octubre es motivo de preocupación y debería ser examinado de cerca por el BCE y los mercados. Aunque el efecto base puede explicar parte de este repunte, sugieren que la inflación española podría ser indicativa del comportamiento futuro en otros países de la zona euro.
Los expertos de Deutsche Bank consideran interesante el comportamiento de la inflación subyacente en España, destacando que comenzó a descender antes que la de otros países miembros de la Eurozona, posiblemente como resultado de medidas políticas rápidas para controlar la inflación de los precios energéticos y sus efectos. Al mismo tiempo, señalan la resistencia relativamente fuerte de la economía interna española en los últimos meses, con un Índice de Gerentes de Compras (PMI) de servicios que aún se mantiene por encima de 50, indicando expansión, y un mercado laboral dinámico.
En el informe de Deutsche Bank, resaltan que en el dato preliminar de inflación subyacente publicado en noviembre, España fue el único país donde la inflación subyacente se alineó con sus previsiones iniciales en lugar de disminuir. Si la resiliencia de la economía española persiste, podría interpretarse como una confirmación de que la normalización de la inflación puede llevar tiempo generar confianza.
Los analistas sugieren que la situación en España podría ser un adelanto de lo que sucederá en otros países de la Eurozona. Si la economía no sufre un retroceso significativo y el mercado laboral se mantiene sólido, la inflación subyacente podría repuntar. Destacan que «podría haber riesgos de que la inflación subyacente en las economías del euro con una actividad interna actualmente débil aún pueda recuperarse si la actividad volviera a repuntar.»
El BCE ha reconocido que el proceso de desinflación está siendo más rápido de lo esperado, y la moderación de los precios parece indicar el fin de las subidas de tipos de interés en la Eurozona. Sin embargo, la excepción española podría retrasar la primera rebaja del precio del dinero, prevista para el primer trimestre de 2024. Los analistas de Deutsche Bank explican que han ampliado su conjunto de herramientas para anticiparse a la inflación, incluyendo métricas que capturan los riesgos persistentes desde la pandemia y los shocks relacionados con la guerra, así como el uso de índices sensibles a los salarios para evaluar la reacción del BCE.
La lupa en los salarios
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha destacado la sorpresa positiva de los datos de inflación de noviembre, pero también ha señalado la necesidad de cautela por parte de los bancos centrales. Guindos ha expresado su preocupación por los «aumentos salariales muy grandes» que se están observando en algunas partes de la eurozona, según informa Bloomberg.
Guindos ha enfatizado que las decisiones del BCE se tomarán de manera gradual y dependerán de los datos más recientes. Ha resaltado la preocupación por el aumento de los costes laborales unitarios en Europa y su impacto en la evolución futura de la inflación. «No podemos cantar victoria», advirtió.
Los costes laborales unitarios representan el costo en términos salariales de cada unidad de producto creada. Estos costes pueden disminuir mediante reducciones salariales o aumentos de productividad. En la situación actual, no se observa ninguna de estas tendencias, lo que hace que el BCE esté atento a la evolución de los salarios y la inflación subyacente.