La nueva embajada de España en Caracas es un pozo sin fondo.
El Gobierno español mantiene vacía y sin usar su nueva delegación en la capital venezolana desde que finalizaron las obras hace casi cuatro años, según indica el diario ‘The Objective’. Todo ello tras gastar nueve millones en ella: seis para la compra del edificio a finales de 2018 y tres para la posterior reforma, cuyas obras concluyeron en la primavera de 2020 después de tramitarse mediante un procedimiento de emergencia por razones de seguridad.
Aquellas obras experimentaron un retraso de un año y una desviación presupuestaria del 15% en comparación con el proyecto originalmente aprobado. Sin embargo, lo asombroso es que, hasta el día de hoy, el edificio permanece completamente vacío y sin posibilidad de utilizarse, a pesar de la afirmación de la Oficina de Información Diplomática (OID) en noviembre de 2021 de que las obras se consideraban «finalizadas por parte de la empresa constructora».
A pesar de este estado de finalización declarado, los años han pasado y la mudanza no ha llegado a concretarse. La OID destaca ahora que los retrasos se atribuyen a «cuestiones administrativas relacionadas con permisos y autorizaciones de carácter técnico». Aunque confían en que estas cuestiones se resuelvan «en los primeros meses del próximo año». Mientras se espera ese momento, el departamento de José Manuel Albares ha continuado invirtiendo dinero en el edificio. En enero de este año, por ejemplo, se asignaron 149.000 euros (sin IVA) para la instalación de «medidas de seguridad electrónica» en el complejo que albergará la cancillería, el consulado general y el resto de oficinas sectoriales que estaban dispersas por la capital.
La desviación presupuestaria
La adquisición y remodelación del edificio destinado a albergar la nueva embajada de España en Caracas no se hizo pública hasta finales de 2020. Específicamente, el 9 de diciembre de ese año, el Consejo de Ministros anunció un acuerdo para la «ampliación de la declaración de emergencia» de las obras, con un aumento del gasto de 396.564 euros en comparación con el presupuesto inicial. Esto elevó el costo total de la reforma a 3.026.309 euros.
En virtud de este acuerdo, la duración de la obra, que originalmente estaba programada para diez meses a partir de julio de 2019, se extendió al menos cuatro meses y tres semanas. El Gobierno explicó que, durante el desarrollo de las obras de emergencia, realizadas en medio de un clima de inseguridad agravado por la pandemia de la COVID-19, se identificaron nuevas necesidades. El 22 de octubre de 2020, la empresa Inversiones YC SA presentó un nuevo presupuesto, con la aprobación de la dirección facultativa.
En el momento de la aprobación de la ampliación presupuestaria, el embajador Silva ya había dejado Caracas, y Juan Fernández Trigo asumió el liderazgo de la embajada española como encargado de negocios. Actualmente, Fernández Trigo ocupa el cargo de secretario de Estado para Iberoamérica bajo las órdenes de Albares.
En abril de 2021, el contratista dio por concluidas las obras. El regreso de Fernández Trigo a Madrid dejó la embajada sin liderazgo durante algún tiempo, hasta que en noviembre de ese año el Gobierno designó a Ramón Santos como nuevo encargado de negocios de la embajada en Caracas. Santos fue ascendido a embajador en diciembre de 2022, pero la mudanza de la embajada y el consulado al mencionado edificio aún no ha tenido lugar después de dos años. La inauguración se espera para principios de 2024.