Carles Puigdemont ata muy en corto a Pedro Sánchez.
A pesar de contar con su ‘sí’ al pacto de investidura, el prófugo de la Justicia evidencia que cada apoyo extra le costará una nuevo ‘peaje’ al líder del PSOE.
Así quedó demostrado cuando la formación liderada por Carles Puigdemont aún no ha garantizado su apoyo a los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). El acuerdo con los independentistas no implica respaldar incondicionalmente las futuras cuentas públicas, a diferencia de las expectativas de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien semanas atrás vinculó los apoyos para la investidura con el visto bueno a los PGE.
Jordi Turull, secretario general de Junts, evidenció esta postura en una entrevista para ‘La Vanguardia’, señalando que los compromisos entre socialistas e independentistas serán sujetos a la figura del verificador. Estos avances podrían incluir ciertos cumplimientos por parte del Gobierno para obtener el respaldo a los presupuestos. «Si no se cumple, hay un mediador que da fe de ello y quedamos libres de apoyarlos», destacó el número dos del partido soberanista.
Estas declaraciones chocan con la idea previamente defendida por miembros del Gobierno en funciones, quienes habían extendido este apoyo a un sí a las cuentas públicas. En este contexto, la consejera de Economía de la Generalitat, Natalia Mas, ha dejado claras sus pretensiones en materia económica, especialmente en lo que respecta al sistema de solidaridad. Mas propone que Cataluña pueda recaudar todos los impuestos y contribuir con una cuota determinada al Estado, pero que esta sea «bien entendida». Asimismo, plantea que la solidaridad no debería superar el 4% del PIB, comparándolo con sistemas como el alemán o el de algunos estados de Estados Unidos.
En relación con la condonación de la deuda acordada entre el PSOE y ERC, Mas señala que los ahorros resultantes se utilizarán para impulsar nuevos proyectos y, por lo tanto, tendrán un impacto positivo en Cataluña.