Susanna Griso se divirtió hablando de los ‘trabajos chollos’.
Durante el programa ‘Espejo Público’, la presentadora aseguró que si trabajo ‘ideal’ sería participar en una guía turística donde le paguen por visitar y reseñar los lugares más impresionantes del mundo. Sus colaboradores también dieron sus versiones sobre en qué consideran un ‘trabajo chollo’.
En el programa pusieron la lupa en que uno de los ejemplos es el de convertirse en catador de snacks, un empleo por el que ofrecen hasta 1.000 euros en un día por probar maíces. Te llevan, te traen y tú sólo das tu opinión.
Este es un ejemplo de los conocidos como ‘cool jobs’, realmente una estrategia comercial de las marcas, pero un sueño para el agraciado. Una joven contaba en redes sociales que había sido elegida entre 50.000 solicitudes para probar helados…el trabajo era remunerado con 1.000 euros en dos días y el primero de teletrabajo, porque te los mandan a casa. Los requisitos son tener el bachillerato, papilas gustativas y no tener alergias.
Donde no se puede teletrabajar es en este otro chollo, para algunos, pesadilla para otros: probador de montañas rusas en un popular parque de atracciones catalán. El sueldo son 500 euros la jornada, 2 días de adrenalina y diversión a cambio de opinión.
Otro de estos casos lo protagonizó Ben Sauzhol, respondió a una oferta de trabajo para cuidar la isla de Hamilton en Australia. Eran 6 meses de trabajo a cambio de 80.000 euros de sueldo. Pero si uno prefiere estar acompañado existe esta otra oferta para la que hay que abrigarse, contador de pingüinos en la Antártida, un trabajo remunerado con 2.000 euros al mes. Viajar por el mundo grabando la experiencia para publicitar una marca de hoteles es otro de los trabajos más deseados.
Catar cacao o catar cerveza, cada vez son más las empresas que fichan a clientes en vez de a especialistas. Es un trabajo y se paga, como el de probador de colchones en hoteles de lujo, unos 1.700 euros 5 días por dormir. Un grupo de investigadores franceses contrata a 24 personas para pasar 60 días sobre una cama, el objetivo es el de medir los efectos de la ingravidez en el cuerpo.