Moncloa vuelve a errar sus cálculos económicos.
Así como ya ocurrió con la fallida recaudación del impuesto a grandes fortunas, ahora la ministra de Economía, Nadia Calviño, ‘metió la pata’ con su plan de ayudas a las hipotecas, consensuado con la banca a finales del año pasado, para que los afectados por la subida de los tipos de interés y del euríbor pudieran acogerse a diferentes medidas de alivio financiero.
Las cifras que manejan las entidades ponen de manifiesto que las peticiones para aligerar las cuotas de los préstamos a tasas variables no alcanzan ni las 25.000 en la actualidad, según fuentes financieras consultadas por el diario ‘The Objective’. Una cifra de demanda que contrasta radicalmente con las expectativas fijadas por el departamento que lidera Calviño, que ascendía al millón de beneficiarios.
En los primeros meses de implementación del proyecto bajo el nuevo Código de Buenas Prácticas Bancarias, ya se vislumbraba que las solicitudes de ayuda de aquellos afectados por el aumento de los tipos de interés estarían muy por debajo de las previsiones del Ministerio de Economía. En ese momento, se esperaba que con el tiempo, el plan de asistencia tendría una aceptación mucho mayor de la que está teniendo.
A lo largo del verano, la demanda ha aumentado, pero aún así, la respuesta ha sido limitada. Incluso las propias entidades bancarias están realizando numerosas mejoras y refinanciaciones fuera de este programa para ayudar a los clientes a pagar sus préstamos y evitar la morosidad. Esto ha llevado a un aumento significativo en los cambios de condiciones en todo el sector.
Error de cálculo
Durante el verano, se recibieron apenas 6.000 nuevas solicitudes para abaratar las hipotecas, a pesar de que los últimos datos oficiales a finales de julio indicaban que alrededor de 19.000 titulares de hipotecas habían solicitado modificaciones en sus contratos para reducir los costos de los créditos para vivienda. El plan incluía moratorias en los pagos, congelación de cuotas, cambios de tipos variables a fijos y facilidades para amortizaciones anticipadas, destinadas a familias vulnerables y de ingresos medios, incluyendo hogares con ingresos de hasta 29.400 euros anuales.
Ante la falta de demanda, el Gobierno consideró ampliar los criterios para que un grupo más amplio pudiera acceder a estas facilidades durante las vacaciones y en plena campaña electoral. Sin embargo, la negativa del Banco de España impidió que el Ejecutivo llevara a cabo esta extensión del plan.
CaixaBank, la entidad con el mayor volumen de hipotecas en el país, ha recibido apenas 6.000 reclamaciones en el marco del Código de Buenas Prácticas, según su consejero delegado, Gonzalo Gortázar. La mitad de estas están en proceso y la otra mitad ya se han aplicado. Desde el inicio del plan de ayudas, el banco ha llevado a cabo más de 10.000 refinanciaciones fuera de este programa para mejorar las condiciones de sus clientes, así como 9.000 cambios de tipos fijos a variables.
Otras entidades tampoco están viendo un aumento significativo en las solicitudes. Unicaja, por ejemplo, ha recibido solo 500 solicitudes en el marco del proyecto del Ministerio de Economía, según su consejero delegado, Isidro Rubiales.
El aumento del euríbor debido a la escalada de los tipos de interés oficiales del BCE para controlar la inflación ha encarecido considerablemente las hipotecas variables, que son las más comunes en España. El 70% de estos créditos dependen de este indicador, que ha superado el 4%. Esto ha llevado a un aumento en las cuotas mensuales, con algunos titulares viendo incrementos de hasta 300 euros. Sin embargo, el aumento promedio se estima en alrededor de 100 euros, dado que muchos de estos préstamos son antiguos y tienen un capital pendiente menor debido a las amortizaciones realizadas.
Además, para evitar aumentos en las cuotas, los pagos anticipados se han disparado en los últimos meses. Las amortizaciones han crecido aproximadamente un 25% en el último año gracias al ahorro acumulado durante la pandemia por parte de las familias, lo que ha llevado a una reducción significativa del saldo hipotecario a niveles no vistos desde 2006.