La reciente escalada del conflicto entre los terroristas de Hamás y Israel plantea serias preocupaciones para la economía española y, de manera más amplia, para toda Europa. Este nuevo episodio de violencia se presenta en un momento en que el Banco Central Europeo (BCE) lucha contra la inflación mediante el aumento de los tipos de interés para frenar el aumento de precios que está afectando a los ciudadanos. España ya se encontraba en una situación delicada, con expertos que advertían sobre el riesgo de estancamiento económico.
Este conflicto imprevisto, conocido como un «cisne negro» en términos económicos, está generando incertidumbre en los mercados y podría tener consecuencias significativas. Dos de las preocupaciones inmediatas son el aumento en el precio del petróleo y la exacerbación de la inflación. La situación se ha visto agravada por la guerra en Ucrania, que ya había causado un aumento en los precios de la gasolina y el gasóleo en España. Este aumento en los costos energéticos ha impactado en diversas áreas, desde la cesta de la compra hasta la producción industrial, afectando negativamente los bolsillos de los ciudadanos españoles y representando un desafío importante para las autoridades económicas en España y en toda la Unión Europea.
La escalada del conflicto entre Hamás e Israel complica aún más el panorama económico. La duración del conflicto y su posible expansión a otros países de la región son incógnitas que generan inquietud. Los especialistas coinciden en que esta situación no ayudará a contener la inflación en España y en el resto de Europa. El temor inmediato es un aumento adicional en los precios del petróleo, cuyos efectos se han sentido desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Los ciudadanos españoles sentirán un impacto adicional en sus bolsillos, especialmente si el conflicto entre Hamás e Israel continúa prolongándose. Incluso si la violencia cesa pero la tensión persiste en la región, esto seguirá siendo motivo de incertidumbre, afectando las cotizaciones del petróleo y teniendo un efecto en cadena en las economías occidentales. En resumen, la guerra en Oriente Próximo plantea desafíos significativos para la economía española y europea, y se espera que las autoridades económicas estén atentas y preparadas para abordar las posibles repercusiones económicas de este conflicto en curso.
Precios por las nubes
El oro negro comienza la semana revalorizándose cerca de un 4%, ante la escalada del conflicto en Gaza. El barril de Brent, referencia en Europa, ronda los 87,5 dólares el barril y esta madrugada ha rozado los 89 dólares. En cuanto al West Texas (WTI), referente en Estados Unidos, escala en la misma medida y mira de cerca los 86 dólares el barril, habiendo alcanzado esta noche los 87 dólares.
Este repunte del petróleo se produce después de que la materia prima experimentara desde comienzos de mes una fuerte corrección. Solo en dos días el Brent se depreció siete puntos y medio porcentuales. Ello después de marcar máximos en lo que va de año cerca de 94,40 dólares el barril, una marca cuya distancia actualmente es próxima al 8%. Los altos anuales del barril de WTI están en 93,65 dólares.
Empresas españolas
Las estadísticas del Ministerio de Asuntos Exteriores y la agencia estatal ICEX (España Exportación e Inversiones) revelan que en 2022, las exportaciones de España a Israel alcanzaron una cifra récord de 2.170 millones de euros, lo que representa un aumento del 20,2% con respecto al año anterior.
En el sector de bienes, el volumen de exportaciones ascendió a 1.462 millones de euros anuales. Entre los productos españoles más populares en Israel se encuentran los automóviles y tractores, con un valor de 334,6 millones de euros, seguidos por los productos cerámicos (149,7 millones), las máquinas y aparatos mecánicos (69,2 millones), materias plásticas y manufacturas (81,4 millones) y prendas de vestir (81,7 millones).
Las exportaciones españolas a Israel han más que duplicado en la última década, gracias a proyectos de infraestructuras y actividades de promoción en nuevos sectores, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Varias empresas españolas, como Sacyr, Indra, ACS y Comsa, están presentes en Israel y han participado en importantes proyectos en el país.
Por ejemplo, Sacyr entró en Israel hace 14 años para construir una planta desaladora por 300 millones de euros, en colaboración con la compañía israelí Minrav. ACS ganó un contrato en 2015 por 480 millones de euros para electrificar 420 kilómetros de líneas de ferrocarril, mientras que Indra obtuvo un contrato de 24 millones de euros para tecnología de peaje dinámico en una autopista importante del país.
En septiembre, la empresa catalana Comsa aseguró un contrato valorado en 2.200 millones de euros para construir y operar la línea azul del tranvía que conecta Jerusalén con territorio palestino, en asociación con la compañía local J-Train. Otras tres compañías españolas, CAF, GMV y TYPSA, también están involucradas en la construcción del nuevo tranvía de Jerusalén.
Además, según un informe de Cesce, algunas de las principales compañías españolas que exportan a Israel incluyen a Cobra Instalaciones y Servicios, Sociedad Española de Montajes Industriales, Biomet 31 Dental Ibérica, RNB SL, Nutrition & Sante Iberia, Marguisa Shipping Lines, Granja San Miguel, Liderkit y Unisys. Estas empresas han contribuido significativamente al robusto comercio entre España e Israel.