Nadia Calviño está obsesionada con conocer quién será la persona encargada de liderar el proyecto económico de Alberto Núñez Feijóo.
Tras tomar el lugar del ‘gurú’ económico de Pedro Sánchez, Manuel de la Rocha, la ministra de Economía lanza casi diariamente mensajes al líder del PP a través de los medios de comunicación con un solo objetivo: conocer quién será su próximo ministro de Economía.
Un mensaje que volvió a repetir este 21 de junio durante su participación en ‘Un café con Susanna’ en el programa ‘Espejo Público’: «Es muy importante que los ciudadanos sepan quién va a liderar esa política económica del PP y cuál es esa agenda de la política económica ¿Qué va a pasar con las pensiones, con el salario mínimo?».
El objetivo de Calviño es entrar en una campaña personal contra el próximo ministro del Gobierno para intentar descalificarle y rascar votos en una de las áreas más sensibles de Moncloa: su nefasta gestión económica.
A pesar de que el PSOE busca sacar pecho por la gestión económica, los datos apuntan en otro sentido.
«A mí lo que me preocupa es que el PP lleve 5 años boicoteando el interés de nuestro país porque hace dos semanas delante de inversores internacionales dijo que la economía estaba estancada y en declive cuando crecemos más que muchos países europeos y la economía sigue yendo bien incluso en un contexto internacional», aseguró ante Susanna Griso.
Sin embargo, las palabras de Feijóo son reales.
Dato mata relato
Los datos de la Unión Europea matan al relato de Moncloa. En especial cuando se pone la lupa en el PIB per cápita. Es decir, en el cociente entre la riqueza que es capaz de crear una economía durante un año y la evolución de la población.
Las estadísticas reflejan que el consumo per cápita de España alcanzó en 2022 los 85 pps respecto al promedio de los 27 países de la UE. Esta cifra iguala a la de 2021 y supera en un punto a la de 2020, el peor dato de la serie histórica para España, pero está cuatro puntos por debajo de la de 2019, cuando el consumo per cápita español fue de 91 pps en comparación con la media de la UE.
Según los últimos datos disponibles de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del Instituto Nacional de Estadística (INE), el consumo individual fue en 2019 de 18.400 euros anuales, mientras que en 2021 solo llegó a los 17.100.
Evidentemente, España ha caído progresivamente en el ranking de consumo per cápita, lo que ha hecho posible el sorpaso en 2022 de países que históricamente estaban mucho peor y que entraron en el siglo XXI en la UE, como son Polonia, Eslovenia y Rumanía.
Ninguno de estos tres estados alcanzan actualmente la media de los 27, ya que registran 86, 90 y 88 pps, respectivamente, pero mejoran en comparación con 2019.
Más datos
Los datos de la Contabilidad Nacional publicados por el INE reflejan dos trimestres consecutivos de contracción de la demanda nacional.
El gasto en consumo final de los hogares cayó un 1,3% en el cuarto trimestre de 2022 y también bajó un 1,7% en el primer trimestre de 2023. La demanda nacional ha caído un 1,6% en los dos últimos trimestres, bajando un 0,8% cada trimestre, y la inversión privada se ha reducido un 0,7% en los últimos tres trimestres.
El PIB se sostiene por la recuperación admirable del turismo –que tanto han demonizado los ministros del Gobierno de Sánchez–, el efecto del gasto público financiado con deuda, el efecto extraordinario de los fondos europeos y la caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales –que reduce las importaciones– y, con ello, la aportación exterior al PIB mejora son todos factores externos.
España no recupera aún el PIB de 2019 y se queda muy por detrás de los 24 países comparables, con la mayor tasa de paro de la OCDE y de la UE con mucha diferencia y con el mayor aumento de deuda sobre PIB de los países de la Unión Europea, cinco veces más que la media, según los últimos datos de Eurostat. Este mal desempeño se puede ver también en las expectativas de la OCDE, que muestran que España no bajará de un 12% de paro en 2024 ni del 109,9% de deuda sobre PIB, un déficit estructural de 3,2% del PIB anual y con una estimación de inflación del 3,9% en 2024, que también superaría a la media de la eurozona.