El Ingreso Mínimo Vital (IMV) se desinfló rápidamente.
La política impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez como su ‘solución estrella’ para garantizar el “escudo social” de los españoles, se quedó en nada. Al punto, que desde el Ministerio de Seguridad Social tuvieron que inflar la cifra de beneficiados para hacer creer que está teniendo un profundo impacto en la sociedad, cuando se trata de un nuevo bulo de Moncloa.
El cúmulo de errores está detrás del fracaso de la implementación del Ingreso Mínimo Vital.
Según ‘El Economista’, “aparte de los problemas y restricciones para percibirlo, una de las críticas recurrentes es la falta de datos aportados por Escrivá en lo relativo a la situación económica y laboral de los que lo perciben”.
La razón está en las deficiencias a la hora de compatibilidad entre el IMV y el empleo. En primer lugar, a diferencia de la prestación o subsidio por desempleo, el Ingreso no contempla una sanción por rechazar una oferta de trabajo.
Por otro lado, permite compatibilizarlo con un empleo, pero sin ganancia neta: las rentas del trabajo se restan de la prestación para que el perceptor siga cobrando lo mismo: el denominado mínimo garantizado (entre 6.784,44 y 16.418,52 euros al año en 2022, según el tipo de hogar).
Además, el ajuste no es automático: se revisa en la Declaración de la Renta, un año después. Esto abre la puerta a que una persona puede cobrar «de más» un año y al siguiente, al perder su empleo, encontrarse con un recorte o incluso retirada retroactivo en la prestación. Según la AIReF el 43% de los beneficiarios se han visto en esta situación.
Según el auditor público, los hogares beneficiarios del IMV reciben en media el 97% de sus ingresos de dos fuentes: las rentas del trabajo y las prestaciones públicas, una información que está disponible para la Seguridad Social con frecuencia mensual. Sin embargo, las revisiones no se producen hasta el año siguiente, cuando están disponibles los datos de renta de la Agencia Tributaria. Este retraso lleva a que en 2022 el 83% de los beneficiarios se encontró con una revisión de su nómina del IMV. Un 40% recibió una ‘buena’ noticia: se les había pagado de menos. Pero al 43% se les reclamaron cobros indebidos.
Entre estos últimos destacan los 47.932 hogares, el 16% del total, a los que se les retiró el Ingreso y además se les reclamó la devolución de una cantidad de 2.500 d euros de media. A otro 27% solo se le redujo, pero no se libraron de las reclamaciones, en su caso de 1.000 euros de media.
Para complicarlo aún más, el desincentivo no solo se limita al titular, sino que se amplía para las personas que conviven con él y forma parte de su unidad familiar. Esto lleva a muchos de sus 1,8 millones de beneficiarios a aceptar trabajos parciales o incluso a rechazarlos para no correr este riesgo.
La AIReF señala a la sorprendente opacidad interna de la Seguridad Social con sus propios datos, que impide llevar un control mensual y rápido de cualquier desajuste, lo que hace que ya no solo solicitar el IMV, sino cobrarlo sea un problema para los propios beneficiarios, obligados a rechazar empleos para no ser ‘multados’ un año después.
Sablazo a los datos de Escrivá
Después de que la Unión Europea advirtiera que hay dos millones de parados más de los que admite el Ministerio del Trabajo de Yolanda Díaz, ahora la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) desmonta los datos maquillados del Ministerio de la Seguridad Social.
Mientras que la cartera en manos del socialista José Luis Escrivá informó el 31 de mayo de que el número de hogares que perciben el el Ingreso Mínimo Vital (IMV) es de 627.957 personas, la AIReF echa por tierra ese bulo y desvela que la cifra de perceptores reales es de 284.000 personas.
Desde el Gobierno no dudaron en atacar al organismo presidido por Cristina Herrero. No es la primera vez, ya que también se intentó desprestigiar a la AIReF cuando desveló que la reforma de las pensiones realizadas por Escrivá era una chapuza que tendría que volver a retocarse en el corto plazo.
«Los datos del ministerio son de altas, es que ha llegado a todos ellos, pero no contabiliza las bajas», indicó Herrero con respecto a los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital.
En otras palabras: el número de beneficiarios en 2022 era el que señala la AIReF, mientras que el Ejecutivo infla las cifras teniendo en cuenta todos los que lo han recibido a lo largo de los últimos tres años. «Es como si en pensiones sumásemos el número de pensionistas a lo largo de la historia», precisó la presidenta de la institución.