El murmullo del agua en el Mar de Galilea acompañaba a los excursionistas que recorrían las ruinas de la antigua Hipos, cuando un detector de metales empezó a sonar insistentemente, convirtiendo una simple caminata en un descubrimiento histórico.
La protagonista, Edie Lipsman, jamás imaginó que bajo una gran piedra y entre dos muros de la ciudad olvidada, las monedas de oro comenzarían a emerger una tras otra. Un tesoro escondido, compuesto por 97 monedas de oro puro y numerosas piezas de joyería bizantina, salía a la luz después de más de catorce siglos en el olvido.
Lo que a primera vista puede parecer una fortuna es, en realidad, una cápsula del tiempo.
Las monedas, acuñadas entre los siglos V y VII, incluyen sólidos casi completamente de oro puro, sémises y trientes, además de raros tremises como el acuñado en Chipre en el año 610, en plena revuelta de Heraclio el Viejo junto a su hijo contra el emperador Focas. Muchos ejemplares mantienen relieves intactos de emperadores como Justino I y Heraclio, junto con restos de tela que evidencian que el tesoro fue cuidadosamente envuelto para su ocultación.
Las joyas, que incluyen pendientes de oro adornados con perlas, piedras semipreciosas y cristal, revelan la maestría técnica de los orfebres bizantinos y las rutas comerciales que unían el Mediterráneo con Oriente. Los especialistas subrayan que el nivel de detalle y la calidad de estas piezas podrían inspirar incluso a los joyeros actuales.
¿Por qué esconder un tesoro?
La Palestina bizantina del siglo VII se encontraba inmersa en invasiones y conflictos bélicos. El avance de las tropas sasánidas hacia Jerusalén, aliadas con grupos judíos, ponía en jaque a las ciudades cristianas. Frente al peligro inminente, muchas familias optaban por ocultar sus riquezas bajo tierra, esperando un retorno que rara vez se materializaba. Los arqueólogos de la Universidad de Haifa, encargados del estudio, interpretan este hallazgo como un “tesoro oculto”, probablemente militar, que logró sobrevivir a saqueos y destrucciones.
Este contexto crítico convierte al tesoro en un testigo directo de una época marcada por crisis políticas pero también por un notable dinamismo comercial. El análisis minucioso de los materiales y técnicas permitirá comprender mejor cómo circulaba el dinero, cómo se elaboraban las joyas y cuáles eran las rutas seguidas por los productos lujosos en la región.
Redibujando la historia económica y social
Este hallazgo, uno de los cinco tesoros dorados más relevantes del periodo encontrados en la zona, desafía la noción de una Galilea empobrecida o aislada. Las monedas y joyas son testimonio de riqueza, comunidades organizadas y redes comerciales vibrantes. La aparición de monedas raras junto con la sofisticación artesanal sugiere que Hipos era un centro estratégico próspero, a pesar de situarse en una frontera inestable entre los imperios bizantino y persa.
El profesor Fernando López Sánchez, perteneciente a la Universidad Complutense, lo expresa claramente: “Israel se convierte en una región fronteriza. Para llegar a Egipto es necesario pasar por Israel. Jerusalén es una ciudad sumamente importante, muy poblada y con una influencia extraordinaria dentro del Imperio bizantino”.
Lo que está por venir: ciencia y exposición
Los trabajos investigativos apenas han comenzado. Se llevarán a cabo análisis químicos sobre las monedas y joyas para rastrear el origen tanto de los metales como de las piedras preciosas e indagar sobre las técnicas utilizadas en su fabricación. Los arqueólogos contemplan exhibir este tesoro en un museo local aunque no descartan que esta casualidad propiciada por un detector termine siendo el inicio para una gran exposición internacional.
Un hallazgo que conecta pasado y presente
Este tesoro descubierto en Hipos no solo reescribe la historia económica y política de la Palestina bizantina, sino que establece un vínculo entre los visitantes actuales con las emociones, incertidumbres e ingenios estratégicos vividos durante momentos transformadores. A veces basta con escuchar el sonido persistente de un detector para que el pasado vuelva a cobrar vida con fuerza.

