La última semana ha sido un verdadero torbellino para los mercados financieros a nivel global.
La decisión de Donald Trump de aplicar nuevos aranceles del 100% a productos chinos a partir del 1 de noviembre de 2025, como respuesta a las restricciones impuestas por China sobre la exportación de tierras raras, ha alterado las bases del comercio internacional y provocado una rápida reacción en los mercados.
Wall Street experimentó su peor jornada desde abril, con descensos superiores al 0,7% en el S&P 500 y del 0,8% en el Nasdaq.
En contraposición, el oro se disparó un 2% como refugio seguro.
Esta incertidumbre ha llevado a muchos inversores a deshacerse de posiciones en criptomonedas, con ventas que alcanzan los 18.000 millones de dólares, según datos recientes.
El panorama es evidente: la guerra comercial no solo persiste, sino que se intensifica.
En respuesta, China ha elevado sus aranceles recíprocos al 125% para productos estadounidenses, un notable incremento respecto al anterior 84%, advirtiendo que seguir elevando estos impuestos carece de sentido económico ya que podría eliminar el mercado para esos productos.
El gobierno chino ha manifestado que ignorará cualquier nuevo arancel adicional impuesto por Estados Unidos, lo que coloca a ambas naciones en una dinámica de confrontación sin salida visible en el corto plazo. Mientras tanto, la Unión Europea ha decidido frenar cualquier negociación comercial con Washington y se encuentra preparando medidas defensivas para proteger su economía.
Análisis de acciones: ¿Dónde está el dolor?
El sector tecnológico es el más afectado por esta situación. El Nasdaq acumula ya nueve semanas consecutivas a la baja y se aleja de sus máximos históricos.
Empresas como Apple, que tienen una cadena de suministro global muy dependiente de China, han visto cómo sus acciones continuaban cayendo en el premercado tras conocerse las nuevas medidas arancelarias.
Pero no solo las grandes tecnológicas están sintiendo la presión: las compañías de pequeña y mediana capitalización (Russell 2000), que habían experimentado un repunte tras la victoria electoral de Trump, ahora muestran signos claros de debilidad y apenas logran mantenerse en números positivos.
Tabla: Comportamiento reciente de los principales índices bursátiles
| Índice | Variación última semana | Tendencia reciente | Exposición a China |
|---|---|---|---|
| S&P 500 | -0,7% | Baja desde máximos | Alta |
| Nasdaq | -0,8% | 9 semanas bajistas | Muy alta |
| Russell 2000 | +0,2% | Lateral con debilidad | Media |
Las empresas con operaciones globales y cadenas de suministro complejas son las más susceptibles. El riesgo no solo proviene del aumento de aranceles: la posibilidad de controles sobre la exportación de tierras raras —materiales vitales para la fabricación tecnológica— añade una presión adicional sobre el sector industrial y tecnológico estadounidense. Los inversores deben revisar cuidadosamente la exposición geográfica y sectorial de sus carteras.
En este entorno volátil, la diversificación y una selección activa son más relevantes que nunca frente a estrategias pasivas o índices generalistas.
Predicciones económicas: ¿Hacia dónde va el mercado?
La escalada arancelaria ya está teniendo un impacto negativo en las previsiones del crecimiento global. Goldman Sachs ha recortado su estimación para el PIB chino al 4%, citando las repercusiones adversas del conflicto comercial.
Aunque las exportaciones chinas hacia Estados Unidos representan solo un 3% del PIB total del gigante asiático, generan empleo para entre 10 y 20 millones de personas; esto podría resultar en un aumento del desempleo y una desaceleración del consumo interno.
En Estados Unidos, la inquietud por la refinanciación de la deuda pública y la necesidad inminente de mantener tipos bajos es palpable. El extraño movimiento en la rentabilidad del bono a diez años —que cayó por debajo del 4% antes de repuntar— refleja las tensiones entre los acreedores y el Tesoro estadounidense.
Si esta guerra comercial se prolonga aún más, podríamos ser testigos de mayor volatilidad en los mercados de renta fija y divisas. De hecho, el dólar ya ha alcanzado mínimos frente al franco suizo en diez años; una señal clara que indica que los inversores buscan refugio fuera del área dólar.
Las proyecciones para los próximos meses sugieren:
- Mayor volatilidad en acciones globales, especialmente aquellos sectores expuestos a China (tecnología, automoción, bienes industriales).
- Presión alcista sobre el oro y otros activos refugio mientras persista esta incertidumbre.
- Riesgo creciente para pequeñas y medianas empresas estadounidenses, que dependen mucho del acceso a mercados internacionales y materias primas.
- Posible desaceleración del crecimiento global, con revisiones negativas para las previsiones tanto en EE.UU., Europa como Asia.
Recomendaciones para inversores
Frente a este panorama incierto, los inversores deben adoptar un enfoque pragmático. No existen ganadores evidentes en una guerra comercial prolongada. Las estrategias defensivas cobran ahora especial relevancia:
- Reduce tu exposición a sectores altamente dependientes del comercio internacional, particularmente tecnología y manufacturas.
- Aumenta tu peso en activos refugio: oro, bonos soberanos europeos o suizos e inversiones en empresas con modelos defensivos (utilities, salud).
- Monitorea empresas con cadenas de suministro diversificadas y baja dependencia respecto a China o EE.UU.
- Considera instrumentos para cubrir riesgos cambiarios, dada la volatilidad anticipada en divisas.
- Evita entrar cuando los índices marquen mínimos históricos sin confirmación técnica: aunque el Nasdaq y el S&P 500 puedan ofrecer oportunidades puntuales, la tendencia bajista todavía prevalece.
El mercado ya parece haber descartado un acuerdo rápido. La escalada retórica entre Washington y Pekín indica que esta tensión comercial seguirá siendo un factor determinante durante meses. La cautela es ahora más valiosa que nunca.
La última palabra dependerá tanto de los datos macroeconómicos como también sobre cómo ambas economías sean capaces realmente de soportar estos golpes. Mientras tanto, Wall Street observa Asia con atención cautelosa mientras prepara nuevas estrategias ante un escenario incierto.
