LA INCOMPETENCIA DEL GOBIERNO SÁNCHEZ

Segundo apagón en 2025: cuando, dónde y a qué hora se producirá

El 22,6% de los españoles culpa al Gobierno del apagón, un 20% a REE y un 15,7% a eléctricas

Electricidad, eléctrico, suministro y el Gran Apagón
Electricidad, eléctrico, suministro y el Gran Apagón. PD

El recuerdo del gran apagón del 28 de abril de 2025 sigue vivo en la memoria de millones.

Aquella jornada, toda España quedó sumida en la oscuridad durante horas, lo que paralizó servicios esenciales, comercios y dejó a la población inmersa en la incertidumbre.

Aunque el suministro se ha ido recuperando poco a poco, la sensación de vulnerabilidad persiste. Ahora, la reciente alerta de Red Eléctrica de España sobre un posible nuevo apagón ha reavivado las preocupaciones en el ámbito público.

¿Cuándo podría ocurrir un segundo apagón?

No hay una predicción exacta ni una hora marcada en el calendario. Las estimaciones más mencionadas en los últimos días se fundamentan en modelos probabilísticos y análisis de patrones históricos. Algunos informes especulativos, incluso herramientas de inteligencia artificial, han propuesto fechas como el 25 de julio de 2025, coincidiendo con periodos de alta demanda, olas de calor e incendios, factores que ponen a prueba la infraestructura eléctrica. Sin embargo, estas proyecciones no se han concretado y los expertos advierten que no hay forma confiable de prever el momento exacto de un nuevo apagón masivo en España.

Lo que sí está claro es que el riesgo sigue latente. En los últimos días, el operador del sistema eléctrico ha enviado un escrito urgente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pidiendo modificaciones inmediatas en los procedimientos operativos eléctricos. La razón: se han identificado variaciones bruscas de tensión en la red peninsular, situaciones que podrían desencadenar desconexiones tanto en la demanda como en la generación, desestabilizando todo el sistema.

Factores de riesgo: la tormenta perfecta

El sistema eléctrico español está atravesando una transformación estructural significativa. El crecimiento de las energías renovables ha traído consigo beneficios indudables, pero también nuevos desafíos. Las energías renovables, como la solar y eólica, aportan energía de manera intermitente y dependen del clima. Sin suficiente capacidad para almacenar energía o redes alternativas que respalden el sistema, este se vuelve vulnerable ante picos de demanda o caídas repentinas en la producción.

Además, hay que considerar el aislamiento energético: aunque España está conectada a la red europea, su capacidad para interconectarse es limitada. Esto convierte al país en una especie de isla energética, con menos posibilidades para importar energía en caso de emergencia y mayor presión sobre su autosuficiencia nacional.

Otros factores que incrementan este riesgo incluyen:

  • Picos de consumo durante el verano, especialmente durante olas de calor.
  • Tormentas solares o fenómenos meteorológicos extremos capaces de dañar infraestructuras críticas.
  • Falta de inercia eléctrica en la red, acentuada por el cierre progresivo de centrales convencionales y los planes para desactivar reactores nucleares.
  • Variaciones bruscas de tensión observadas recientemente que podrían provocar un efecto dominó si no se controlan adecuadamente.

Medidas urgentes y debate político

Las autoridades han reaccionado rápidamente ante esta situación. Red Eléctrica de España ha presentado a la CNMC una serie de medidas urgentes destinadas a estabilizar la tensión y reforzar la seguridad del sistema. Entre estas acciones destacan:

  • Refuerzo del control sobre frecuencia y tensión.
  • Mejora en las capacidades para almacenar energía.
  • Incentivos para que las industrias ajusten su consumo durante momentos críticos.
  • Contratación de servicios reservados para responder a desequilibrios en tiempo real.

Estas acciones impactarán directamente sobre el precio final de la energía, que podría aumentar debido a las nuevas inversiones y compensaciones para aquellas empresas que actúen como respaldo. El debate sobre cómo equilibrar la seguridad del suministro con la asequibilidad cobra fuerza nuevamente, especialmente tras los recientes picos inflacionarios y las dificultades económicas que enfrentan muchas familias al pagar sus facturas eléctricas.

En términos políticos, la gestión del Gobierno encabezado por Pedro Sánchez ha suscitado polémica. Diversos sectores critican al Ejecutivo por su lentitud e insuficiente previsión ante el apagón ocurrido en abril y por no haber reforzado adecuadamente la red desde entonces. Por su parte, el Gobierno sostiene que se están implementando todas las medidas necesarias y que modernizar la red junto con una mayor inversión en energías renovables son pasos imprescindibles para reducir la dependencia energética respecto a combustibles fósiles.

El papel de la ciudadanía: entre alarma y prevención

El temor a otro apagón ha llevado a muchas familias a prepararse con kits básicos como radios a pilas y reservas alimentarias. A pesar de que desde Red Eléctrica afirman que las medidas actuales son preventivas y no hay un riesgo inmediato inminente de un apagón generalizado, se siente una atmósfera tensa especialmente entre sectores como comercio, sanidad o transporte, todos ellos altamente dependientes del suministro eléctrico.

Si llegara a producirse otro apagón, lo vivido en abril sirve como lección: rapidez comunicativa, coordinación entre organismos y capacidad reactiva por parte del conjunto social serán claves para minimizar cualquier impacto.

Perspectivas: vulnerabilidad y adaptación

El informe ERAA 2024 advierte que si no se toman cartas en el asunto, España podría enfrentar hasta 4 horas con riesgo real de apagón en 2026, casi 5 horas para 2028 coincidiendo con el cierre definitivo de centrales nucleares clave. Los expertos coinciden al señalar que el sistema es vulnerable, pero su riesgo puede disminuirse aunque no eliminarse completamente sin reforzar las redes eléctricas existentes ni mejorar las interconexiones con Europa.

La incertidumbre sobre cuándo podría producirse un segundo apagón es total; sin embargo, queda claro que el sistema eléctrico español navega por aguas turbulentas. La clave radica en anticiparse a futuros problemas adaptando tanto infraestructura como regulación para asegurar que lo ocurrido en abril no vuelva a repetirse. Mientras tanto, toda la sociedad permanece atenta ante cada alerta o avance relacionado con este tema vital; conscientes todos ellos de que la electricidad es ese pulso invisible que mantiene vivo al país.

Autor

24h Economía

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