El acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur enfrenta una gran batalla para lograr su aprobación final en el Parlamento Europeo. Expertos y eurodiputados coinciden en que será necesaria «mucha cocina» para conseguir el apoyo suficiente que permita su entrada en vigor en los próximos meses, a pesar de las recientes y «sólidas» garantías jurídicas emitidas por la Comisión Europea para proteger al sector agroalimentario.
La dificultad del camino de la ratificación quedó patente este mismo miércoles en Estrasburgo, durante el pleno de la Eurocámara. En el contexto de la aprobación de un informe sobre la relación con Latinoamérica y el Caribe, que instaba a incrementar la inversión europea en la región para competir con China y Rusia, se presentó una mención de bienvenida al pacto con Mercosur, alcanzado el año pasado tras 25 años de negociaciones. Sin embargo, dicha mención fue rechazada en la votación por un margen extremadamente estrecho: solo 10 votos de los 720 que componen el Parlamento Europeo impidieron su aprobación.
La necesidad de consenso político
La eurodiputada española Oihane Agirregoitia (PNV), vicepresidenta de la delegación de la Eurocámara para las relaciones con Mercosur y parte de la bancada liberal, explicó el contexto durante un coloquio celebrado este jueves en Madrid. Agirregoitia resaltó la complejidad inherente a la actual composición del Parlamento, donde «la extrema derecha tiene más peso que nunca», e insistió en que el acuerdo «va a requerir de mucha cocina» para su aprobación.
José Ignacio Salafranca, ex eurodiputado del PP y experto en relaciones con Mercosur, también participó en el acto y llamó la atención sobre el fracaso de la mención al pacto en la votación del miércoles, augurando que se abre una «gran batalla, que va a ser apasionante».
En la misma línea, el actual eurodiputado del PP Gabriel Mato recalcó la gravedad de un posible fracaso. Según Mato, si el acuerdo no sale adelante, Europa perdería «una oportunidad histórica y probablemente única para reforzar la presencia de Europa en América Latina«, además de dejar de demostrar que el continente «sigue creyendo en el comercio abierto justo y sostenible como herramienta de progreso».
Por su parte, el presidente de la Fundación Euroamérica, Ramón Jáuregui (ex-eurodiputado PSOE), lamentó que se haya construido «una mitología de oposición al acuerdo» en ciertos países y partidos, la cual se basa en un alto grado de «manipulación sobre los contenidos y los peligros» de lo negociado.
Brasil advierte que «no habrá otro acuerdo»
Desde el bloque sudamericano, la postura es firme e irrevocable. El embajador de Brasil ante la Unión Europea, Pedro Miguel da Costa e Silva, intervino por videoconferencia en el coloquio para advertir que si el texto acordado fracasa, no existe posibilidad de reiniciar unas negociaciones que iniciaron en 1999. «No habrá otro acuerdo, no habrá otra negociación, porque ya negociamos todo lo que había para negociar», zanjó el embajador.
El anuncio político del cierre del acuerdo de asociación birregional entre el Mercosur y la UE se realizó el 6 de diciembre de 2024, tras 20 años de negociaciones intermitentes. La expectativa en el Mercosur es que el tratado se concrete pronto, con países como Uruguay proyectando ser los primeros en ratificarlo. El pacto, si se ratifica, uniría a dos de los mayores bloques multinacionales del mundo, sumando a más de 700 millones de personas.
La estrategia de Bruselas: salvaguardias «sin precedentes» para el agro
La oposición de países como Francia y Polonia, preocupados por la posible competencia desleal para sus agricultores, ha sido el principal escollo en la recta final de la ratificación. Para mitigar estas inquietudes, la Comisión Europea propuso esta semana un nuevo reglamento diseñado para «reforzar la protección de los agricultores europeos».
La CE presentó formalmente las medidas un mes después de poner en marcha el proceso de aprobación del acuerdo, destacándolas como «garantías sólidas y sin precedentes». Los comisarios europeos Maros Sefcovic (Comercio) y Christophe Hansen (Agricultura) aseguraron que el sector agroalimentario europeo «puede tener la seguridad de que la Comisión Europea siempre estará de su lado».
El nuevo reglamento «operacionaliza lo que ya teníamos en el acuerdo» e incluye disposiciones para reforzar la vigilancia y la posibilidad de retirar temporalmente las preferencias arancelarias de Mercosur. Específicamente, la cláusula de salvaguardia se puede activar si se cumplen dos condiciones:
- Los precios de importación de Mercosur caen al menos un 10% por debajo de los precios de la UE, y
- Las importaciones en condiciones preferenciales aumentan más de un 10% interanual.
Alternativamente, la cláusula podría aplicarse si los precios de Mercosur bajan un 10% respecto al año anterior y, al mismo tiempo, siguen siendo un 10% más baratos que en la UE. La Comisión afirma que iniciará una investigación «sin demora» si lo solicitan uno o varios Estados miembros. Estas medidas buscan proteger productos sensibles de la UE como la carne de vacuno, las aves de corral o el azúcar.
El negociador principal de la Comisión Europea, Paolo Garzotti, informó por videoconferencia que las reacciones al nuevo reglamento en el Consejo han sido «positivas», incluyendo las de Francia. Garzotti confía en que los países den su visto bueno a la propuesta «antes de diciembre» para que la rúbrica pueda tener lugar a finales de año en Brasil.
Aplicación provisional para sortear obstáculos nacionales
La Comisión Europea propuso hace un mes aplicar provisionalmente la parte comercial del pacto si es aprobada por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo. De esta manera, las disposiciones relativas al comercio «entren en vigor de inmediato» en cuestión de meses, incluso antes de que los Parlamentos nacionales de los países de la UE se pronuncien sobre las disposiciones más políticas del acuerdo. Garzotti enfatizó que, si el proceso sigue lo previsto, el acuerdo comercial «no va a necesitar de ninguna validación jurídica del Parlamento francés», principal opositor a la medida, para entrar en vigor.
Escepticismo del sector agrícola
A pesar de las promesas de Bruselas, gran parte de los grupos de presión del sector agroalimentario europeo se muestran escépticos.
AVEC, que representa a los productores avícolas de la UE, calificó el mecanismo de «ilusorio y no funcional», argumentando que las cuotas de importación actuales y las nuevas harían imposible alcanzar el umbral del 10% establecido para activar las salvaguardias. Asimismo, CIBE, la asociación de productores de remolacha azucarera, expresó una crítica similar e instó a la UE a centrarse en la reciprocidad de las normas de producción en lugar de confiar en las salvaguardias. La propuesta de reglamento pasa ahora al Consejo y al Parlamento Europeos para su potencial modificación y aprobación.
