FENÓMENO ASTRONÓMICO EXCEPCIONAL EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Aurora Boreal: España se prepara para un espectáculo celeste histórico tras 22 años

El ciclo solar alcanza su máximo y podría teñir de verde y violeta los cielos españoles entre finales de 2025 y 2026

Aurora Boreal
Aurora Boreal. PD

Durante años, la idea de presenciar auroras boreales parecía algo reservado a quienes se aventuraban en los fríos paisajes de Laponia o Islandia.

No obstante, la creciente actividad de nuestro sol está cambiando esa perspectiva.

Después de los sorprendentes eventos de 2024, cuando tormentas geomagnéticas históricas iluminaron el cielo en tonos verde esmeralda, rosa intenso y violeta en regiones como Galicia, Cataluña, Aragón e incluso Andalucía, los expertos vislumbran una oportunidad fascinante: que España vuelva a experimentar este fenómeno lumínico, quizás de manera aún más espectacular.

Lo que hace que este momento sea especialmente significativo es que el ciclo solar número 25 se encuentra cerca de su punto máximo, un periodo conocido como máximo solar, que no se había vivido con tal intensidad en más de veinte años.

Este fenómeno natural, que se repite aproximadamente cada once años, está mostrando niveles de actividad magnética superiores a lo que inicialmente pronosticaban los científicos.

Las manchas solares proliferan, las llamaradas se intensifican y las eyecciones de masa coronal ocurren con una frecuencia inusitada, creando condiciones propicias para que las auroras lleguen a latitudes donde antes eran impensables.

La «tormenta caníbal» que expande el óvalo auroral

El origen de las auroras visibles en España proviene de un fenómeno al que los astrofísicos han dado el nombre de «tormenta solar caníbal». Este término describe un proceso cósmico particularmente violento: cuando el Sol lanza dos eyecciones de masa coronal casi consecutivas, la segunda, al desplazarse a mayor velocidad, alcanza y absorbe a la primera. Esta fusión genera una energía combinada capaz de producir tormentas geomagnéticas de gran intensidad.

Cuando este torrente de partículas cargadas choca contra la magnetosfera terrestre, la barrera protectora creada por el campo magnético del planeta, ocurre algo extraordinario. Las partículas solares son guiadas hacia los polos magnéticos, donde excitan los átomos de oxígeno y nitrógeno presentes en la atmósfera superior. El resultado es un espectáculo luminoso impresionante que, en los casos más potentes, puede extenderse mucho más allá del círculo polar ártico.

La Agencia Espacial Europea y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) han clasificado algunas de estas tormentas como G4 e incluso G5, las categorías más altas en la escala de tormentas geomagnéticas. No se había registrado una tormenta G5 desde el memorable evento de octubre de 2003, lo que subraya lo excepcional del momento actual.

Para que una aurora boreal sea visible desde la península ibérica, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indica que es necesaria una tormenta solar con un índice Kp mínimo de 8. Este índice mide la actividad geomagnética en una escala del 0 al 9 y refleja el grado de perturbación del campo magnético terrestre. A mayor valor, mayor es la expansión del óvalo auroral hacia latitudes más bajas.

Un 2024 para el recuerdo y un 2025 prometedor

El año 2024 quedará grabado en la memoria colectiva de los aficionados a la astronomía en España como un periodo excepcional. En mayo, una tormenta geomagnética severa iluminó los cielos peninsulares con un espectáculo que muchos consideraban imposible. Posteriormente, en octubre, el fenómeno se repitió, confirmando que no fue un evento aislado sino el inicio de un periodo marcado por intensa actividad solar.

Las imágenes capturadas durante estos episodios mostraron auroras visibles desde el Observatorio de Torremocha del Jiloca en Teruel, pasando por el majestuoso Moncayo en Aragón, hasta llegar a zonas tan meridionales como la Sierra Nevada. En lugares como el Delta del Ebro, observadores equipados con cámaras lograron documentar estas extraordinarias cortinas luminosas danzantes.

El primer día del año 2025 trajo otro regalo celeste. Una tormenta geomagnética G4 hizo posible ver auroras en regiones como el País Vasco, Castilla y León, e incluso puntos del sur como Andalucía. En Ávila, gracias a unas condiciones ideales sin nubosidad ni contaminación lumínica, se ofrecieron oportunidades perfectas para observarlas; mientras tanto, localidades gallegas como Arteixo y A Coruña fueron testigos también del fenómeno luminoso.

De cara a octubre de 2025, varios portales especializados en meteorología espacial anticipan posibles tormentas solares para los días 20 y 29, con índices Kp que podrían alcanzar hasta el nivel 6. Aunque este valor no garantiza espectáculos tan impresionantes como los vividos en mayo de 2024, sí abre posibilidades para verlas sobre todo en el norte peninsular.

La ciencia detrás del espectáculo

Las auroras boreales son fenómenos ópticos que se producen entre 80 y 300 kilómetros sobre nuestra cabeza, en una región atmosférica conocida como termosfera. El viento solar está formado principalmente por electrones, protones y partículas alfa que viajan a velocidades superiores a los 1.000 kilómetros por segundo. Cuando estas partículas llegan a nuestra atmósfera terrestre colisionan con átomos y moléculas gaseosas.

Los colores presentes en las auroras no son casuales. Cada tonalidad corresponde a diferentes gases y altitudes. El verde es el color más común y característico; surge cuando los electrones solares colisionan con moléculas de oxígeno entre unos 100-300 kilómetros sobre la superficie terrestre. Los tonos rojizos son más raros y solo aparecen durante tormentas muy intensas; estos resultan del oxígeno excitado a mayores altitudes. Los azules y violetas provienen del nitrógeno molecular.

Un descubrimiento reciente ha añadido una nueva dimensión al entendimiento sobre las auroras. Investigadores pertenecientes a la Universidad de Calgary, mediante el proyecto TREx (Transition Region Explorer), han identificado extrañas manchas blanquecinas que emergen junto a las brillantes auroras o incluso las preceden. Estas emisiones continuas detectadas entre 502-507 nanómetros representan un fenómeno desconocido hasta ahora que amplía nuestra comprensión sobre cómo interaccionan la magnetosfera, ionosfera y termosfera.

Impacto tecnológico de las tormentas solares

Si bien las auroras son espectáculos visuales inofensivos para nosotros como seres humanos, las tormentas geomagnéticas responsables pueden tener repercusiones significativas para nuestra tecnología moderna. Las redes eléctricas son especialmente susceptibles: las corrientes inducidas geomagnéticamente pueden provocar sobrecargas en transformadores y generar apagones masivos. En 1989, una fuerte tormenta solar dejó sin electricidad durante nueve horas a millones de personas en Quebec.

Los sistemas GPS también sufren degradaciones durante estos eventos solares; las alteraciones en la ionosfera afectan cómo se propagan las señales radiofónicas afectando tanto a aeronáutica comercial como aplicaciones civiles. Las comunicaciones por radio HF utilizadas por aeronaves transpolares o embarcaciones marítimas pueden verse completamente interrumpidas.

Por estas razones, agencias espaciales alrededor del mundo están constantemente vigilando la actividad solar. El Observatorio Solar Dinámico (SDO) perteneciente a la NASA, así como el satélite SOHO (Solar and Heliospheric Observatory), monitorean manchas solares y eyecciones masivas coronal emitindo alertas destinadas a permitir acciones preventivas por parte operadoras clave.

Dónde y cómo observar las auroras en España

Para maximizar las oportunidades para contemplar auroras boreales desde España, especialistas sugieren desplazarse hacia zonas del norte peninsular donde haya mínima contaminación lumínica. Los Pirineos, especialmente áreas cercanas a Huesca y Lleida, ofrecen condiciones ideales para ello. En regiones gallegas alejadas del bullicio urbano hay horizontes despejados hacia el norte fundamentales para disfrutar plenamente del espectáculo.

La hermosa Sierra de Guadarrama, situada entre Madrid y Segovia, así como el sistema montañoso del Moncayo, han demostrado ser excelentes miradores durante los eventos ocurridos en 2024. En general cualquier ubicación elevada con vistas despejadas hacia el horizonte norte alejada del ruido citadino incrementará considerablemente las probabilidades exitosas.

El mejor momento para estas observaciones se sitúa entre las diez de la noche hasta las cuatro horas al amanecer cuando ya no hay luz natural presente; resulta crucial consultar previsiones sobre índices Kp disponibles en portales especializados o aplicaciones móviles dedicadas al seguimiento astronómico; una noche despejada sin luna es ideal aunque algunas auroras brillantes pueden ser vistas incluso con cierta luminosidad lunar.

El futuro próximo: 2025 y 2026

Los científicos pronostican que alcanzaremos el máximo actual ciclo solar entre finales de 2025 hasta principios del siguiente año; esta prolongación aumenta considerablemente las posibilidades para avistar nuevos episodios aurorales desde territorio español potencialmente más intensos o frecuentes comparados con aquellos vividos durante 2024 .

Que apenas transcurridos seis meses dentro del año pasado hayan ocurrido dos eventos visibles desde España constituye una circunstancia estadísticamente sorprendente; históricamente estas manifestaciones han sido documentadas con décadas entre sí lo cual hace aún más singular este periodo actual destinado al disfrute visual por parte amantes astronómicos nacionales .

La actividad solar seguirá siendo inusualmente alta durante próximos dos años junto picos intensidad impredecibles; cada eyección dirigida hacia nuestro planeta representa otra oportunidad potencial para presenciar este asombroso fenómeno luminoso; gracias al avance tecnológico junto creciente interés público cada vez son más quienes podrán planear sus observaciones anticipadamente.

Curiosidades fascinantes sobre las auroras

El término «aurora boreal» fue acuñado por Galileo Galilei allá por1619; inspirado ante tal espectáculo lumínico decidió mezclar nombres: “Aurora” haciendo referencia diosa romana encargada amanecer sumado “boreal” derivado Bóreas dios griego viento norteño; sin embargo interpretó erróneamente dicho fenómeno creyendo reflejo luz solar dentro atmósfera .

Los pueblos inuit asentados ártico canadiense consideraban estas luces espíritus ancestros jugando futbol utilizando cráneo morsa mientras mitología nórdica interpretaba luces reflejos escudos armaduras valquirias quienes escoltaban héroes caídos hacia Valhalla; finlandeses pensaban causa era zorra ártica corriendo montañas levantando nieve brillosa contacto lunar.

Existen registros históricos donde se avistaron auroras incluso latitudes ecuatoriales; septiembre1869 durante llamado «Evento Carrington» ,la tempestad solar más intensa documentada jamás observada ,auroras fueron vistas Cuba,Hawái,y norte Australia ; telégrafos globalmente sufrieron fallos algunos operadores recibieron descargas eléctricas e incluso algunos sistemas continuaron funcionando tras desconectarlos baterías alimentándose únicamente corrientes inducidas geomagnéticamente.

Las auroras no son exclusivas solo Tierra sino también Júpiter,Saturno,Uranio Neptuno exhibiendo sus propias versiones algunas cientos veces más brillantes tierras ;auroras jovianas particularmente espectaculares: sonda Juno NASA ha capturado imágenes ultravioleta mostrando luces polos cubriendo áreas mayores planeta entero ;auroras saturnianas adoptan formas ovales perfectas persistiendo días enteros.

Un fenómeno relacionado aunque distinto llamado STEVE (Strong Thermal Emission Velocity Enhancement) presenta estructura luminosa púrpura arco pudiendo aparecer junto con otras luces ;descubierto recientemente gracias fotografías aficionados STEVE representa calentamiento gases capas altas atmósfera causado procesos diferentes aquellos generando tradicionales .

Durante intensas tormentas geomagnéticas existen reportes donde algunas personas logran escuchar sonidos provenientes mismas ;fenómeno conocido “sonidos aurorales” ha sido debatido siglos recientes investigaciones sugieren estos efectos crepitantes podrían deberse descargas electrostáticas objetos cercanos cuando campo eléctrico atmosférico alcanza suficiente intensidad.

Las auroras tienen su equivalente hemisferio sur: australes ;aunque menos conocidas debido escasez masas terrestres altas latitudes australes igualmente impresionantes ;Antártida,sur Nueva Zelanda,Tasmania extremo austral América Sur constituyen mejores lugares avistarlas .Curiosamente boreales australes suelen ocurrir simultáneamente formando imágenes casi especulares ambos hemisferios.

En espacio astronautas Estación Espacial Internacional (ISS) obtienen perspectiva única observando desde arriba mientras orbitan altura400 km ;desde privilegiada posición aparecen delicadas cortinas verdes ondeando curvatura Tierra brindando unas vistas impactantes jamás contempladas humano alguno.

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24h Economía

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