Polémica en el supervisor tras la salida de Ángel Gavilán

El Banco de España, en el foco: la dimisión del economista jefe revela tensiones internas y cambios de rumbo

El relevo en la dirección económica del Banco de España destapa una pugna interna y dudas sobre la independencia del organismo

El Banco de España, en el foco: la dimisión del economista jefe revela tensiones internas y cambios de rumbo

La reciente dimisión de Ángel Gavilán, hasta ahora director general de Economía y Estadística del Banco de España, ha sacudido los cimientos de la institución y ha encendido el debate sobre su independencia y orientación. El anuncio llegó apenas un día después de presentar el esperado Informe Anual 2024, el primero bajo el mandato del nuevo gobernador, José Luis Escrivá. La marcha de Gavilán no es un episodio aislado: es ya la quinta dimisión relevante desde que Escrivá asumió las riendas del supervisor el pasado septiembre, lo que deja patente un clima de inestabilidad interna.

Fricciones, cambios y un informe polémico

Lo que en un principio se presentó como una salida pactada para emprender «nuevos retos» fuera del banco, pronto se ha revelado mucho más complejo. Fuentes internas del supervisor apuntan a un fuerte desencuentro entre Gavilán y dos ejecutivas próximas a Escrivá: Eva Valle (responsable de Relaciones Institucionales) y Mayte Ledo (directora general de Estrategia). Ambas fueron piezas clave en la elaboración del último informe anual, desplazando al propio Gavilán a un papel secundario limitado prácticamente a la presentación pública.

El detonante fue precisamente la orientación y el contenido del documento. Tradicionalmente, los informes anuales del Banco de España han destacado por su tono crítico y sus recomendaciones explícitas sobre políticas públicas, especialmente en materia de pensiones y reformas laborales. Sin embargo, este año se ha optado por un enfoque mucho más neutro, evitando cualquier crítica abierta a las reformas recientes impulsadas por el Gobierno. Se han eliminado referencias clave como la sostenibilidad del sistema público de pensiones, uno de los asuntos más sensibles para las finanzas públicas españolas.

Un giro en la línea editorial tras cambios en la cúpula

El giro editorial que ha impuesto la nueva dirección es evidente. Según fuentes cercanas a la elaboración del informe, las ejecutivas Valle y Ledo —ambas designadas directamente por Escrivá— apostaron por rebajar el tono prescriptivo y eliminar recomendaciones incómodas para el Ejecutivo. Esta decisión ha sido interpretada por muchos dentro y fuera del organismo como una manera de evitar confrontaciones con el Gobierno, diluyendo así la tradicional independencia crítica que caracterizaba al Banco de España.

La controversia no se limita al plano interno. Observadores económicos y medios especializados han subrayado que este tipo de maniobras pueden debilitar el papel del Banco como contrapeso técnico e independiente frente a las decisiones políticas. Para algunos analistas, este episodio es una muestra preocupante de cómo los relevos en puestos clave pueden traducirse en cambios sustanciales en la misión y filosofía de instituciones llamadas a supervisar con rigor las políticas públicas.

Reacciones oficiales y lecturas entre líneas

De puertas afuera, tanto Escrivá como portavoces oficiales insisten en que la salida de Gavilán responde exclusivamente a motivos personales: agotamiento tras seis años de alta responsabilidad y deseo de iniciar una nueva etapa profesional. Incluso se subraya que todo fue acordado “de mutuo acuerdo” para cerrar ciclo tras la presentación del informe anual.

Sin embargo, las filtraciones internas dibujan otro panorama: tensiones acumuladas por los cambios metodológicos en los informes, malestar ante el desplazamiento progresivo del economista jefe en las decisiones clave y preocupación por la creciente influencia política sobre los contenidos estratégicos. El hecho de que otras figuras relevantes nombradas en etapas anteriores —como Ángel Estrada o Alejandro Álvarez— también hayan abandonado sus cargos refuerza esa sensación de cambio profundo.

El futuro inmediato: incógnitas abiertas

A corto plazo, Ángel Gavilán seguirá al frente hasta mediados de junio para garantizar una transición ordenada mientras ya se busca sucesor mediante una comisión técnica. No obstante, el episodio deja varias incógnitas abiertas sobre el rumbo futuro del Banco:

  • ¿Recuperará la entidad su perfil independiente o se consolidará una línea editorial más alineada con los intereses gubernamentales?
  • ¿Se mantendrán los equipos técnicos históricos o prevalecerán los nombramientos políticos?
  • ¿Cómo afectará este clima interno a la credibilidad internacional del supervisor español?

Mientras tanto, los mercados y analistas seguirán muy atentos a los próximos pasos del Banco de España, especialmente ante desafíos como la evolución de las pensiones públicas o futuras bajadas de tipos en Europa. La transparencia y autonomía serán claves para restaurar la confianza tanto dentro como fuera del organismo.

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24h Economía

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