Donald Trump ha sorprendido este jueves con el anuncio de un “acuerdo comercial completo e integral” entre Estados Unidos y Reino Unido. El pacto, presentado como el primero de una nueva era tras la imposición de aranceles generalizados, busca reducir la tensión comercial que ha marcado los últimos años y aspira a relanzar las relaciones económicas entre ambos países. No se trata solo de una victoria política para Trump, sino también para el primer ministro británico Keir Starmer, que consigue así un avance tangible en su estrategia post-Brexit para fortalecer los lazos comerciales fuera de la Unión Europea.
El acuerdo llega después de meses de incertidumbre, marcados por los gravámenes impuestos por Trump: un 10% generalizado a las importaciones británicas, y tasas del 25% específicamente sobre automóviles, acero y aluminio. Ahora, ambos gobiernos afirman haber encontrado una fórmula para suavizar —e incluso eliminar— esos aranceles, favoreciendo sectores clave como el automovilístico y el siderúrgico británicos, altamente dependientes del mercado estadounidense. Según datos oficiales, más de una cuarta parte de las exportaciones británicas de automóviles en 2024 se dirigieron a Estados Unidos.
Claves del pacto: menos aranceles y mayor acceso a mercados
Las líneas maestras del acuerdo pueden resumirse en:
- Reducción o eliminación de aranceles estadounidenses sobre automóviles y acero británico.
- Exenciones arancelarias solicitadas por Reino Unido para productos farmacéuticos.
- Acceso ampliado para productos agrícolas estadounidenses en el mercado británico.
- Concesiones británicas respecto al impuesto a los servicios digitales para grandes tecnológicas de EE.UU., conocido como ‘tasa Google’.
A cambio del alivio arancelario, Washington logra avances en su objetivo de abrir el mercado británico a sus exportaciones agrícolas. Sin embargo, Londres ha subrayado que mantendrá sus estándares alimentarios: no permitirá la importación de pollo lavado con cloro ni carne tratada con hormonas, rechazando así rebajar sus normativas pese a la presión estadounidense.
Impacto inmediato en el comercio internacional
La noticia ha sido recibida con alivio entre empresas e inversores. Para Reino Unido, el acuerdo supone una válvula de escape frente a los “efectos devastadores” que las tarifas habrían tenido sobre industrias fundamentales como la automovilística y la siderúrgica. Por su parte, Estados Unidos demuestra que puede negociar desde una posición de fuerza tras años apostando por una política comercial más proteccionista.
Este pacto marca también un giro en la tendencia global hacia el unilateralismo comercial. Mientras otras potencias han respondido con represalias a las tarifas estadounidenses, Londres ha optado por evitar confrontaciones directas y apostar por la negociación pragmática. Esta actitud conciliadora ha facilitado un entendimiento relativamente rápido en comparación con otros procesos multilaterales mucho más lentos y complejos.
¿Qué significa este acuerdo para el futuro?
El propio Trump ha dejado claro que este pacto es solo el primero de una serie que su administración espera cerrar próximamente con otros países como India, Israel, Japón o Vietnam. El mensaje es claro: “No tenemos que firmar acuerdos. Ellos tienen que firmar acuerdos con nosotros”, sentenció Trump, subrayando su convicción de que son los socios comerciales quienes más necesitan estos acuerdos.
Para Reino Unido, firmar un pacto bilateral con Estados Unidos tras el Brexit es clave para demostrar que puede prosperar fuera del bloque comunitario y diversificar sus alianzas internacionales. Para Washington, representa una oportunidad estratégica para consolidar su influencia económica frente a Europa y Asia.
Comercio internacional: lecciones y perspectivas
Este acuerdo pone sobre la mesa varias lecciones para el comercio internacional actual:
- Las guerras arancelarias pueden ser revertidas si existen intereses cruzados suficientes.
- La política comercial sigue siendo una poderosa herramienta geopolítica.
- Las negociaciones bilaterales avanzan más rápido cuando ambas partes sienten urgencia económica.
En cifras:
Sector afectado | Exportaciones Reino Unido a EE.UU. (2024) | Arancel antes del acuerdo | Cambios esperados |
---|---|---|---|
Automóviles | > 100.000 unidades | 25% | Reducción/supresión |
Acero | Significativo | 25% | Reducción/supresión |
Servicios digitales | N/A | Tasa digital británica | Exención parcial |
El pacto aún debe superar trámites legislativos —especialmente en el Congreso estadounidense— y algunos detalles técnicos están pendientes. Pero lo cierto es que esta nueva etapa abre expectativas positivas para ambos lados del Atlántico y pone presión sobre otros actores globales para replantear sus propias estrategias comerciales.
En definitiva, lo anunciado hoy por Trump y Starmer representa mucho más que un simple ajuste arancelario: es un movimiento estratégico que reconfigura parte del tablero del comercio internacional justo cuando más falta hacía certidumbre en los mercados globales.