TENSIONES GEOPOLÍTICAS SACUDEN EL MERCADO ENERGÉTICO

Repsol se desploma en bolsa tras el veto de Trump al petróleo venezolano

La petrolera española sufre una caída del 26% en su cotización tras la decisión de EE.UU. de revocar los permisos para operar en Venezuela

Repsol se desploma en bolsa tras el veto de Trump al petróleo venezolano

La decisión del presidente estadounidense Donald Trump de revocar los permisos a varias empresas petroleras, incluida la española Repsol, para exportar crudo desde Venezuela ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros. La cotización de Repsol en la Bolsa de Madrid ha sufrido una caída de más del 26% en las primeras horas de negociación del lunes, reflejando la preocupación de los inversores ante las implicaciones de esta medida para el futuro de la compañía.

El «efecto Trump» sacude el sector energético

La revocación de los permisos, que afecta también a otras empresas como la estadounidense Global Oil Terminals y la francesa Maurel et Prom, forma parte de una estrategia más amplia de la administración Trump para endurecer las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Esta decisión ha generado un clima de incertidumbre en el sector energético global, con repercusiones que van más allá de las empresas directamente afectadas.

Repsol, que según sus informes financieros de 2024 produjo una media de 64 millones de barriles diarios en Venezuela y mantiene una exposición patrimonial en el país de 504 millones de euros, se enfrenta ahora a un escenario complejo. La compañía deberá liquidar sus operaciones en Venezuela antes del 27 de mayo, lo que plantea desafíos logísticos y financieros significativos.

Impacto en el comercio internacional y aranceles

La medida de Trump no se limita a la revocación de permisos. El mandatario estadounidense ha anunciado también la imposición de un arancel del 25% a todos los países que importen petróleo y gas de Venezuela. Esta decisión tiene el potencial de alterar significativamente los flujos del comercio internacional de hidrocarburos, afectando no solo a las empresas directamente involucradas en la extracción, sino también a los países importadores y a la industria de refinación global.

Los aranceles impuestos por Trump representan un nuevo obstáculo para el comercio internacional de petróleo y gas, en un momento en que los mercados energéticos ya enfrentan desafíos debido a la volatilidad de los precios y las tensiones geopolíticas. Estos gravámenes podrían llevar a una reconfiguración de las rutas comerciales y las relaciones entre países productores y consumidores de energía.

Reacciones y perspectivas futuras

La respuesta de Venezuela no se ha hecho esperar. La vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, ha asegurado que el país está preparado para mantener las operaciones con las petroleras extranjeras, argumentando que las empresas internacionales «no requieren licencia ni autorización de ningún gobierno extranjero». Sin embargo, la realidad es que las compañías con intereses significativos en Estados Unidos, como Repsol, se verán obligadas a cumplir con las directrices de Washington para evitar sanciones más severas.

El futuro de Repsol en Venezuela y su estrategia para mitigar el impacto de esta decisión serán cruciales para recuperar la confianza de los inversores. La compañía deberá explorar alternativas para compensar la pérdida de producción en Venezuela, lo que podría incluir la intensificación de operaciones en otras regiones o la diversificación de su cartera de activos.

Implicaciones para el mercado energético global

La salida forzada de Repsol y otras compañías internacionales del mercado venezolano podría crear un vacío que otras empresas, posiblemente de países menos alineados con la política estadounidense, podrían intentar llenar. Esto plantea interrogantes sobre la efectividad a largo plazo de las sanciones y su impacto en la producción petrolera global.

El «efecto Trump» en el sector energético va más allá de las consecuencias inmediatas para Repsol y otras empresas afectadas. Representa un cambio significativo en la dinámica del comercio internacional de petróleo y gas, con potenciales repercusiones en los precios de la energía, las relaciones diplomáticas y la seguridad energética global.

En un mundo cada vez más interconectado, las decisiones unilaterales como la tomada por la administración Trump demuestran el poder de la política estadounidense para moldear los mercados globales. Sin embargo, también ponen de manifiesto la necesidad de una mayor cooperación internacional y diálogo para abordar los desafíos energéticos y geopolíticos del siglo XXI.

Mientras tanto, Repsol y otras empresas del sector se enfrentan a un periodo de adaptación y reestructuración. La capacidad de estas compañías para navegar por estas aguas turbulentas determinará no solo su propio futuro, sino también el panorama energético global en los próximos años.

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24h Economía

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