La vivienda, el gran problema de los españoles este 2024

La vivienda, el gran problema de los españoles este 2024

La vivienda se ha consolidado como uno de los grandes problemas de 2024, marcando la agenda social, política y económica del país. Tanto los debates políticos como las conversaciones cotidianas han estado centrados en la dificultad de acceder a una vivienda digna, una situación agravada por la escalada de los precios a niveles no vistos desde la burbuja inmobiliaria de 2007. Incluso el rey Felipe VI mencionó esta problemática en su discurso de Navidad, reflejando la importancia de la cuestión.

En el ámbito de la compraventa, el abaratamiento de las hipotecas, provocado por la bajada de los tipos de interés, desató un auge en las transacciones hacia el final del año. Sin embargo, este dinamismo no logró contener el crecimiento de los precios, que, según el Índice de Precios de Vivienda del Instituto Nacional de Estadística (INE), aumentaron un 9,3% en 2024, casi el doble de la subida del año anterior. Este incremento, impulsado especialmente por la obra nueva, llevó los precios más allá de los máximos históricos de 2007, situando el precio medio del metro cuadrado en 1.921 euros. En zonas de alta demanda como Barcelona, Madrid, Gipuzkoa o Baleares, los precios superaron los 2.500 e incluso los 3.000 euros por metro cuadrado.

La desescalada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) fue clave en este repunte del mercado inmobiliario. El BCE inició en junio un recorte que dejó los tipos en torno al 3% al cierre del año, su nivel más bajo desde marzo de 2023. Este cambio también impactó en el euríbor, que cerró el año por debajo del 2,5%, ofreciendo mejores condiciones para los compradores. Como resultado, las compraventas alcanzaron cifras récord, con 69.418 transacciones en octubre, el mayor volumen mensual desde 2007. En los diez primeros meses de 2024, se vendieron 537.283 viviendas, un 7,5% más que en el mismo periodo de 2023.

A pesar de este dinamismo en la compraventa, el acceso a la vivienda sigue siendo una preocupación creciente para la población. Según el barómetro del CIS de diciembre, el 22,3% de los españoles identifica este problema como el principal del país, especialmente entre los jóvenes y en grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, que han sido escenario de manifestaciones multitudinarias durante el año.

El mercado del alquiler, por su parte, ha presentado una situación aún más crítica. Los precios se han disparado, aumentando un 11,1% de media en 2024, según Idealista. En ciudades como Palma de Mallorca, Barcelona, Málaga o Madrid, el coste del alquiler consume más del 35% de los ingresos de los inquilinos, situando al 45% de ellos en riesgo de pobreza o exclusión social, de acuerdo con el Banco de España. Las rentas medias han superado los 1.400 euros en urbes como Barcelona y Madrid, mientras que en otras como Valencia o Bilbao rondan los 1.000 euros mensuales. Este encarecimiento ha empujado la demanda hacia las periferias, donde también se han registrado aumentos de precios.

El Gobierno ha intentado contener esta escalada mediante la declaración de zonas tensionadas, una medida incluida en la Ley de Vivienda que permite topar los alquileres. Sin embargo, solo Cataluña ha implementado esta política, mientras que otras comunidades del PSOE están en proceso de hacerlo. Por su parte, el Partido Popular se opone a esta estrategia, argumentando que reduce la oferta de alquileres y no frena los precios. Este desacuerdo político quedó patente en la retirada de una reforma clave de la ley de suelo por falta de apoyos, evidenciando la falta de consenso en torno a soluciones habitacionales.

A nivel legislativo, el Congreso de los Diputados aprobó la tramitación de una ley para regular los alquileres de habitaciones y de temporada, una medida destinada a frenar el fraude en estos segmentos. Esta norma, junto con el registro de alquileres de corta duración, queda pendiente para 2025. Según expertos como Julián Salcedo, presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios, la oferta de vivienda seguirá siendo insuficiente en los próximos años, lo que continuará presionando los precios al alza.

En definitiva, 2024 cierra con un mercado inmobiliario dinámico en términos económicos pero profundamente desigual en términos sociales, dejando como tarea pendiente para 2025 la búsqueda de soluciones eficaces para una crisis habitacional que afecta cada vez más a los sectores más vulnerables de la población.

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24h Economía

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